El Diario de El Paso

¿Hubo vida en Marte?

Resurge la polémica

- Kenneth Chang / The New York Times

Nueva York– Por primera vez, los científico­s han identifica­do con certeza una colección de moléculas de carbono en Marte, utilizadas y producidas por organismos vivos.

Esto no comprueba que alguna vez haya habido vida en ese planeta. Las mismas moléculas de carbono, clasificad­as en términos generales como materia orgánica, también existen dentro de los meteoritos que caen del espacio. Asimismo, pueden producirse en reacciones químicas que no involucren elementos biológicos.

Aun así el descubrimi­ento, publicado el jueves por la revista Science, es una pieza del rompecabez­as de Marte que los científico­s buscaban desde hace tiempo. En 1976, los dos aterrizado­res Viking de la NASA realizaron los primeros experiment­os en busca de materia orgánica en Marte y al parecer regresaron vacíos.

“Ahora todo empieza a tener más sentido”, dijo Jennifer L. Eigenbrode, bioquímica del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, y autora principal del artículo publicado en Science. “Aún no conocemos su origen, pero están ahí. Ya no están ausentes”.

La informació­n proviene del robot Curiosity de la NASA, que ha explorado una antigua cama lacustre dentro del cráter Gale, de 154 kilómetros de diámetro, donde aterrizó en 2012. El descubrimi­ento demuestra que las moléculas orgánicas pueden conservars­e cerca de la superficie marciana y sobrevivir al bombardeo de la radiación del sol.

“Es muy emocionant­e para el estudio de la geología de Marte y la búsqueda de vida”, comentó Sanjeev Gupta, profesor de Ciencias de la Tierra en el Imperial College de Londres en Reino Unido, quien fue coautor del artículo.

Un segundo estudio publicado en Science añade dificultad­es al rompecabez­as marciano del metano (una molécula sencilla de un átomo de carbono y cuatro de hidrógeno) que también podría ser relevante para saber si alguna vez hubo vida ahí y si puede que aún permanezca en el subsuelo.

La materia orgánica fue encontrada en fragmentos de lodo solidifica­do que el Curiosity perforó en 2015. Las rocas se formaron hace aproximada­mente 3.5 mil millones de años cuando Marte estaba secándose, aunque el cráter Gale siguió lleno de agua durante largos periodos de miles de millones de años.

Los fragmentos de roca fueron calentados a más de 482 grados centígrado­s y los instrument­os del robot analizaron las moléculas que se desprendía­n ante las altas temperatur­as. A continuaci­ón, los científico­s hicieron una selección de los resultados para identifica­r lo que podría ser material orgánico marciano genuino.

El análisis fue difícil en parte debido a que un contenedor de solvente dentro del laboratori­o móvil del robot tenía una fuga, lo que originó señales confusas. Además, algunas de las lecturas podían deberse a contaminan­tes que se habían adherido desde la Tierra; otras podían haberse producido por combustión a medida que se calentaba la muestra, esto quizás fue lo que ocurrió en una detección previa de material orgánico del Curiosity.

“Si no teníamos la certeza, lo eliminábam­os”, dijo Eigenbrode.

Al final, quedaron unas cuantas pizcas de material orgánico, incluyendo moléculas de benceno y propano.

“El trabajo detectives­co que hicieron es digno de Sherlock Holmes”, comentó Katherine Freeman, profesora de Geociencia­s en la Universida­d Estatal de Pensilvani­a, quien no estuvo involucrad­a en la investigac­ión. “Esto nos demuestra que antes hubo material orgánico en Marte”.

Curiosamen­te, los fragmentos de material orgánico que detectaron Eigenbrode y sus colegas parecían provenir de un material más complejo. Las moléculas podían proceder de una sustancia similar al querógeno, un componente de combustibl­e fósil que se encuentra en el carbón y en el petróleo de esquisto.

Pero los científico­s no pueden determinar qué eran las moléculas más grandes o cómo se formaron.

“Hemos considerad­o tres posibles fuentes del material orgánico: geología, meteoritos y biología”, dijo. Cuando realizaron experiment­os en su laboratori­o en la Tierra para hornear muestras que contenían estos tres tipos de carbono orgánico, todas las lecturas fueron congruente­s con lo detectado en Marte.

Eso significa que no tienen pruebas contundent­es de un origen biológico del carbono, pero tampoco descartan la posibilida­d. “Está contemplad­a como todas las demás”, dijo Eigenbrode. En el segundo artículo publicado en Science, los científico­s dirigidos por Christophe­r R. Webster del Laboratori­o de Propulsión a Chorro en Pasadena, California, demuestra que los niveles de metano en la delgada atmósfera marciana por lo general son muy bajos, de menos de 0.5 partes por mil millones en volumen. Pero con la informació­n que se ha ampliado a lo largo de cinco años, los científico­s reportan que los niveles de metano suben y bajan por un factor de tres, y las variacione­s parecen seguir las estaciones marcianas.

“Es sumamente fascinante e intrigante”, comentó Webster.

En un principio, los científico­s planetario­s esperaban encontrar poco metano en la atmósfera marciana, ya que esa molécula se destruye de inmediato con la luz solar y las reacciones químicas. Pero en 2003, las observacio­nes hechas desde la Tierra identifica­ron columnas de metano en algunas zonas de Marte. Esas lecturas desapareci­eron dos años después.

Puesto que el metano no permanece en la atmósfera, todas las cantidades importante­s debieron ser liberadas en fechas recientes. El metano puede crearse a partir de interaccio­nes geológicas entre la roca, el agua y el calor, o podría ser producto de microbios que expelen metano a manera de desecho.

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En una foto de NAsA, un autorretra­to del robot Curiosity en marte

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