Declara victoria tras ataque a Siria
¡Misión cumplida!, asegura Trump; amaga EU con repetir bombardeo
Washington— El presidente Donald Trump cantó victoria el sábado en la mayor operación de la fuerza militar que ha ordenado, mientras la embajadora norteamericana en las Naciones Unidas aseguró que Estados Unidos está listo para lanzar otro ataque si el Gobierno sirio usa armas químicas nuevamente.
“¡Misión cumplida!”, tuiteó Trump un día después del ataque a las instalaciones sirias que Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia aseguran son parte de un gran programa de armas químicas. La frase fue la misma que el último presidente republicano, George W. Bush, empleó, para su pesar, en 2003, cuando la guerra de Irak estaba lejos de haber terminado.
“Hablé con el presidente esta mañana (ayer), y dijo: ‘Si el régimen sirio usa este gas venenoso nuevamente, Estados Unidos está listo y cargado’”, dijo Nikki Haley, la embajadora en la ONU, en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad convocada por Rusia, el aliado más poderoso del Gobierno sirio.
“Cuando nuestro presidente traza una línea roja, nuestro presidente aplica la línea roja”, agregó.
Washington— En el Pentágono, el teniente general Kenneth McKenzie Jr., director del Estado Mayor Conjunto, dijo que Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña dispararon más de 100 misiles, dando un golpe al “corazón” de la red de armas químicas de Siria. Reconoció, sin embargo, que Siria conserva la capacidad “residual”, pero no dio detalles sobre lo que podría quedar.
Aunque el ataque puede enviar un mensaje al presidente sirio Bashar Assad sobre el futuro uso de sustancias químicas, es poco probable que se acerque el fin del gran conflicto sirio, que ha matado a más de un millón de personas desde 2011 y desestabilizado la región.
Por el momento, el alivio reinó cuando Occidente y la mayoría de sus aliados expresaron su apoyo a la acción para reducir la amenaza de la guerra química de Siria, ya que los partidarios del Gobierno sirio expresaron su indignación por lo que consideraban una agresión ilegal contra la soberanía de Siria.
El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió que los bombardeos tendrían “un efecto destructivo en todo el sistema de relaciones internacionales”.
Al final, el pedido de Rusia de que se condenaran los ataques como una violación del derecho internacional y de la Carta de la ONU fracasó en una votación entre los 15 miembros del Consejo de Seguridad, solamente Bolivia y China se unieron a Rusia.
La ciudad de Douma, donde se sospecha ocurrió un ataque químico el pasado fin de semana, se encontraba entre un número cada vez menor de zonas controladas por los rebeldes a medida que Assad expande su control. La asistencia militar rusa desde 2015 ha permitido a Assad romper un punto muerto con los rebeldes, algunos de los cuales están respaldados por Estados Unidos.
Faysal Itani, un académico del Atlantic Council, dijo que incluso si los bombardeos liderados por Estados Unidos impiden nuevos ataques químicos, no cambiarían la estrategia más grande de Assad ni detendrían sus continuos ataques convencionales contra áreas controladas por los rebeldes.
“En todo caso, es todo lo contrario: al establecer estas líneas rojas y diseñar castigos muy estrictos por violarlas, esencialmente comunicamos al régimen cuáles son nuestras prioridades y también nuestro umbral de riesgo y nivel de interés en la guerra siria en general”. Itani dijo. “Al igual que sucedió con la guerra contra el ISIS, EU ha dividido el problema [de las armas químicas] y lo ha aislado del conflicto sirio general. Así que Assad lógicamente verá que tiene luz verde para continuar destruyendo a la oposición”, agregó refiriéndose al Estado Islámico.
El Pentágono dijo que más de 40 misiles tierra-aire sirios no tuvieron “efecto material” en los ataques aliados, que según McKenzie alcanzaron sus objetivos. No se empleó ninguna de las defensas aéreas más sofisticadas que Rusia ha posicionado en Siria, dijo.
Funcionarios del Pentágono dijeron que ninguno de los 105 misiles aliados disparados fue alcanzado por el fuego antimisiles de la era soviética de Siria.
Un funcionario estadounidense, bajo condición de anonimato según las reglas de información, dijo que parecía que casi todas las defensas sirio de superficie-aire habían sido disparadas después de que los misiles aliados alcanzaran sus objetivos.
McKenzie describió un punto, el Centro de Investigación y Desarrollo de Barzah, cerca de Damasco, como una instalación “central” para el programa de armas químicas de Siria.
“Perdieron una gran cantidad de equipos. Perdieron mucho material y eso tendrá un efecto significativo”, dijo.
El Pentágono dijo que los ataques causaron pocas, si acaso, bajas.
Siria cuestionó incluso los hechos más básicos sobre el ataque. Bashar Jaafari, el embajador en las Naciones Unidas, dijo al Consejo de Seguridad que 110 misiles llegaron a Siria, pero que 100 fueron derribados. Dijo que tres civiles resultaron heridos durante un ataque al sitio. Funcionarios de EU dijeron que nadie resultó herido allí.
Tras el ataque del fin de semana, algunos funcionarios estadounidenses propugnaron por un ataque más grande que la acción limitada que Trump ordenó en abril de 2017, también en respuesta al uso de armas químicas.
Ese ataque involucró a 59 misiles Tomahawk disparados desde dos buques de guerra estadounidenses en el Mar Mediterráneo. Cumplió con la promesa de Trump de que las armas químicas son una “línea roja” que él, a diferencia de su predecesor Barack Obama, no permitiría que Assad cruzara. Pero el aeródromo objetivo del Pentágono reanudó las operaciones poco después del ataque y se reanudaron los ataques con armas químicas.