Tiroteo en Santa Fe no afectará elecciones
Austin— Texas tiene su elección primaria de segunda vuelta apenas cuatro días después de que un estudiante de 17 años asesinara a 10 personas e hiriera a otras 13 en su escuela secundaria Santa Fe, cerca de Houston.
Eso envió ondas de choque a través de Texas y la nación. Pero es poco probable que sea un factor importante en los comicios del martes, que decidirán 34 contiendas, incluidos los nominados del partido para gobernador y Congreso, donde ningún candidato ganó al menos el 50 por ciento de los votos emitidos durante la primaria del 6 de marzo en Texas.
Aquí hay un vistazo a por qué:
Lucha demócrata por la Cámara
Texas tiene 17 elecciones de segunda vuelta para la Cámara de Representantes, 11 demócratas y seis republicanas. El que distrito que más ha llamado la atención está Houston donde el Partido Demócrata nacional criticó abiertamente a Laura Moser, quien corre para derrotar al representante republicano John Culberson. El asiento es uno de los tres en poder del Partido Republicano que los demócratas esperan cambiar en noviembre porque los vontantes prefirieron a Hillary Clinton sobre Donald Trump en 2016.
Moser llegó ala segunda vuelta detrás de Lizzie Pannill Fletcher, una activista por el derecho al aborto y destacada abogada. El Comité Demócrata de la Campaña del Congreso criticó a Moser por haber escrito en broma en 2014 que preferiría que le arrancaran los dientes que vivir en una pequeña ciudad de Texas.
Fletcher y Moser están de acuerdo en la necesidad de leyes federales de armas más estrictas y también dicen que los problemas locales, como la recuperación en curso después de la devastación por el huracán Harvey, están impulsando la carrera, no las disputas entre partidos. Aún así, el resultado será visto como una prueba de los esfuerzos del orden establecido demócrata para domar a un ala insurgente.
Los otros dos titulares posiblemente vulnerables son el representante federal Pete Sessions en Dallas, que rara vez ha sido cuestionado desde su llegada al Congreso en 1997, y el representante Will Hurd, cuyo extenso distrito fronterizo frecuentemente ha cambiado de partido.
Se espera que el ex linebacker de la NFL convertido en abogado de derechos civiles Colin Allred gane el martes para enfrentar Sessions. Gina Ortiz Jones, una ex oficial de inteligencia lesbiana y filipina-americana debería de enfrentar con Hurd en noviembre.
Texas tiene un récord de ocho escaños abiertos en la Cámara, con seis republicanos y dos demócratas que dejan el Congreso. Pero en ninguno de esos escaños es probable que cambie el partido, lo que significa que la mayor parte de la delegación del congreso de 36 miembros del estado se mantendrá firmemente a favor de los derechos de propiedad de armas.
Armas y carrera para gobernador
La única segunda vuelta a nivel estatal presenta a dos candidatos demócratas a gobernador poco conocidos: la ex Sheriff del condado de Dallas Lupe Valdez contra el empresario de Houston Andrew White, cuyo padre, Mark, fue gobernador desde 1983 hasta 1987.
Valdez, la primera sheriff hispana abiertamente gay de Texas, superó a White en marzo sin romper un 50 por ciento. Ambos reaccionaron ante el tiroteo en Santa Fe al pedir que se reduzcan los límites de venta de armas y exigir los “controles universales de antecedentes”, al tiempo que critican al gobernador republicano Greg Abbott por no haber resistido al cabildeo nacional de armas.
A partir del martes, Abbott convocará a mesas redondas a nivel estatal para discutir la prevención de tiroteos escolares futuros, pero no ha mencionado siquiera la noción de control de armas.
Hasta el momento, algunos estudiantes que sobrevivieron al tiroteo en Santa Fe han apoyado más a Abbott y han sido cautelosos a la hora de organizar el control de armas nacional que sus contrapartes que sobrevivieron al tiroteo masivo del 14 de febrero en Parkland, Florida. Eso le da protección política a Abbott si se concluye poco de las discusiones.
Ni Valdez ni White deberían desafiar seriamente a Abbott. Texas no ha elegido un gobernador demócrata desde 1990 y el partido no ha ganado ninguna elección a nivel estatal desde cuatro años después de eso: la racha de derrotas políticas más larga del país.