El Diario de El Paso

Huyó de México; ya es ciudadano de EU

Materializ­a su sueño tras escapar de la insegurida­d en el Valle de Juárez

- Roberto Carrillo Arteaga/El Diario de El Paso

Gilberto Calderón Jr. alcanzó la paz que tanto anhelaba una vez que obtuvo la ciudadanía estadounid­ense, pero su odisea no fue nada sencilla tras permanecer como inmigrante ilegal en su niñez, y ser beneficiar­io del programa DACA en su juventud.

“Yo sólo sé que si me hubiera quedado en México hoy ya estaría muerto”, dijo Calderón, originario de Porvenir, Chihuahua y estudiante de excelencia en Denver City, Colorado.

Fue en el año 2001 cuando los Calderón viajaron con visa de turistas a Colorado, con el fin de visitar a algunos parientes, pero las condicione­s que imperaban en el Valle de Juárez, y una oferta de trabajo al jefe de familia, hicieron que su destino cambiara drásticame­nte.

“Recuerdo que en ese entonces veníamos con visa y un permiso por 6 meses, y que el crucero en Sierra Blanca estaba cerrado”, rememora Calderón Jr., que en ese entonces contaba con 10 años de edad.

“No nos trajimos todo, nada más lo que era necesario, porque en realidad no pensábamos que nos íbamos a quedar en los Estados Unidos, pero las cosas se dieron así”, sostuvo.

Calderón Jr. recuerda que en México cursaba el cuarto año de primaria, pero que al asentarse en Denver City lo colocaron en el tercer grado, para facilitar su transición en un sistema escolar llevado en idioma inglés.

A base de tesón, a pesar de ser indocument­ado, Gilberto logró terminar sus estudios elementale­s y secundario­s, para obtener su diploma en la Denver City High School, con los máximos honores académicos.

“Siempre me gustó el estudio, por eso es que fue muy satisfacto­rio graduarme con 3.9 de promedio en GPA, y ser el mejor de mi clase”, dijo Calderón, que para ese entonces ya había sido beneficiad­o con el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia).

De acuerdo a Calderón Jr., la economía en Denver City gira en torno al comercio del aceite y la industria automotriz, por ello es que decidió especializ­arse en sus estudios cuando recién recibió los beneficios de DACA, es decir, un número de Seguro Social y un permiso para trabajar legalmente en su país de residencia.

“Cuando llegó DACA me cambió mucho la vida, gracias a DACA me apliqué en el colegio, agarré mi licencia de manejar, y una identifica­ción oficial y tras 2 años de estudio me pude certificar como mecánico de Chevrolet, Cadillac”, me sentía muy bien con mi nueva vida”, sostuvo el inmigrante mexicano.

“Me sentía tranquilo, confiado de que las cosas se estaban haciendo bien, pero cuando el presidente Trump fue electo, y decidió terminar el programa DACA, me sentí muy intranquil­o, perdí la paz y me preocupaba encontrar la manera de arreglar mi situación”, sostuvo.

Violencia en casa

En la zona del Valle de Juárez, de donde Gilberto es originario, el trasiego de droga rumbo a los Estados Unidos es grave, situación de la que el nuevo ciudadano de los Estados Unidos es consciente, más ahora que tiene un nuevo futuro frente a sí.

“En Porvenir, donde yo crecí, el ser narco era algo que se sabía, la gente conocía quién se dedicaba a eso, y unos primos míos llegaron incluso a ser jefes de la plaza en ese mundo, los mismos con los que jugué cuando yo era un niño”, recordó.

Los recuerdos que Calderón tiene de su infancia, contrastan ahora con la realidad, donde él se siente afortunado por el giro que tomó su destino hasta obtener la naturaliza­ción.

“Yo sólo sé que si me hubiera quedado en México hoy ya estaría muerto, porque quizá yo no hubiera elegido ese camino, pero quizá mi hermano sí, y tal y como pasaba en la escuela, yo siempre salía a defenderlo, y él a mí, entonces creo que las cosas no hubieran terminado bien si nos hubiéramos quedado en Porvenir”.

De acuerdo a Calderón la suerte de sus primos, que sí tomaron el camino del trasiego de enervantes, ha sido diametralm­ente opuesta a la de él.

“Uno de ellos está muerto, otro está preso en los Estados Unidos, y otro más fue arrestado y lo mandaron a la cárcel en México hasta las Islas Marías”, afirmó el entrevista­do.

Naturaliza­ción por herencia

Para fortuna de Calderón y su familia, la abogada Jeanne Morales tomó su caso, y en lugar de requerir la residencia permanente para los miembros de dicha familia, su estrategia legal los llevó a solicitar la ciudadanía por herencia.

“Encontramo­s dentro de la legalidad la manera de indagar en el pasado de cada individuo, de investigar su árbol genealógic­o y constatar si alguno de sus antepasado­s fue ciudadano estadounid­ense, una práctica que pocos firmas legales hacen, pero que nosotros utilizamos para beneficio de la familia Calderón”, dijo la abogada, cuyo equipo tuvo que trasladars­e y revisar archivos oficiales en 3 diferentes estados.

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giLBertO CaLDerÓn Jr jura lealtad a EU en las oficina de UsCIs en Dallas

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