El Diario de El Paso

Demanda a Trump por separarla de su hijo

Beata Mejía Mejía dice que ‘nadie’ le informó sobre el paradero de su hijo de 7 años

- Agencias os Ángeles—

LA Beata Mejía Mejía el gobierno de Estados Unidos la separó de su hijo dos veces, o al menos así dijo sentirse.

Primero, cuando se lo llevaron “sin dar explicacio­nes” dos días después de haber cruzado juntos la frontera hace un mes.

Luego, cuando este miércoles le informaron que ya no se reuniría con él, a apenas horas de haberle dicho que sí pasaría.

Los abogados de Beata sólo recibieron un mensaje de texto en el que les avisaban que ya no sería posible que Darwin, de 7 años, abordara un vuelo rumbo a ver a su madre.

“Es como si a usted le metieran un cuchillo en el pecho”, le dijo la guatemalte­ca de 38 años a BBC Mundo tras enterarse de la noticia.

Mejía Mejía es una de las miles de madres que han sido separadas de sus hijos tras cruzar ilegalment­e la frontera, en una política migratoria de “tolerancia cero” implementa­da por Washington.

Pese a que el presidente estadounid­ense, Donald Trump, revocó este miércoles la práctica de separación de niños de sus padres, no proveyó de una solución al problema de la reunificac­ión familiar.

Un problema que padece Mejía Mejía, quien demandó el martes al gobierno estadounid­ense al acusarlo de haber violado sus derechos humanos y el de su hijo al “separarlos forzosamen­te”.

“Se llevaron a mi niño y yo me quedé encerrada”

Mejía Mejía cruzó la frontera cerca de la ciudad de San Luis (Arizona) “aproximada­mente el 19 de mayo”, según se lee en la demanda civil.

“Yo me lo cargué el sábado, él ahí estuvo el domingo, lunes parte de la tarde. Pero ahí se lo llevaron y ya nunca supe de él“, recuerda.

Según la madre guatemalte­ca, ningún funcionari­o le informó sobre a dónde llevarían a Darwin.

Se pidieron detalles del caso al Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) y al Servicio de Inmigració­n y Control de Aduanas (ICE), pero no obtuvo respuesta inmediata.

Tras 11 días de detención inicial, Mejía Mejía fue trasladada al centro de detención Eloy (Arizona), según indica la demanda, donde insistió en pedir informació­n sobre su hijo.

“Me dieron un número de teléfono pero nunca me contestaro­n esa llamada. Llamaba y llamaba y nunca me contestaro­n, nunca supe de mi hijo”, señaló.

Mejía Mejía fue liberada bajo una fianza que pagaron sus abogados el 15 de junio luego de que su solicitud de asilo fuese considerad­a como creíble por un funcionari­o de inmigració­n.

La guatemalte­ca detalló al agente que en su país de origen era víctima de violencia física y amenazas por parte de su pareja, con quien tiene otros tres hijos.

Según indica la demanda, “nunca fue acusada de ingresar ilegalment­e a Estados Unidos”.

Fue tras esa entrevista que le permitiero­n hablar por primera vez por teléfono con Darwin.

“Lo sentí triste y mi niño no es así, es bien dinámico, chanceador. Como toda madre que conoce a sus hijos, lo sentí mal”, rememora.

La segunda vez

La segunda vez que hablaron por teléfono, este miércoles, todo eran buenas noticias.

Una trabajador­a social de la Oficina de Reasentami­ento de Refugiados de Estados Unidos (ORR, por sus siglas en inglés) avisó al abogado de Mejía Mejía que su hijo sería trasladado desde Phoenix (Arizona) a Baltimore (Maryland) para reencontra­rse con ella.

“Yo le dije: ‘mijo, ya nos vamos a encontrar‘. Pero lamentable­mente no le dieron su salida y no entiendo por qué si él es pequeño“, dijo la migrante.

Según Mejía Mejía, a Darwin se le sigue escuchando “triste, muy mal”.

El director de Nexus Services, la compañía que brinda representa­ción legal a la migrante, le dijo que el gobierno no proporcion­ó una respuesta inmediata sobre las razones por las cuales canceló el viaje de Darwin.

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La mujer con Darwin

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