Tolerancia cero
Washington— El fiscal general Jeff Sessions oficializó la política de “tolerancia cero” en la frontera con México en un memorando fechado el 6 de abril. Desde entonces, el gobierno estadunidense comenzó a presentar cargos criminales contra todos los inmigrantes detenidos por ingresar sin documentos al país, sin excepciones.
El objetivo de la política, según lo anunció el propio Sessions, era disuadir la llegada de más indocumentados a la frontera sur. Pero su implementación ha provocado una crisis humanitaria para la administración Trump.
La nueva directriz generó un dramático incremento en el número de menores separados de sus familias. Los adultos son enviados a las cortes de justicia con cargos criminales y sus niños, transferidos a albergues del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). Durante mayo, en tan solo un periodo de 14 días, la administración Trump separó 658 niños de sus padres, prácticamente el mismo número que durante los seis meses anteriores a cuando la “tolerancia cero” no era una política oficial.
El incremento tomó desprevenidas a las agencias encargadas del cuidado de estas familias que se vieron superadas por la demanda de espacio y de asistencia. Los menores que son separados de sus padres requieren de servicios para los que no están acondicionadas las estaciones migratorias. Cunas, fórmula para bebé, atención constante y cuidados médicos especiales. También están pasando más tiempo en estos lugares que otros menores debido a que sus padres ingresan a un sistema criminal que en la mayoría de los casos toma meses para procesar a estos adultos. Ante esta clara violación de los derechos humanos de las familias migrantes y de los niños, la Organización de las Naciones Unidas demandó que el gobierno de Trump abandone la práctica de separación familiar que se aplica incluso a personas que han presentado solicitudes legales para obtener asilo político en Estados Unidos.
Si la crisis humanitaria y la condena internacional a las políticas antiinmigrantes de Trump no son argumento suficiente, ayer la Patrulla Fronteriza publicó datos que muestran cómo la “tolerancia cero” no ha cumplido con el objetivo de disminuir el flujo de migrantes.
En mayo, el total superó los 50 mil arrestos, entre ellos varias familias y también menores no acompañados, lo que demuestra que la crisis continúa a pesar del endurecimiento de los procedimientos migratorios.
La nueva política migratoria del presidente Trump es cruel, ineficaz y en algunos casos ilegal. El Congreso estadunidense debe mostrar cero tolerancia con esta práctica y hacer lo necesario para detenerla. Empezando por dejar de financiar la maquinaria de criminalización y persecución de los migrantes.