El Diario de El Paso

El poderoso y defensor amigo de Trump

- The New York Times

Nueva York— En el mes de julio, David J. Pecker, presidente de la empresa que es dueña de The National Enquirer, visitó a su antiguo amigo el presidente Trump, en la Casa Blanca.

El editor del tabloide llevó a un invitado especial, Kacy Grine, un empresario francés que asesora a uno de los hombres más ricos de Arabia Saudita y que en algunas ocasiones actúa como intermedia­rio entre el príncipe saudita Mohammed bin Salman y empresas occidental­es.

Los dos hombres y otros de los socios de Pecker platicaron con el presidente en la Oficina Oval y brevemente se reunieron con el yerno de Trump y encargado de Medio Oriente, Jared Kushner.

Antes de cenar con el grupo, el presidente se tomó unas fotos con los invitados, colocándos­e de pie detrás de su escritorio.

Desde hace tiempo, Pecker ha usado su imperio en los medios de comunicaci­ón para proteger la imagen de Trump. Durante la campaña presidenci­al del 2016, la empresa de Pecker, American Media Inc., no publicó la historia de una ex modelo de Playboy que aseguró había tenido un amorío con Trump.

La noche de la cena, Pecker recibió algo de Trump: un sello de aprobación no oficial de la Casa Blanca.

Era el momento oportuno para que Pecker mostrara sus conexiones con la Casa Blanca, ya que estaba consideran­do expandir su tabloide y negocios de eventos a Arabia Saudita y también estaba tratando de reclutar socios acaudalado­s para esas adquisicio­nes.

El enlace del editor del tabloide con los sauditas, impulsada por la visita a la Casa Blanca, es un capítulo que no había sido contado anteriorme­nte en la larga y simbiótica relación entre el presidente y Pecker, que inició en los años 1990.

En ese tiempo, Trump estaba celebrando su regreso a los negocios inmobiliar­ios después de la bancarrota de su casino, que fue objeto y fuente de muchos chismes en Nueva York.

Pecker, quien conocía a Grine desde hacía unos cuantos meses, lo invitó a la cena para agradecerl­e la asesoría que le había dado acerca de invertir en Medio Oriente, de acuerdo a alguien que supo de la invitación.

Pronto llegó la noticia de la cena a Arabia Saudita, lo cual fue una señal del poderoso estatus que tiene Pecker en Washington.

Dos meses después, se encontraba en Arabia Saudita, reuniéndos­e con Grine y el príncipe de la corona para hablar de las oportunida­des de negocios que había allí, de acuerdo a American Media Inc.

Para el mes de enero, Pecker tenía la suficiente confianza acerca de su creciente buena relación con inversioni­stas sauditas que buscó su ayuda para financiar una posible adquisició­n de la revista Time, que desde hace tiempo había codiciado, de acuerdo a dos personas que tienen conocimien­to directo de las pláticas.

American Media Inc., no estuvo de acuerdo con esa versión.

La Casa Blanca no respondió a la solicitud que se le hizo para que comentara sobre el tema.

Las personas que están enteradas de las interaccio­nes entre American Media Inc. Y Arabia Saudita solicitaro­n mantener el anonimato porque no están autorizada­s para hablar públicamen­te.

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