Culmina cumbre con resultados imprecisos
Singapur— En un día que comenzó con un coreografiado apretón de manos y terminó con una conferencia de prensa, el presidente Donald Trump profundizó su apuesta sobre el líder norcoreano el martes, argumentando que sus florecientes relaciones personales llevarían a la rápida desaparición de su programa nuclear.
Trump, actuando más como vendedor que como estadista en una reunión histórica con su homólogo norcoreano, Kim Jong-un, también le dio una importante concesión: no más simulacros militares entre Estados Unidos y Corea del Sur, un cambio que sorprendió a Corea del Sur y al Pentágono.
Después de horas de contacto cara a cara, Trump dijo que creía que el deseo de Kim de acabar con la animadversión de siete décadas de su país con Estados Unidos era sincero.
“Fue muy firme en el hecho de que quiere hacer esto”, dijo Trump en la conferencia de prensa antes de regresar a su país. Mientras advertía que no podía estar seguro, Trump dijo: “Creo que podría querer hacer esto tanto o más que yo”.
Aun así, una declaración conjunta firmada por los dos después de su reunión, la primera entre un presidente estadounidense y un líder norcoreano, fue tan escasa como extravagante fue la cumbre. Pidió la “desnuclearización completa” de la Península de Corea, pero no proporcionó ni un cronograma ni detalles sobre cómo el Norte podría renunciar a sus armas.
La declaración, que los funcionarios estadounidenses negociaron intensamente con los norcoreanos y esperaban que fuera una hoja de ruta para un acuerdo nuclear, era una página y media de lenguaje diplomático reciclado a partir de las declaraciones negociadas por Pyongyang en las últimas dos décadas.
No mencionó la antigua demanda de Trump, supuestamente no negociable, de que Corea del Norte se someta a una desnuclearización completa, verificable e irreversible. No hizo mención de los misiles de Corea del Norte. Ni siquiera fijó una fecha para una reunión de seguimiento, aunque el presidente dijo que invitaría a Kim a la Casa Blanca cuando fuera el momento adecuado.
“Esto es lo que Corea del Norte ha querido desde el principio, y no puedo creer que nuestro lado lo haya permitido”, dijo Joseph Y. Yun, un ex funcionario del Departamento de Estado que ha negociado con Norcorea. “Simplemente estoy sorprendido de que meses de negociaciones hayan producido tan poco”.
Pero si el resultado fue corto en detalles, la diplomacia reemplazólos temores de un enfrentamiento nuclear. La escasa declaración conjunta parecía casi irrelevante para Trump, quien dijo que la reunión fue exitosa.
Señaló que había tomado la medida de Kim durante la reunión de tres horas, además de un almuerzo, y lo encontró genuino en su deseo de sacar a Corea del Norte de una espiral de confrontación.
El presidente reclamó dos resultados inmediatos de la cumbre. Dijo que Kim se ofreció voluntariamente para desmantelar una instalación que prueba motores para misiles balísticos. Por su parte, Trump acordó detener los ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur, parte de lo que el Gobierno surcoreano ve como baluarte de su alianza con los EU.
Trump dijo que los ejercicios –se refería a ellos como “juegos de guerra”– eran costosos e innecesariamente provocativos para Pyongyang.
Funcionarios de EU dijeron que el lenguaje vago en la declaración no significaba que EU había suavizado su demanda de desnuclearización. El secretario de Estado, Mike Pompeo, reanudará las negociaciones con los norcoreanos la próxima semana sobre los detalles.
Pero no hay un marco de tiempo para esas negociaciones. Y si los norcoreanos se negaban a ofrecer concesiones bajo la presión de una cumbre inminente, no está claro por qué lo harían ahora, especialmente con Trump reconociendo que tomará mucho tiempo para que Corea del Norte se desarme.