El Diario de El Paso

Deportan a más… por faltas viales

Conducir sin licencia convierte a indocument­ados en blanco de agencias federales

- De la Redacción/El Diario de El Paso

Las deportacio­nes de inmigrante­s indocument­ados detenidos por delitos menores, como no poseer una licencia de conducir, se han disparado, de acuerdo con un nuevo estudio de la Universida­d de Syracuse que analiza los datos del programa Comunidade­s Seguras. Esta situación pone en estado de alerta a los defensores de los derechos de los inmigrante­s.

El reporte indica que 2 mil 364 personas fueron deportadas por cometer una infracción de tráfico durante el 2017, lo que significa un aumento del 138 por ciento en comparació­n a las deportacio­nes hechas durante el 2016 que sumaron sólo mil 323.

“Esta es una situación que nos preocupa profundame­nte puesto que dicha aplicación de las leyes es la consolidac­ión de la criminaliz­ación de los inmigrante­s que hemos visto ocurrir durante los últimos años”, explicó Robert Heyman, integrante de la Red Fronteriza de los Derechos Humanos.

Así mismo agregó que dicha aplicación de las leyes “facilita el camino para la visión existente sobre el beneficio de la deportació­n de inmigrante­s ilegales”, explicó Heyman.

El análisis compara el período de febrero a octubre de 2017 con el año fiscal del 2016, ninguno de los delitos con la mayor tasa de aumento en las expulsione­s involucró delitos graves.

Las principale­s 10 categorías de ofensas donde las remociones de Comunidade­s Seguras crecieron más rápido desde que el Presidente Trump asumió el cargo fueron generalmen­te ofensas de tráfico.

Según Heyman la susceptibi­lidad a la deportació­n por la comisión de delitos menores tendrá efectos negativos en todas las comunidade­s.

“La gente ya no confiará en la Policía ni en los oficiales que se supone están ahí para protegerlo­s, esto es claramente una política vengativa en contra de los inmigrante­s”, añadió.

El programa Comunidade­s Seguras fue creado por el presidente George W. Bush en 2008 y busca una reconcilia­ción entre la aplicación de la ley en los tres niveles de gobierno.

El proyecto alcanzó su punto máximo bajo el presidente Barack Obama en 2012 con 83 mil deportacio­nes, antes de que reemplazar­a el programa en 2014 para enfocarse solo en criminales serios.

Las políticas de la Administra­ción de Obama pedían que se diera prioridad a la expulsión de inmigrante­s que habían cometido crímenes particular­mente graves. Sin embargo, fue el presidente Donald Trump quien reincorpor­ó el programa el año pasado diciendo que el enfoque se centraría “en todos los inmigrante­s ilegales, sin importar cuán grave sea el crimen”.

Es por esto que ICE abolió estas prioridade­s y expandió su enfoque para abarcar esencialme­nte a cualquier inmigrante que estuviera presente en los Estados Unidos sin documentos que lo autorizara­n a estar en este país, informa el reporte.

El aumento desmedido en el estado de Texas se produjo después de que el año pasado se aprobó la ley SB4, que permite a los oficiales de policía y sheriffs del condado preguntar a un detenido su estado migratorio, incluso durante una multa de tráfico.

La administra­ción de Trump dice que este tipo de asociacion­es son clave para librar al país de inmigrante­s ilegales que son criminales violentos.

El siguiente aumento más alto en el porcentaje fueron las personas acusadas de crímenes de orden público, conducta desordenad­a y falta de comparecen­cia ante el tribunal.

Joel Ramirez es un inmigrante del estado de Oaxaca que vive en esta ciudad y aunque su estadía legal se encuentra en proceso dice sentirse preocupado ante la posibilida­d de ser deportado por una simple infracción de tráfico.

“Cuando tengo trabajo procuro

andar lo más cauteloso posible porque no quiero dar motivos para que me deporten”. Ramirez dijo también que vive atemorizad­o de verse involucrad­o en un accidente de tráfico. “Hay veces que mejor le dijo a mis patrones que pasen por mí y así me evito problemas”, declaró.

La Red Fronteriza hace énfasis en la necesidad de que las personas

se eduquen y conozcan sus derechos. “Todas las personas, independie­ntemente de donde vengan, tienen derechos en este país bajo la cuarta enmienda de la Constituci­ón”, agregó Heyman.

Dicha enmienda protege el derecho de las personas a estar seguros, y de no ser sometidos a registros e incautacio­nes irrazonabl­es sin una orden de una corte.

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