Víctimas ‘olvidadas’ de la reunificación
Tras cumplirse plazo judicial, cientos viven aún en zozobra por la burocracia
Aunque el jueves se cumplió el plazo fijado por un juez federal de California para reunificar familias, todavía quedan cientos de padres que resultan inelegibles –la mayoría de ellos encarcelados– y también menores que no pueden hacerse cargo de sus hermanos.
Son las víctimas ‘olvidadas’ de la burocracia que impera en la reunificación. Si bien, el jueves la administración Trump entregó a mil 442 niños a sus padres, dejó a 711 en refugios, como el ubicado en Tornillo, al Este del Condado.
“No tenemos un número exacto, pero estimamos que unas 150 personas detenidas en el sector de El Paso –que incluye Otero, Sierra Blanca y el Centro de Detención en El Paso–, aún no han sido liberadas y están en espera de ver qué pasará con sus familiares”, dijo Taylor Levy, coordinadora de Casa Anunciación.
No me voy a ningún lugar sin mi hermanito’
Martina,
migrante guatemalteca
El caso de Martina, una guatemalteca, quien aún llora la separación de su hermano menor, de 13 años, ejemplifica cómo la burocracia se interpone para que las familias estén juntas.
“No me iré hasta que me den a mi hermanito, hablé con mi mamá y me dice, pero no me voy a ningún lado hasta que me entreguen a mi hermanito”, expresó entre sollozos y tristeza.
Debido a que Martina no es la madre del menor, no se ha podido reencontrar con su hermano.
“Lo único que sabemos es que está en Arizona, pero de ahí en más nada”, dijo.
Levy, declaró que el caso de Martina y su hermano sale de las estadísticas de reunificación familiar, debido a que el menor se considera que llegó a la frontera sin padres, por lo tanto, ‘no existe aún una orden legal que establezca la reunión inmediata de familiares indirectos’.
“Casos como el de Martina abundan, desde niños que son sobrinos, primos, hermanos, que son separados de sus abuelos, pero las autoridades no han respondido”, expresó la coordinadora.
Rubén García, director de Casa Anunciación en El Paso, dijo que las acciones del Gobierno, y ejemplificando el caso de Martina con su hermano, son la prueba de que la administración nunca tuvo un plan de reunificación.
“Esto comprueba que las autoridades jamás planearon lo que estaban haciendo, causando dolor y traumas que serán imposibles de superar para estas familias”, comentó.
Finales felices
Otro de los casos presentados por Casa Anunciación es el de María y su pequeño de cuatro años, quienes después de varias semanas de estar separados, la noche del jueves se reencontraron en el aeropuerto de la ciudad de El Paso.
María, también de Guatemala, dijo sentirse ‘morir y sin ganas de seguir adelante’ cuando su hijo –dentro de la categoría ‘tender age’ impuesta por el Gobierno federal–, fue arrebatado de sus brazos.
“Es algo que no hay cómo decirlo, doy gracias por mi hijo, está ya conmigo. Gracias”, dijo.
Grilletes y distancia
Oscar y su hija Jocelyn no imaginaron que serían separados de inmediato al cruzar la frontera, procedentes de su Honduras natal, tras una travesía por México.
Jocelyn, de 14 años, compartió cómo fue su experiencia después de tres meses de no saber casi nada de su padre.
“Estaba con más niñas como yo, aunque al principio me asusté mucho y fue muy difícil, me trataron bien y logré hacer amistades, pero muchas de ellas lloraban porque habían sido separadas, así como yo”, comentó.
Oscar relató que durante su procesamiento en uno de los centros de detención de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) se vio obligado por las autoridades a usar grilletes en los pies, cadenas en la cintura y esposas en las manos.
“Piensan que uno es un criminal, pero no saben el dolor que es que te quiten a los niños; lo que uno busca es un bienestar mejor, pero así no”, dijo. (Sabrina Zuniga/El Diario de El Paso)