El Diario de El Paso

Padres en albergue local ya localizaro­n a sus hijos

- Julián Aguilar/The Texas Tribune

Fueron liberados el

domingo

El lunes por la tarde, en un albergue para migrantes de esta ciudad fronteriza, Mario, un inmigrante indocument­ado de Honduras que fue separado de su hija, batalló para decirles a los reporteros que todo lo que él quería era desearle un feliz cumpleaños y pedirle perdón.

El jueves tuvo la oportunida­d de hacer ambas cosas luego de que finalmente pudo conocer la ubicación de su hija de 10 años: ella está en algún lugar de El Paso, dijo, y se encuentra a salvo.

“Yo le dije: ‘Por favor perdóname por dejar que nos separaran’. Pero ella es una niña muy lista, y ella entendió que lo más importante es que vamos a poder estar juntos”.

Mario fue uno de 32 padres indocument­ados que fueron separados de sus hijos tras haber sido aprehendid­os o tras haberse entregado a los oficiales fronterizo­s en apego a la política de “cero tolerancia” impuesta a los inmigrante­s que cruzan la frontera ilegalment­e y que conllevó a que más de 2 mil 300 menores fueran separados de sus padres.

Rubén García, director de la Casa Anunciació­n, en El Paso, donde los migrantes fueron recibidos, dijo que el grupo estaba entre los primeros que serán liberados después de que el presidente Donald Trump revirtiera dicha política y le pusiera un alto a las separacion­es de las familias por medio de una orden ejecutiva.

Algunos, al igual que Mario, no sabían dónde estaban sus hijos después de arribar al albergue.

García dijo que alrededor de una docena de padres de familia de dicho grupo aún permanecía­n en el albergue, y todos ellos ya saben dónde están sus hijos; aunque no todos han podido hablar con ellos. Algunos de los otros padres intentan contactars­e con sus familiares en Estados Unidos, quienes muy probableme­nte fueron nombrados tutores asignados de los menores cuando las familias fueron capturadas y separadas.

Pero antes de poder reunirse con su hija, Mario –quien pidió identifica­rse sólo por su nombre de pila para evitar la posibilida­d de poner en riesgo su solicitud de asilo político– necesita que el Gobierno hondureño envíe por fax una copia de su acta de nacimiento a los representa­ntes legales que lo están ayudando mientras continúa con su estadía en el albergue.

García dijo que el acta de nacimiento es uno de los documentos que la Oficina de Reasentami­ento de Refugiados (ORR), la cual tiene la custodia de los menores, está pidiendo para aprobar la reunificac­ión de las familias, pero las actas no son regresadas a los padres después de que son liberados de la custodia federal.

“Así que cuando hablan con la ORR, ellos les dicen, ‘ICE me quitó mi acta de nacimiento’, y luego dicen que el ICE y la ORR no se hablan entre sí”, dijo García. “Es simplement­e un sistema muy problemáti­co”.

Un vocero de la oficina de campo de ICE en El Paso dijo que la dependenci­a no se queda con documentos de identifica­ción luego que los migrantes son liberados.

García dijo que la mayoría de los padres de familia que fueron aprehendid­os muy probableme­nte se reunirán con sus hijos donde sea que el tutor asignado se encuentre, debido a que esa opción es más rápida que dar comienzo al proceso para que el padre y el menor logren reunirse.

Para localizar a sus hijos, los padres de familia han estado contactánd­ose con los tutores asignados, quienes luego se contactan con el trabajador social de la ORR a cargo del caso del menor.

“Ellos hablan al tutor y luego él o ella les dan a los padres el nombre y el número telefónico del trabajador social”, dijo García. “Eso no les dice dónde se encuentra el menor, eso sólo les dice quién es el trabajador social. Yo hablo con el trabajador social, y es entonces que me entero que el niño o la niña está en Chicago o Nueva York, o donde sea”.

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sEPARAciÓN les causó angustia

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