HACEN HISTORIA
Donald Trump y el dictador norcoreano, Kim Jong Un, protagonizan una esperada cumbre en Singapur, con impacto incierto
Singapur – Con un apretón de manos, el líder norcoreano Kim Jong-un y el mandatario estadounidense Donald Trump iniciaron una histórica reunión en una cumbre histórica en Singapur.
“Hemos superado muchos obstáculos para llegar aquí”, dijo Kim Jong-un.
“Vamos a tener una gran relación”, respondió Trump.
Teniendo como fondo banderas estadounidenses y norcoreanas, el patio del hotel Capella en la isla de Ventosa, fue el escenario del esperado encuentro.
Tras las fotos, y a una indicación con la mano de Trump, los dos mandatarios se dirigieron a la habitación privada donde se reunieron a solas, acompañados solamente por sus traductores, durante 45 minutos.
La cumbre no tenía el simbolismo de la reunión intercoreana de Panmunjom el abril, cuando Kim tomó de la mano al presidente surcoreano, Moon Jae-in, para cruzar juntos la línea de demarcación.
Pero la emoción estaba presente en el ambiente. Kim pareció nervioso durante los primeros segundos, antes de recuperar la entereza.
“Me siento muy bien”, dijo Trump al comienzo de su conversación.
"Vamos a tener un gran diálogo y creo, un tremendo éxito, será tremendamente exitoso y es mi honor; tendremos una relación magnífica, no me cabe duda”, comentó.
“Los viejos prejuicios y prácticas actuaron como obstáculos en nuestro camino, pero los hemos superado y aquí estamos hoy”, ha contestado Kim.
“Efectivamente”, le replicó el inquilino de la Casa Blanca.
A su reunión a solas le siguió una conversación en la que se incorporaron las respectivas comitivas, y un almuerzo de trabajo.