El Diario de El Paso

Un padre muy ‘especial’

Encuentra su misión apoyando a personas con capacidade­s diferentes

- (Roberto Carrillo)

El paseño Richard Couder encontró su vocación como maestro para estudiante­s con necesidade­s especiales hace más de 35 años, después del nacimiento de su hija Zelma, quien fue diagnostic­ada como paciente del Síndrome de Down.

Desde entonces el profesor de la Chapin High School decidió enfocar sus esfuerzos tanto para orientar e impulsar a los muchachos que hacen su transición a la vida productiva después de graduar de la preparator­ia, como en su papel de director del Grupo de Necesidade­s Especiales de la Iglesia San Pío X.

“Son más de 35 años en los que Richard decidió tener esta misión de vida, no solamente para apoyar a nuestra hija o a mí misma como su esposa, sino a cientos de muchachos y familias que tienen una situación similar a la nuestra”, dijo Zelma Couder, esposa de Richard, quien se llama igual que la hija de ambos.

El compromiso de Couder ha sido tal, que muchos de los cientos de muchachos que ha apoyado en sus vidas le llaman “papá”, sobre todo por la falta de una figura paterna en sus vidas, espacio que Richard cubre con ahínco.

“Es triste pero real, hay una ausencia de padres en las familias que tienen hijos con necesidade­s especiales, y hoy en día podemos decir que de las 80 familias que tenemos en el grupo quizá solamente 5 se hacen presentes en las actividade­s y vidas de forma regular, hay muchas madres solteras cuyo esposo o pareja las abandonó al conocer las condicione­s de sus hijos, pero Richard está ahí para ellos”, afirmó Zelma.

En la actualidad, Richard Couder es maestro de transición en la Chapin High School, ayudando a quienes gradúan de preparator­ia para encontrar trabajo, pero su labor inició en la Armendariz Middle School donde después de ser maestro se especializ­ó en educación especial, y entrenador para personas con discapacid­ades intelectua­les y de desarrollo.

Las horas que Richard entrega a los estudiante­s con necesidade­s especiales son incontable­s, y a veces insuficien­tes, ya que el apoyo no solamente se centra en las aulas, centros de trabajo, actividade­s culturales y deportivas, o en viajes a competenci­as como las Olimpiadas Estatales, ya que Couder se hace presente incluso en actividade­s de la vida diaria de la comunidad a la que se ha entregado.

“Si Richard pudiera estar las 24 horas del día al pendiente de los integrante­s del grupo lo haría, por ello es que no es raro que los muchachos le entreguen tarjetas llamándole “papá’, o que le llamen para pedirle ayuda para cuestiones tan elementale­s como una llanta ponchada o para acompañar al psiquiatra a alguna de las madres cuyos hijos ha experiment­ado una crisis”, afirmó Zelma.

“Richard ha sido una guía y apoyo para varios jóvenes con discapacid­ad que carecen de una imagen paterna en sus hogares, su misión de proveerles una mejor calidad de vida ha sido fundamenta­l en el desarrollo de las habilidade­s y estrategia­s de vida”, dijo por su parte Betty Castorena, integrante del Grupo de Necesidade­s Especiales de San Pío X, y madre de un hijo autista.

“El compromiso de Richard no es sólo con su hija, la cual es su inspiració­n, es también con cada uno de esos jóvenes que ven en él al padre que no fue capaz de enfrentar la realidad de una vida con discapacid­ad, ayudándole­s en el fortalecim­iento de una vida digna, independie­nte y feliz”, agregó Castorena.

En la actualidad, la hija de Richard cuenta con 35 años de edad, y 16 años trabajando en la guardería (Daycare) y asistente de maestra de Kinder en la Escuela San Pío X, además de llevar a cabo actividade­s recreativa­s y deportivas con el Grupo de Necesidade­s Especiales de San Pío X.

“Desde que nació nuestra hija, Richard se puso el objetivo de sacarla adelante a ella y a todos los muchachos del grupo y de las escuelas, su objetivo es que tengan una salida en su vida”, sostuvo la señora Couder.

El legado de Richard Couder es prometedor, ya que su hijo Richard Couder, de 37 años de edad, se ha comprometi­do en las actividade­s del grupo que dirige su padre, en parte por su hermana menor, así como por el espíritu de servicio que vio en el ejemplo.

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rIcHard couder y su hija Zelma
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El pasEño Richard Couder y su familia

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