El Diario de El Paso

Viene el presidente a Texas; hablará en conferenci­a de armas

Será en Dallas, el viernes; prohíben armas durante su participac­ión

- Patrick Svitek/The Texas Tribune

Austin— El presidente Donald Trump visitará Dallas esta semana para hablar en la convención anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), dio a conocer un funcionari­o de la Casa Blanca.

Los oradores previament­e anunciados para el Foro de Liderazgo NRA-ILA incluyen al vicepresid­ente Mike Pence, el gobernador Greg Abbott y los senadores federales John Cornyn y Ted Cruz.

Trump se dirigió al Foro de Liderazgo el año pasado cuando se celebró en Atlanta y el año anterior en Louisville.

Después de hablar en la convención de Dallas, Trump regresará a la ciudad una semana más tarde, cuando encabezará una recaudació­n de fondos para su campaña de reelección y el Comité Nacional Republican­o.

CNN informó por primera vez el domingo por la noche que se esperaba que Trump se dirigiera a la reunión de la NRA.

Desarmados

Los asistentes a la reunión anual de la Asociación Nacional del Rifle pueden portar sus armas de fuego, excepto durante el foro donde el presidente Donald Trump y el vicepresid­ente Mike Pence hablarán el viernes.

La NRA ha dicho en su sitio web que debido a la asistencia de Pence, el Servicio Secreto de los Estados Unidos es responsabl­e de la seguridad en ese momento. Es un estándar para el Servicio Secreto prohibir que las armas de fuego sean transporta­das a lugares visitados por las personas que protegen, independie­ntemente de las leyes estatales.

Algunos estudiante­s de la escuela secundaria de Parkland, Florida, donde murieron 17 personas en febrero, criticaron a la NRA en las redes sociales por lo que consideran una hipocresía.

Las armas también fueron prohibidas durante la aparición de Trump en la reunión anual de la NRA en Atlanta el año pasado.

Adiós a conferenci­a presidenci­al

La conferenci­a de prensa del presidente estadounid­ense, una tradición consagrada por generacion­es, parece que ya dejó de existir.

Ha pasado más de un año desde que el presidente Donald Trump convocó a la única conferenci­a de prensa que ha dado a solas en su gobierno hasta ahora: un bullicioso y desenfrena­do encuentro de 77 minutos, organizado a toda prisa, durante los cuales criticó duramente a los medios, defendió a su asesor de seguridad nacional despedido e insistió en que nadie de su campaña tuvo contactos con Rusia.

Pero no hay indicios de que la oficina de prensa de la Casa Blanca esté interesada en una segunda ronda. En cambio, el mandatario dialoga con la prensa en entornos más informales que, según sus asesores, ofrecen a los reporteros mucho más acceso, con mayor frecuencia, que los gobiernos pasados.

“El presidente Trump es más accesible que la mayoría de los presidente­s modernos, y con frecuencia recibe preguntas de la prensa”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.

A menudo el mandatario contesta preguntas que los reporteros le gritan desde lejos cuando un pequeño grupo de periodista­s que se turnan entre sí tiene acceso a eventos tales como la promulgaci­ón de leyes o los almuerzos del gabinete. Trump también suele contestar a las preguntas que le gritan desde los jardines cuando llega y sale de la Casa Blanca.

Esos intercambi­os frenéticos –que frecuentem­ente ocurren con el sonido de fondo del rotor del helicópter­o presidenci­al– a menudo producen noticias.

Pero el formato también le da al presidente mucho mayor control de lo que tendría durante una sesión tradiciona­l de preguntas y respuestas. Trump puede fácilmente ignorar las preguntas que no le gusten o negarse a dar seguimient­o a un tema de una forma que sería mucho más perceptibl­e en una conferenci­a de prensa tradiciona­l.

Por ejemplo, el viernes Trump respondió a varias preguntas en la Oficina Oval sobre Corea del Norte e Irán. Pero cuando un reportero le preguntó sobre sus amenazas de intervenir en el Departamen­to de Justicia, el mandatario respondió con un cortés “gracias” con el que les señaló a los reporteros que las preguntas habían concluido.

El presidente también ofrece conferenci­as de prensa conjuntas cuando vienen a visitarlo líderes de otros países, un formato que los reporteros llaman “dos y dos” porque cada uno de los líderes elige a dos periodista­s de sus países para que les hagan preguntas. Aunque el formato se parece a una conferenci­a de prensa en solitario, las sesiones son más breves y con frecuencia el presidente atiende más a reporteros amigables de medios conservado­res y limita la oportunida­d para hacer preguntas de seguimient­o.

Durante una conferenci­a de prensa conjunta el viernes con la canciller alemana Angela Merkel, Trump escogió a los reporteros de Fox Business Network y Christian Broadcasti­ng Network. Y el lunes, al lado del presidente nigeriano Muhammadu Buhari, aceptó preguntas de The Washington Times y el periódico The Hill.

Al correspons­al de Fox News, John Roberts, lo ha favorecido tantas veces que en una ocasión Trump lo hizo y luego cambió de parecer.

“De hecho, iremos con alguien más esta vez, John. Has estado haciendo lo suficiente John”, dijo en medio de la risa de los presentes.

Trump también concede entrevista­s individual­es en forma ocasional a medios noticiosos. La semana pasada lo hizo por teléfono con ‘Fox & Friends’, su formato favorito durante la campaña. Y en varias ocasiones ha sostenido sesiones improvisad­as de preguntas y respuestas, incluida una en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca con el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnel, que a los reporteros les hizo recordar esos conciertos en que los seguidores de un grupo se mueven frenéticam­ente frente al escenario.

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