La administración Trump creó esta horrible política fronteriza
– Funcionarios de la administración de Trump han intentado un número variado de estratagemas para defender su casi universalmente condenada política de separar a los menores migrantes de sus padres cuando son aprehendidos en la frontera. El procurador general, Jeff Sessions, dijo que él acata los consejos de la Biblia. Mientras que la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen dijo que ella simplemente se apega a la ley. El presidente, claro está, culpa a los demócratas.
Lo que nadie en la administración ha hecho es intentar justificar la separación de las familias. Eso se debe a que no hay nada que pueda justificar semejante política que, en tan sólo seis semanas, ha resultado en que cerca de 2 mil menores, algunos de menos de cuatro años, hayan sido separados de sus madres y padres, y sin un buen plan para que puedan reencontrarse.
“Cruel” e “inmoral” y “me rompe el corazón” fueron las palabras de la ex primera dama, Laura Bush en un artículo de opinión del Washington Post en el que hace una aguda imputación de la política de “cero tolerancia” de la administración para procesar a todos aquellos que cruzan la frontera de Estados Unidos de manera ilegal.
“Nuestro gobierno no debe dedicarse a almacenar menores en tiendas departamentales convertidas en albergues ni en estar haciendo planes para colocarlos en ciudades de tiendas de campaña en el desierto”, dijo Laura Bush, comparando tales acciones con aquellas que se vivieron en otra vergonzosa época en Estados Unidos, el confinamiento de ciudadanos estadounidenses y no ciudadanos de descendencia japonesa durante la Segunda Guerra Mundial.
Con el hecho de que Bush se haya sentido comprometida a hablar —y de manera tan clara— existe la esperanza de que esto haga que la administración Trump acelere el proceso de revertir esta política y que reúna a las familias. Al igual que también lo harían las imágenes de algunos de los centros donde los menores se encuentran detenidos ofrecidas por reporteros y legisladores que los han visitado en el transcurso del fin de semana. El Post describió como los niños duermen tras las rejas en el piso cubiertos con cobijas de aluminio y delgados colchones de hule espuma. La Associated Press publicó el testimonio de uno de los visitantes sobre cómo tienen a niños de apenas cinco años en una jaula sin juguetes ni libros, mientras uno de ellos se aferraba a la fotocopia de la tarjeta de identificación de su madre. ProPublica obtuvo un audio de los niños sollozando desesperadamente por sus padres mientras que un agente de la Patrulla Fronteriza dice en tono de burla, “Tenemos a toda una orquesta aquí”.
No hay duda de quién es el responsable de crear estas terribles condiciones —y quién tiene la autoridad para ponerles un alto de inmediato. La implementación de la política de cero tolerancia de la administración impuso por de facto la separación de las familias debido a que los menores no pueden estar en centros penales federales de detención. Otras opciones —como la expansión de los centros de detención (no penales) para familias que esperan sus procesamientos migratorios, o alternativas a la detención tales como la liberación con brazaletes para el tobillo o una alta supervisión— nunca fueron empleadas.
Así que absténgase consejera Kellyanne Conway de la Casa Blanca, de mostrarnos sus falsas lágrimas porque “a nadie le gusta ver a bebes ser arrebatados de los brazos de sus madres”.
Es verdad que las leyes de inmigración de la nación necesitan de una reforma. Pero simplemente no es correcto, tal como Nielsen sugirió el lunes, que el Congreso debe actuar antes de que la crisis de la separación de las familias pueda ser resuelta. Es como lo dijo el senador Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, “El presidente Trump puede frenar esta política con una llamada telefónica… Si no le gusta que las familias sean separadas, usted le puede decir a Seguridad Nacional, ‘Dejen de hacerlo’”.