Gravar acero mexicano causa recortes en EU
Estamos luchando contra nuestro propio país, dice empresario norteamericano
Poplar Bluff, Missouri— Cuando una empresa mexicana adquirió en el 2012 Mid Continent Nail Corp., los obreros de la fábrica de clavos temieron que fuera el principio del fin. Sus empleos, sospechaban, se traspasarían a trabajadores con salarios más bajos en México, víctimas de la salida de manufactura estadounidense en parte motivada por el comercio global.
En vez de ello, la planta de Mid Continent ha duplicado su tamaño desde que Deacero la compró. Con menores restricciones para exportar acero al firmarse el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la compañía envió acero a Missouri, estando dispuesta a pagar más a los trabajadores calificados con el fin de aprovechar los costos menores de la electricidad en Estados Unidos y una ubicación que permitía hacer rápidas entregas a los clientes estadounidenses.
Pero el presidente Donald Trump ha impuesto un arancel del 25 por ciento a las importaciones de acero, elevando los costos de producción y motivando a Deacero a reconsiderar su esquema.
Ahora que Mid Continent cobra más por los clavos, las órdenes han bajado 70 por ciento respecto a esta época hace un año a pesar del auge en la industria de la construcción. Funcionarios de la empresa consideran que la planta de Missouri podría cerrar para principios de septiembre o que el resto de la producción podría mudarse a México o algún otro país.
Así, las restricciones comerciales dirigidas a impedir que los trabajos estadounidenses se dirijan a México o a otros lugares han obstaculizado el esfuerzo de una compañía mexicana por crear empleos en Estados Unidos consecuencia no prevista de la guerra comercial de Trump que demuestra la dificultad de atacar a los socios comerciales sin afectar a los trabajadores locales.
Los recortes ya comenzaron. Hoy en día la empresa ocupa menos de 400 trabajadores, a comparación de los aproximadamente 500 que tenía antes de entrar en vigor el mes pasado los aranceles.
Se permitió la partida de los trabajadores eventuales. Algunos trabajadores permanentes se fueron a otros empleos, a la espera de una nueva ola de pérdidas laborales y del posible cierre de la planta.
“Nos hallamos en una situación en la que estamos peleando contra nuestro propio país”, dijo Chris Patt, gerente general de operaciones en Mid Continent. “Parece una batalla que no deberíamos tener que librar”.
Deacero está tratando de decidir qué hacer ahora. Por el momento, está utilizando el acero que alguna vez exportaba a Estados en sus plantas de producción mexicanas, donde fabrica productos de alambre para el mercado doméstico. Pero el futuro es incierto.
Los efectos de los aranceles en Mid Continent y Deacero demuestran la razón de que los economistas aseguren que el proteccionismo puede dañar más que fomentar la economía. Los expertos sostienen que con las políticas comerciales de Trump se corre el riesgo de bajar la inversión extranjera en Estados Unidos.
Mientras tanto, el alto perfil de Mid Continent pone a los funcionarios de la compañía bajo los reflectores, mientras que algunos han sido hostigados por los opositores de Trump. Pratt, quien rehusó decir a quién apoyó para la Presidencia, señaló haber empezado a recibir docenas de llamadas diarias cuestionando las políticas del mandatario.
Los mensajes, dijo Pratt, eran en el sentido de: “usted votó por Trump, ahora ¿qué piensa de él?”.