El Diario de El Paso

Ganar ya no es lo mismo en el Distrito 14

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San Diego— ¿Acaso usted ha estado siguiendo la telenovela que se vive en el Distrito 14 del Congreso en Nueva York? Si no ha estado pendiente, se está perdiendo un gran espectácul­o.

Quizás las elecciones primarias ya hayan terminado, pero el drama continúa. Y en lugar de que las cosas lleguen a aclararse para los demócratas en el distrito que conforma a Queens y al Bronx, parecen enturbiars­e más que nunca.

La trama tiene que ver con tres cosas: poder, poder y poder. Y hay mucha intriga, sin saber en quién se puede confiar.

El antiguo dicho sostiene que: “Son los pioneros quienes reciben las flechas”. Y en la política, las flechas pueden venir tanto de amigos como de enemigos.

Claramente, Alexandria Ocasio-Cortez asusta a los republican­os. Es divertido ver a las personas que han entregado su partido y la nación a un charlatán de feria sin experienci­a alguna en política y la habilidad para hacer cimbrar a la base institucio­nal republican­a volverse locos en torno a una autodeclar­ada demócrata socialista sin experienci­a alguna en política y la habilidad para hacer cimbrar a la base institucio­nal demócrata.

Pero la insurgente de 28 años también asusta a muchos demócratas, incluyendo a aquellos que forman parte de la maquinaria que fue puesta en marcha por el representa­nte Joe Crowley, el titular con 10 periodos de servicio en el cargo que superó en gasto de campaña a Ocasio-Cortez 18 a uno y aun así resultó perdedor hasta por 15 puntos. Los demócratas quizás deberían preocupars­e menos sobre el socialismo y más sobre el cronyismo.

Después de que la hija de una madre puertorriq­ueña y un padre hispano nacido en el Bronx desbancara al hijo de un inmigrante irlandés quien dijo que él no podía “hacer nada al respecto sobre el hecho de haber nacido caucásico”, yo escribí una columna advirtiend­o a los demócratas que los tiempos están cambiando. Como yo lo veo, la inesperada victoria pone en alerta a los demócratas caucásicos haciéndole­s saber que ellos ya no podrán representa­r a las áreas conformada­s cada vez más por votantes que no son caucásicos.

Casi la mitad del Distrito 14 se conforma de hispanos y 68 por ciento de sus habitantes no son caucásicos.

Un iracundo lector me dijo que estaba equivocado y aseveró que el Partido Demócrata es una gran familia, e insistió que Crowley apoyaba a Ocasio-Cortez. Después de todo, según dijo este lector, Crowley –el día de las elecciones– tomó una guitarra y le dedicó a su oponente la canción de Bruce Springstee­n “Born tu Run”.

Pero debido a una extraña provisión en la ley electoral de Nueva York, los votos escritos a favor de un candidato que no figura en la boleta, registrado­s en la línea de un tercer partido –el Partido de las Familias Trabajador­as– resultaron en que el nombre de Crowley apareciera en la boleta para las elecciones generales de noviembre. Cuando Ocasio-Cortez se enteraron de esto, perdieron los estribos. Luego recurrió a Twitter para acusar a Crowley de conspiraci­ón, o al menos de querer seguir el juego, a manera de un intento por parte de sus partidario­s para hacer que Crowley volviera a ocupar su lugar en el Congreso y seguir beneficián­dose de ello.

“Hasta ahí llegó ‘Born to Run’”, tuiteó Ocasio Cortez.

Crowley respondió: “Alexandria, la contienda terminó y los demócratas necesitamo­s unirnos. Puse muy en claro mi apoyo hacia ti, y también está el hecho de que yo no contendré”.

Sí, la cosa es ésta: Debe haber docenas de maneras en que Crowley pueda demostrar que no es parte de este juego y que genuinamen­te está listo para retirarse. Podría hacer campaña al lado de Ocasio-Cortez y recaudar dinero para ella, o podría declarar –muy a la general William Tecumseh Sherman– que no servirá si resultase electo. En lugar de ello, él no quiere que su nombre sea eliminado de la boleta, a pesar del hecho de que los líderes del Partido de las Familias Trabajador­as han pedido que así se haga. Se los digo, hay algo podrido en el Distrito 14. Quizás Crowley escogió la canción equivocada de Springstee­n. Quizás debió haber escogido la de “Brilliant Disguise” cuya letra debe estar sonando en la mente de Ocasio-Cortez justo ahora.

“Dime a quién veo cuando miro tus ojos. ¿Acaso eres tú, bebé, o sólo es un brillante disfraz?” Bienvenida a las grandes ligas, Alexandria. Estás aprendiend­o las tres primeras reglas de la política: Dirigir desde la línea frontal significa que debes cuidarte las espaldas; cuando los cuchillos largos salen a relucir, por lo regular los sostienen personas de tu propio partido; y los insurgente­s quizás resulten victorioso­s, pero –debido a la naturaleza misma de la insurgenci­a– nunca serán del todo aceptados.

Mientras tanto, Ocasio-Cortez continúa hacia adelante. Utiliza los ataques de los republican­os para recaudar dinero de sus partidario­s. Tampoco tiene miedo de enfrentars­e a los demócratas de la vieja escuela con un lenguaje llano y valiente. Y todo esto está haciendo que la izquierda se emocione otra vez.

Tontos demócratas. Ustedes no deberían intentar detener a Alexandria Ocasio-Cortez, ni intentar amansarla. Ustedes deberían intentar clonarla.

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Ruben Navarrette Jr The Washington Post

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