LIBERA ICE A PERIODISTA MEXICANO E HIJO
Pasaron siete meses en detención federal en El Paso
Un reportero mexicano y su hijo, que buscan asilo en Estados Unidos, fueron liberados el jueves después de pasar siete meses en detención federal en El Paso.
Emilio Gutiérrez Soto, de 55 años, y su hijo Óscar, de 25, huyeron del estado fronterizo de Chihuahua en 2008 cuando el reporteo de Gutiérrez sobre la corrupción gubernamental y militar en esa entidad provocaron amenazas de muerte.
Después de vivir y trabajar legalmente en los Estados Unidos durante casi una década, ambos fueron arrestados y detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en diciembre, durante un encuentro que su abogado aseguró que debió haber sido sólo un control regular con las autoridades.
Su liberación se produce un día antes de que se cumpliera el plazo fijado por un tribunal para que los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional entreguen a un juez federal en El Paso correos electrónicos y otra correspondencia que detallan el por qué los Gutiérrez fueron incluidos en una “lista de objetivos no detenidos” creada por funcionarios de ICE poco después de que el presidente Donald Trump asumiera el cargo.
Su lucha para obtener asilo está lejos de terminar: el reclamo de los Gutiérrez fue denegado el año pasado y su apelación fue inicialmente desestimada en diciembre. Pero la Junta de Apelaciones de Inmigración restableció la apelación, y la junta dictaminó en mayo que valía la pena considerar nuevas pruebas presentadas en el caso. Están programados para comparecer ante un juez de inmigración el próximo mes para discutir su caso.
Pero por un momento, la pareja de padre e hijo, que atrajo la atención de todo el mundo, sonreía frente al centro federal de detención de inmigrantes, donde habían estado detenidos desde fines del año pasado. Gutiérrez y su hijo fueron separados durante siete meses después de su llegada al país en 2008, pero fueron detenidos juntos en El Paso desde diciembre pasado.
Cuando se le preguntó qué lo mantuvo durante tanto tiempo y por qué continúa luchando, Emi- lio Gutiérrez no dudó.
“Mi hijo. Él ha sido mi inspiración. Entiendo y comparto el dolor con todas las familias que han venido a este país para salvar sus propias vidas”, dijo refiriéndose a las miles de familias que fueron separadas después de buscar asilo bajo la política de “cero tolerancia” de Trump.
En una orden emitida a principios de este mes, el juez David Guaderrama dijo que había evidencia que sugería que el Gobierno podría haber detenido a los Gutiérrez sólo porque Emilio habló en contra del proceso de asilo.
“Creemos que lo detuvieron en violación de sus derechos de la Primera Enmienda en represalia por criticar tanto el proceso de inmigración [de los Estados Unidos], así como por criticar al Gobierno mexicano”, dijo Eduardo Beckett, el abogado de Gutiérrez.
La correspondencia no tendrá que ser entregada porque los Gutiérrez fueron liberados, dijo Beckett. Pero agregó que otras organizaciones, incluido el National Press Club, podrían seguir peleando en el tribunal para que los documentos sean dados a conocer al público. El National Press Club ha sido uno de los más entusiastas partidarios de Gutiérrez y le otorgó en octubre el Premio de Libertad de Prensa John Aubuchon, dos meses antes de que Emilio y su hijo fueran detenidos.
En su orden, Guaderrama citó el premio y la publicidad que lo rodea como una de las posibles razones por las que ICE pudo haber detenido a los Gutiérrez.
“El señor Gutiérrez-Soto criticó a ICE y al Gobierno de manera muy pública al tiempo que aceptaba un prestigioso premio del National Press Club. Su arresto ocurrió sólo un par de meses después”, escribió.
Emilio Gutiérrez también recibió una beca Knight-Wallace para el próximo año académico de la Universidad de Michigan. La universidad ofreció un estipendio de 75 mil dólares pero necesita a Gutiérrez en Ann Arbor el 27 de agosto.
La posibilidad de que esto ocurra es más probable después de los acontecimientos del jueves. Pero Beckett dijo que su primera orden del día era llevar a los dos a un restaurante de carnes decente y a que pernoctaran en una cama caliente en Las Cruces, Nuevo México, donde vivían y trabajaban antes de ser detenidos en diciembre.
“Estamos agradecidos por todos los abogados y la prensa (que siguieron la historia)”, dijo Gutiérrez Soto.
“Esta victoria fue un esfuerzo colectivo”, finalizó el periodista mexicano.
Ambos deberán comparecer ante un juez de inmigración en agosto para discutir su solicitud de asilo