Apoya Nasa a estudiantes de Educación de UTEP
Los invita al Programa Anual Universitario de Investigación y Educación para las Minorías
Samantha Martínez encontró fascinante el concepto de la química mucho antes de que siquiera supiera de qué se trataba. De niña, cuando visitaba a su abuela, ella se metía en el baño y mezclaba los distintos productos de limpieza con la esperanza de que produjeran una reacción química.
Ese entusiasmo y curiosidad sólo se incrementaron a manera que fue madurando. Llegó al punto en el que ella quiso compartir ese amor por la ciencia. La estudiante universitaria de primera generación obtuvo su título de licenciatura en Biología con una especialidad en Biología Médica en el 2015 de la Universidad de Texas en El Paso (UTEP) y se convirtió en maestra de Química y Ciencias en Socorro High School en el Valle Bajo de El Paso.
Martínez, una estudiante de la maestría de Arte en Educación en UTEP, dijo que ella tuvo éxito con su grupo del décimo grado haciendo uso de actividades prácticas para introducir ciertos conceptos con implicaciones en el mundo real. Un ejemplo fue dejar que sus estudiantes hicieran panqueques para que pudieran ver las reacciones químicas de la masa y después la vertieron en un sartén caliente. ¿Cuáles ingredientes le dan estructura a dicha masa?, ¿cuáles la hacen esponjosa?, ¿cómo reacciona la masa al calor? Todo fue muy instructivo, sin duda, pero lo que más disfrutaron los estudiantes fue probar los panqueques.
“Ese es el tipo de cosas que captan su atención”, dijo Martínez. “Eso es lo que los insta a querer explorar”, agregó.
La originaria de El Paso volvió a la escuela este verano para encontrar otras maneras de poner en práctica la ciencia en las vidas cotidianas de sus estudiantes.
Ella y otras dos de sus colegas de UTEP –Chelsea Lucas, estudiante de la maestría de Arte en Educación, y Alejandra Campa, estudiante de último año de la carrera de Estudios Interdisciplinarios, con una especialidad en Educación Generalista para los grados de cuarto a octavo– pasaron una intensa semana como parte del tercer Programa Anual Universitario de Investigación y Educación para las Minorías de la NASA (MUREP) en el Instituto de Educadores en el Centro Espacial Johnson en Houston, Texas.
La reunión, que tuvo lugar del 4 a 8 de junio de este año, es una oportunidad de desarrollo profesional que les da a los educadores de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) ideas de cómo integrar los conceptos científicos prácticos a un bajo costo en el currículo común escolar. En el evento participaron alrededor de 50 individuos de diferentes instituciones de educación superior en Texas, Nuevo México y Oklahoma. La NASA conduce institutos similares en la región en sus centros de investigación que tiene por todo el país.
“La experiencia fue asombrosa”, dijo Martínez. “Fue muy positiva. Estoy muy agradecida de haber podido asistir. Me encantó todo lo que vimos. Ahora tengo una mayor confianza en mí misma. Creo que ahora puedo hacer que mis estudiantes participen y se involucren más sólo con un poco de papel aluminio y algunos vasos desechables”, dijo.
La semana también incluyó recorridos tras bambalinas de las instalaciones y réplicas de la Estación Espacial Internacional dentro de una piscina de 60 pies de profundidad que se utiliza para simular la ingravidez en el espacio, y conferencias con ingenieros que estuvieron involucrados en proyectos que datan desde las misiones lunares Apolo a comienzos de la década de los años setenta.
La NASA, fundada en 1958, ha realizado misiones tripuladas y no tripuladas por el transcurso de todos estos años. Hoy, una de las iniciativas espaciales tripuladas es la misión Orión, que comenzará en el 2030. Una de las razones por la que la NASA promueve la educación científica es debido a que muchos ingenieros, científicos, diseñadores y matemáticos que trabajarán en la misión Orión están actualmente cursando la secundaria.
“Parte de nuestro trabajo como educadoras STEM”, dijo Ruby Lynch-Arroyo, doctora en asistencia clínica para maestros, quien también asistió al instituto como promotora y facilitadora de la facultad. “Pero también aprendemos sobre cómo muchos otros campos de estudio están vinculados a un viaje espacial, tales como el arte, la economía, la ciencias políticas y la biología marina”.
Lynch-Arroyo, quien ha integrado conexiones intracurriculares como maestra por el transcurso de muchos años, dijo que incluirá el pensamiento estratégico y planeación que ella aprendió en Houston como parte de un entrenamiento de desarrollo profesional con maestros STEM en el Distrito Escolar Independiente de Canutillo en agosto antes de que arranque el semestre de otoño del 2018.
Las estudiantes de UTEP demostraron ser brillantes y muy participativas, dijo Steven C. Smith, un especialista EPDC de la NASA (Educador Profesional de Desarrollo Colaborativo). Smith agregó que confundió a una estudiante con un miembro de la facultad debido a su confianza y participación en las discusiones y actividades.
Smith dijo que el Instituto MUREP introduce a los participantes a un depósito de recursos educativos de la NASA y los ayuda a visualizar cómo ese contenido STEM puede ser relevante a los estudiantes de una manera en que los emocione e inspire.
“Sabemos que los estudiantes que dejen sus primeras huellas en Marte probablemente estarán sentados en un salón de clases de secundaria este año”, dijo Smith. “Estamos buscando a los maestros que encuentren a esos estudiantes en sus clases, los inspiren, y los pongan en camino rumbo a nosotros”, añadió.
La NASA otorga subsidios de varios años a instituciones que dan servicio a las minorías para involucrar a sus estudiantes en las actividades de MUREP. El programa ofrece internados, becas y tutorías para alumnos que carecen de representación en todos los niveles educativos, desde kínder hasta el grado 12, informal, y nivel superior. Se espera que los participantes ayuden a conformar una flota diversa de futuros empleados de la NASA.
Smith invitó a los educadores STEM a utilizar los recursos de la NASA para maestros y estudiantes.