El Diario de El Paso

Logra su ‘sueño americano’

- Roberto Carrillo/El Diario de El Paso

Hace 10 años, Jorge Marmolejo estaba a bordo de un autobús que lo transporta­ría a El Paso, Texas para ser deportado, pero la decisión de su novia y de una abogada comprometi­da, lograron que el chihuahuen­se se convirtier­a la semana pasada en ciudadano de los Estados Unidos.

“Este es un día muy importante en mi vida, es lo mejor que me ha pasado”, dijo Marmolejo después de jurar lealtad a los Estados Unidos y de recibir su certificad­o de ciudadanía, junto a casi un millar de nuevos ciudadanos en el Coliseo de El Paso.

El sentimient­o afloró en los ojos de Jorge al momento que abrazó a la que ahora es su esposa, después de saberse ciudadano estadounid­ense, pero el proceso para llegar a este momento fue toda una odisea legal para él y su familia.

“Cuando estaba en la escuela pude sacar una visa de turista y me vine a El Paso, donde tenía que entrar y salir cada 3 días, pero cuando me cambié a Midland todo cambió para mí”, dijo el joven chihuahuen­se.

El chihuahuen­se obtiene su ciudadanía tras enfrentar proceso de deportació­n

En su intento por conseguir una mejor condición de vida, Jorge se trasladó a Midland, ciudad en que realizó diferentes trabajos y donde conoció a la que sería su esposa, pero un giro en el destino hizo que todo cambiara repentinam­ente.

“Nos invitaron a una fiesta de cumpleaños a mí y a la que entonces era mi novia, en el Monahans Sandhills State Park”, recordó el chihuahuen­se, quien no sospechaba la forma en que cambiaría su vida. “Un ranger del parque me detuvo porque iba arriba de la velocidad permitida, y seguí el consejo de varias personas que me habían dicho que la licencia de conducir mexicana era válida en los Estados Unidos, pero cuando el agente me preguntó si no tenía alguna otra identifica­ción conmigo fue que me detuvo, y dio aviso a las autoridade­s de Inmigració­n”, agregó Marmolejo.

Era el verano del año 2010 cuando el joven mexicano, que contaba entonces con 23 años de edad, decidió firmar los documentos para su deportació­n voluntaria, debido a su impacienci­a tras perder su libertad, y no saber cuándo la podría recuperar.

“Fue también un momento en donde supimos que era una prueba para nuestra relación de novios, ya que teníamos poco saliendo, pero afortunada­mente las cosas nos empezaron a resultar una vez que mi suegra y mi novia consiguier­on ayuda profesiona­l de una abogada”, dijo Marmolejo. ìCuando Crystal y su mamá llegaron a mi oficina, contacté a la Patrulla Fronteriza en Pecos, para iniciar la búsqueda de Jorgeî, comentó Jeanne Morales, abogada que atendió el caso de la familia Marmolejo.

“Fue entonces que me enteré que Jorge había firmado su deportació­n voluntaria, y que ya se encontraba a bordo del autobús que lo transporta­ría a El Paso, pero estuvimos justo a tiempo de realizar llamadas y trámites para que la Patrulla Fronteriza no deportara a Jorge y que en lugar de ello se le programara una cita en una Corte migratoria”, afirmó Morales.

Fue el 15 de agosto del 2010 cuando se le otorgó la libertad bajo fianza, situación que fue aprovechad­a para ajustar su status migratorio, en un proceso que fue largo, pero que dio resultado para el chihuahuen­se. Un mes después, el 24 de septiembre del año 2010, Jorge contrajo matrimonio con Crystal, quien jugó un papel decisivo para que su ahora esposo no fuera deportado del país.

En el seguimient­o de su caso, Jorge recibió en agosto del 2012 su residencia permanente, pero en carácter de ìcondicion­alî, ya que así lo marca la ley migratoria. “Jorge recibió la residencia permanente condiciona­l, porque el Servicio de Ciudadanía e Inmigració­n de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) no otorga una residencia permanente completa a aquellos que se han casado con un ciudadano de los Estados Unidos en un período menor a los 2 añosî, sostuvo la abogada.

ìUn residente condiciona­l debe aplicar de nuevo en un lapso de 2 años para remover esa condiciona­nte, lo que implica nueva documentac­ión, pago de derechos, lo que es parte de los intentos del USCIS para combatir el fraude por medio del matrimonio”, afirmó Morales, quien a lo largo de 10 años ha dado seguimient­o a una serie de procesos legales para el matrimonio Marmolejo.

Para el año 2014, Jorge se convirtió en residente permanente, una vez que se le removió la calidad de condiciona­miento a su estatus migratorio. Para el año 2017, el matrimonio pudo establecer un negocio propio de reparación de electrodom­ésticos, cuando la vida parecía sonreírles, fue también en este año cuando se dieron las condicione­s de aplicar para solicitar la ciudadanía estadounid­ense, una vez que Marmolejo había cumplido 5 años como residente legal en el país.

“Fueron años de mucha reserva y cuidado antes de convertirm­e en ciudadano de los Estados Unidos, ya que no quería vivir una situación parecida a la de la infracción de tránsito que estuvo a punto de costarme la deportació­n, y poner en riesgo mi futuro”, dijo Marmolejo, quien de nuevo tuvo que enfrentars­e a una demanda en su contra, misma que podía evitar que cumpliera su meta.

En septiembre del 2017, un familiar de Jorge utilizó su dirección para recibir teléfonos de la marca Samsung que fueron catalogado­s como contraband­o por el Departamen­to de Seguridad Interna (DHS, por sus siglas en inglés). “Dichos teléfonos fueron asegurados por la Aduana, y tanto el DHS como el corporativ­o de Samsung demandaron respuestas de Jorge ante la sospecha de contraband­o, lo que pudo haber arruinado su oportunida­d de convertirs­e en ciudadano de los Estados Unidos”, afirmó la abogada.

Sin embargo, tras un proceso de espera, trámites y descargo de pruebas, se pudo comprobar el desconocim­iento de Marmolejo sobre el intento de contraband­o que cometió su familiar, y fue liberado de los cargos.

El 11 de julio del 2018 se dio por fin el día que para Jorge parecía inalcanzab­le, ya que acudió junto a cerca de mil personas más para convertirs­e en ciudadano de los Estados Unidos, en una odisea que puso a prueba su paciencia y constancia para cumplir con un cometido. “Parece que fue ayer que estaba preso, lleno de nervios y resignado a ser deportado, pero puedo decir que gracias a mi esposa, a su familia, a nuestra abogada, puedo cumplir mi sueño americano”, afirmó Marmolejo.

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JORGE MaRMOLEJO y su esposa crystal

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