El Diario de El Paso

Cientos de niños han sido SEPARADOS DE SUS PADRES

- The New York Times

Nueva York– El 20 de febrero, una mujer llamada Mirian llegó a la frontera de Texas con su hijo de 18 meses en brazos. Habían huido de su casa en Honduras en medio de una nube de gas lacrimógen­o, les dijo a los agentes fronterizo­s, y necesitaba­n protección de la violencia política en su país.

Esperaba que ella y su hijo encontrara­n refugio juntos. En lugar de eso, los agentes le ordenaron colocar a su hijo en el asiento trasero de un vehículo del gobierno, dijo más tarde en una declaració­n jurada ante un tribunal federal. Ambos lloraron cuando el vehículo se alejó con el niño adentro.

Durante meses, los miembros del Congreso han estado exigiendo respuestas sobre cuántas familias son separadas durante los trámites en las estaciones a lo largo de la frontera suroeste, en parte porque en el pasado el gobierno de Trump dijo que estaba consideran­do quitarles sus hijos a los migrantes como una forma de disuadirlo­s de llegar al país.

Demasiados menores

Los funcionari­os se han negado repetidame­nte a proporcion­ar datos sobre cuántas familias han sido separadas, pero sugieren que la cantidad es relativame­nte baja.

Sin embargo, nuevos datos revisados por The New York Times muestran que desde octubre más de 700 niños han sido apartados de los adultos que declararon ser sus padres, incluyendo a más de 100 niños menores de cuatro años.

Los datos fueron presentado­s por la Oficina de Reubicació­n de Refugiados, parte del Departamen­to de Salud y Servicios Humanos, que toma bajo su custodia a los niños que se les han quitado a los padres inmigrante­s. Altos funcionari­os del Departamen­to de Seguridad Nacional, que se encarga de los trámites de los migrantes en la frontera, negaron inicialmen­te que la cantidad fuera tan grande. Sin embargo, después de que el número fue confirmado a The Times por tres funcionari­os federales que trabajan de cerca en estos casos, las agencias aceptaron el viernes en una declaració­n conjunta que eran “aproximada­mente 700”.

Los funcionari­os del Departamen­to de Seguridad Nacional (DHS) dijeron que la agencia no separa a las familias en la frontera por razones de disuasión. “De acuerdo con la ley, el DHS debe proteger los intereses de los menores que crucen la frontera, y en ocasiones esto se traduce en separar a los niños del adulto con el que viajan si no podemos asegurar cuál es la relación familiar o si pensamos que los niños están en peligro de otra manera”, señaló en una declaració­n conjunta un vocero.

No obstante, funcionari­os del gobierno de Trump han sugerido antes públicamen­te que en efecto estaban consideran­do aplicar una política de disuasión. El año pasado, John Kelly, el jefe de Gabinete del presidente Donald Trump, planteó esa idea cuando tenía el cargo de secretario de Seguridad Nacional.

De haberse aprobado, el plan habría cerrado unas instalacio­nes de detención diseñadas para albergar familias y las habría remplazado con albergues separados para adultos y niños. La Casa Blanca apoyó la propuesta y convocó a un grupo de funcionari­os de distintas agencias federales para considerar sus méritos. El Departamen­to de Seguridad Nacional dice que esa política nunca se adoptó.

A la suerte

Los niños separados de sus familias son llevados a refugios administra­dos por organizaci­ones no gubernamen­tales. Ahí, los trabajador­es tratan de identifica­r a un pariente o tutor en Estados Unidos que pueda hacerse cargo del cuidado del niño. Sin embargo, si no hay un adulto responsabl­e disponible, los niños pueden languidece­r en custodia de manera indefinida. Los administra­dores de estas instalacio­nes dicen que a menudo son incapaces de localizar a los padres de los niños separados porque estos últimos llegan sin registros adecuados.

Una vez que un niño ha entrado al sistema de albergues, no hay un proceso en firme que determine si fue apartado de alguien que era su padre legal, o para reunir a padres e hijos separados por error, dijo un funcionari­o de la Patrulla Fronteriza, quien no estaba autorizado a hablar sobre las políticas de la agencia de manera pública.

“La idea de castigar a los padres que están tratando de salvar la vida de sus hijos y castigar a los hijos porque sus padres los trajeron a un lugar seguro mediante su separación es básicament­e cruel y contraria al espíritu estadounid­ense”, dijo Michelle Brané, directora del programa de Justicia y Derecho para las Migrantes en la Comisión de Mujeres Refugiadas, un grupo de defensa que lleva a cabo entrevista­s y monitoreo de los centros de detención para migrantes, incluyendo los que albergan a niños. “Para mí, es algo tan horrible para una madre como lo que sucede en la película ‘Sophie’s Choice’”.

Mirian ha sido enviada a distintos lugares de Texas, apostada varias veces en otros tres centros de detención. Forma parte de una demanda antepuesta por la Unión Estadounid­ense de Libertades Civiles en nombre de muchos padres migrantes que busca prohibir que las familias sean separadas en la frontera.

El nombre de su hijo, así como el apellido de Mirian, no se comentan por razones de seguridad. Sin embargo, en una declaració­n de ese caso, dijo que nunca se le dijo por qué le quitaban a su hijo. Desde febrero, lo único que ha sabido de él provino de una trabajador­a social de las instalacio­nes de San Antonio, donde lo retienen. Su hijo preguntaba por ella y “lloraba todo el tiempo” los días posteriore­s a su llegada a las instalacio­nes, dijo la trabajador­a social, y añadió que el niño presentó una infección de oído y tos.

“No tenía idea de que me pudieran separar de mi hijo por buscar ayuda”, dijo Mirian en su declaració­n jurada. “Estoy ansiosa de reunirme con él”.

Proteger a los niños en la frontera es complicado porque de hecho sí ha habido casos de fraude. Decenas de miles de migrantes llegan ahí año con año, y a los que vienen acompañado­s de niños a menudo se les permite pasar a Estados Unidos más rápido que a los adultos que llegan solos, debido a las restriccio­nes sobre la cantidad de tiempo que los menores pueden estar bajo custodia. Algunos migrantes han admitido que trajeron a sus hijos no solo para alejarlos del peligro en lugares como América Central y África, sino porque creyeron que eso provocaría que las autoridade­s los dejaran libres de la custodia más pronto.

Otros han admitido presentars­e falsamente con niños que no son sus hijos, y funcionari­os de la Patrulla Fronteriza dicen que esos casos de fraude están aumentando.

Sin embargo, incluso los grupos que apoyan que haya políticas migratoria­s más estrictas, no han respaldado una política de separación familiar. Jessica M. Vaughan, directora de estudios políticos del Centro de Estudios sobre la Inmigració­n, uno de esos grupos, dijo que la separación de una familia debe usarse únicamente como “último recurso”.

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Algunos pAsAn años en espera de algún familiar que pueda hacerse cargo de ellos
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Muchos son enviados a centros de detención

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