Se esfuma posible acuerdo de NAFTA en 2018
Conversaciones se han extendido más allá de la fecha límite del Congreso
Washington- El prospecto de concluir con una nueva redacción del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) este año pareció reducirse de manera importante este jueves, cuando la fecha límite establecida por los republicanos en el Congreso pasó y el negociador comercial líder estadounidense, Robert Lighthizer, dijo que los países involucrados no estaban “ni un poco cerca de llegar a un acuerdo”.
Para obtener la aprobación de un acuerdo del actual Congreso, dominado por republicanos, el presidente de la Cámara, Paul D. Ryan, estableció la fecha límite del 17 de mayo para que la Casa Blanca notificara al Congreso sobre un acuerdo inminente. La fecha llegó y pasó el jueves, mientras Canadá, México y Estados Unidos seguían sin concordar sobre partes importantes del extendido acuerdo de 24 años.
Los asesores comerciales de todo el espectro político dijeron que el actual Congreso aún podría votar sobre el acuerdo este año si los negociadores concluyeran sus conversaciones en las siguientes semanas. Sin embargo, los desacuerdos importantes que todavía existen entre los tres países, además de las opiniones divergentes entre los legisladores que deben aprobar el acuerdo, hacen que disminuya la posibilidad de que el NAFTA se resuelva pronto.
En una declaración del jueves, Lighthizer, el representante comercial de Estados Unidos, señaló que persiste “una brecha de diferencias” entre los países respecto de la propiedad intelectual, la agricultura, la energía y otras áreas. “Por supuesto, continuaremos participando en la negociación, y espero con ansias trabajar con mis contrapartes para asegurar el mejor acuerdo posible para los agricultores, dueños de ranchos, trabajadores y negocios estadounidenses”, añadió.
Los retrasos podrían dejar el futuro de un NAFTA revisado en manos de los demócratas, si ganan una o dos de las Cámaras del Congreso en las elecciones intermedias de este año. A su vez, lo más seguro es que eso incremente las posibilidades de que el NAFTA del presidente Donald Trump no sea ratificado por el Congreso, afirman los expertos en comercio.
Los funcionarios de Trump han estado buscando un acuerdo rápido para evitar esa posibilidad y parecían haber avanzado la semana pasada en disposiciones clave relacionadas con los automóviles. No obstante, los tres países aún deben finalizar los términos para los autos y siguen divididos en algunas disposiciones, así como en otros puntos polémicos, como la propuesta del Gobierno de Trump de añadir al acuerdo una cláusula de terminación a cinco años y de echar para atrás las protecciones legales a los inversionistas extranjeros.
Migración en juego
Las conversaciones se han complicado todavía más debido a la insistencia de Trump para que México se encargue del flujo de migrantes a Estados Unidos y su amenaza de vincular la inmigración al acuerdo revisado.
Los funcionarios estadounidenses han propuesto limitar el flujo de migrantes a Estados Unidos mediante la creación de lo que se conoce como un acuerdo de “Tercer país seguro” con México. Eso permitiría a los funcionarios fronterizos rechazar a personas que buscaran asilo y usaran México como una vía para llegar a Estados Unidos.
Estados Unidos tiene un acuerdo así con Canadá, y forjar un pacto similar con México reduciría de manera significativa la cantidad de migrantes que llegan por la frontera sur. Sin embargo, tal acuerdo produciría una carga logística y financiera para México al lidiar con los solicitantes de asilo, muchos de los cuales viajan desde Centroamérica.
Algunos funcionarios mexicanos –incluyendo al secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, quien dirige las conversaciones– han insistido en que las negociaciones se limiten al contenido del acuerdo mismo y no incluyan la inmigración.
No obstante, para Trump esos dos asuntos están vinculados. El mes pasado tuiteó: “México, cuyas leyes migratorias son muy estrictas, debe detener a la gente que pasa por México hacia Estados Unidos. Podríamos hacer que esto sea una condición para el nuevo NAFTA”.
El jueves se reunieron funcionarios de ambos países para comenzar los primeros dos días de conversaciones programadas sobre una serie de asuntos relacionados con la inmigración.
Sarah Huckabee Sanders, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, se negó a hacer comentarios sobre las negociaciones pero dijo que, en cuanto a la inmigración, “el presidente Trump quiere ver que México tome la iniciativa y haga más”.
Hasta el viernes pasado, los funcionarios mexicanos pensaban que habían llegado a un acuerdo con sus contrapartes estadounidenses en un punto clave del NAFTA cuando se acercaron a conciliar reglas que aumentarían la participación del contenido de los automóviles que debe fabricarse en la región para que no se les apliquen aranceles, así como normas para los salarios mínimos de los empleados de la industria automotriz, de acuerdo con un funcionario del Gobierno mexicano.
Los mexicanos han estado deseosos de concluir el acuerdo antes de las elecciones presidenciales, programadas para el 1 de julio. Los estadou– nidenses, creyendo que los mexicanos se someterían a las normas automotrices para llegar al acuerdo de manera expedita, insistieron en una postura más rígida la semana pasada, a lo que los mexicanos respondieron rechazando la propuesta, con el argumento de que prefieren no llegar a un acuerdo que consentir uno malo, según funcionarios.