Cuida tu flora intestinal
Nuestro cuerpo es el hogar de 100 billones de microorganismos, la mayoría viven en el intestino
En pleno boom de preocupación por la salud y el bienestar corporal y la promoción de hábitos de vida saludables, muchos productos de alimentación hablan de los beneficios de sus componentes para la flora intestinal, una parte de nuestro cuerpo que, nos advierten, tenemos que cuidar. Sin embargo, existe aún gran desconocimiento sobre las funciones de este microorganismo con el que convivimos.
“La flora intestinal es el conjunto de microorganismos vivos que habitan en nuestro intestino y con los que establecemos una relación de simbiosis y ayuda mutua”, explica Margarita Mas, especialista en Medicina y Cirugía y autora del libro ‘Las maravillas de la flora’. Mas afirma que, de hecho, nosotros mismos somos el resultado de la interacción entre todos nuestros genes y los genes de nuestras bacterias, que nos aportan funciones que nosotros solos no podemos hacer.
“Solo para hacernos una idea, tenemos diez veces más microorganismos que células. Nuestro cuerpo es el hogar de 100 billones de microorganismos pero la mayoría viven en nuestro intestino”, explica la doctora. Estos microorganismos que llegan a pesar hasta un kilo, actúan como un órgano más y suman una capacidad metabólica muy potente, además de desempeñar funciones importantes para el organismo: es clave para el sistema inmunológico, el desarrollo correcto de los órganos y el metabolismo.
“Nosotros les damos cobijo, les ofrecemos un sitio donde vivir con las condiciones qué necesitan -que es nuestro tubo digestivo-, y además les proporcionamos alimento. Nuestra flora intestinal se alimenta de lo que nosotros comemos”, apunta la experta dando la clave de cómo cuidarla.
La experta explica que el cuerpo humano no fabrica su flora intestinal, sino que la adquiere del exterior, de modo que cuando nacemos no tenemos flora intestinal pero la vamos generando con la lactancia, la alimentación y el contacto con agentes externos, entre otros factores.
La alimentación es la clave para mantener la diversidad de nuestra flora y ayudarla a desarrollar sus funciones y mantenerse en simbiosis con nosotros.
Se recomienda una ingesta de fibra en adultos superior a 25 gramos al día, siempre introducidos de forma progresiva sino estamos acostumbrados.
Asegurar que entre estas las fibras que tomamos en la dieta haya prebióticos.
Incorporar probióticos en la dieta, a través de los yogures, kéfires o leches fermentadas con bifidobacterias.
Llevar un estilo de vida saludable: correcta hidratación, actividad física regular y adecuada a nuestra realidad, unas correctas pautas de sueño, evitar todos los tóxicos conocidos (el alcohol y el tabaco) y evitar el estrés.