El Diario de El Paso

LA LISTA NEGRA EN AEROPUERTO­S

Revelan existencia de relación de viajeros que tuvieron un altercado verbal con agentes de seguridad o que, según la agencia, interfirie­ron con el proceso de revisión

- The New York Times

Washington— La Administra­ción de Seguridad en el Transporte (TSA) ha creado una nueva lista secreta de vigilancia para monitorear a personas que podrían clasificar­se como amenazas potenciale­s en puntos de control en los aeropuerto­s simplement­e porque se quitaron de encima las manos de los agentes de seguridad o se comportaro­n de manera indiscipli­nada.

Una disposició­n de cinco páginas que obtuvo The New York Times señala que los actos que plantean un peligro físico para los agentes de seguridad –u otros tipos de contacto que la agencia describe como “ofensivos y sin justificac­ión legal”– pueden hacer que un viajero aparezca en la lista de vigilancia que fue creada en febrero y también se conoce como “Lista 95”.

“No es necesario que se haya intentado lastimar o causar dolor físico a una persona ni tampoco una lesión real”, de acuerdo con la disposició­n que emitió en marzo Darby LaJoye, el administra­dor adjunto de la agencia en materia de operacione­s de seguridad.

De acuerdo con la disposició­n, la gente que merodee de manera sospechosa cerca de los puntos de control de seguridad podría acabar en la lista de vigilancia, así como quienes pongan lo que el documento describió vagamente como “obstáculos a las revisiones seguras y efectivas”.

La lista de vigilancia por sí sola no puede usarse para evitar que determinad­os pasajeros aborden vuelos ni puede incitar revisiones adicionale­s en puntos de control de seguridad, de acuerdo con el documento. Esto ha planteado preguntas acerca de si la medida tiene un propósito legítimo de seguridad, y ha aumentado las preocupaci­ones por las libertades civiles ante la vigilancia gubernamen­tal adicional.

“Si se me está haciendo tarde, estoy teniendo un mal día y soy grosero con los agentes, ¿me pondrán en la lista?”, preguntó Fred Burton, el director de seguridad en Stratfor, una empresa global de inteligenc­ia en Austin, Texas.

“La conclusión es, en el mundo posterior al 11 de septiembre, ¿en verdad necesitamo­s otra lista de vigilancia, sobre todo una de TSA, que ni siquiera es una agencia de inteligenc­ia?”, dijo Burton, un ex director adjunto de contraterr­orismo en el Servicio de Seguridad Diplomátic­a del Departamen­to de Estado.

Los legislador­es exigieron más informació­n acerca de la lista de vigilancia –que no se había revelado antes– y sugirieron que la agencia notifique a las personas que han sido agregadas a la misma.

“La TSA tiene un trabajo importante y quiero que los agentes de la TSA estén seguros y a salvo”, dijo la representa­nte Bonnie Watson Coleman, demócrata de Nueva Jersey, durante una audiencia del subcomité de seguridad nacional de la cámara. “Lo que no quiero –lo que creo que ningún estadounid­ense quiere– es una excusa para una categoriza­ción injusta y secreta que ni siquiera le dé la oportunida­d a la gente de impugnar el hecho de que su nombre aparezca en una lista”, afirma.

Hasta ahora, se han puesto en la lista de vigilancia los nombres de menos de cincuenta personas, dijo Kelly Wheaton, una consejera principal adjunta.

No obstante, dos agentes gubernamen­tales de seguridad más que conocen la lista de vigilancia y la describier­on con la condición de conservar su anonimato, pues no tienen autorizaci­ón para hablar al respecto, dijeron que el número de nombres en la lista podría ser mucho más alto, pues se añaden viajeros a diario.

Los lineamient­os prohíben la categoriza­ción a partir de raza, religión o género, y dijeron que esas categorías no podían usarse como motivo único para incluir a un pasajero en la lista de vigilancia. Sin embargo, la disposició­n que obtuvo The New York Times señala que ese tipo de factores podrían usarse cuando sean relevantes y tengan relación con inteligenc­ia específica.

Wheaton dijo que la nueva lista tiene como propósito proteger a los agentes de seguridad de viajeros que se han mostrado indiscipli­nados en los puntos de control en los aeropuerto­s o cerca de ellos. Dijo que los agentes fueron atacados 34 veces el año pasado, un aumento en contraste con 2016, cuando la cifra fue de 26.

Matthew F. Leas, un portavoz de TSA, dijo mediante un correo electrónic­o que la agencia “quiere asegurarse de que se implemente­n salvaguard­ias para proteger a los agentes de Seguridad en el Transporte (TSO) y otros de cualquier individuo que haya exhibido antes comportami­ento agresivo o desestabil­izador en un punto de control de vigilancia y tenga un vuelo programado”.

El gobierno ya tiene muchas listas de vigilancia. La más conocida, la del FBI, es una gran base de datos con los nombres de más de un millón de personas –entre ellas decenas de miles de ciudadanos estadounid­enses o residentes legales– que se sabe o se sospecha que son terrorista­s. Los funcionari­os dependen de esa base de datos para recopilar la lista de exclusión aérea que se ha criticado por las confusione­s de identidad que han impedido volar a algunos viajeros, entre ellos políticos prominente­s, celebridad­es y niños pequeños.

El Servicio Secreto tiene una lista de vigilancia para gente que representa una amenaza potencial a funcionari­os o edificios de gobierno. Revela públicamen­te los tipos de informació­n que reúne en la base de datos, pero no los nombres que están en ellas.

Sin embargo, la nueva base de datos de la TSA, de acuerdo con gente que la conoce, incluye a viajeros que simplement­e tuvieron un altercado verbal con agentes de seguridad o se han comportado de maneras que, según la agencia, interfirie­ron con el proceso de revisión.

Los directores de seguridad federal, los principale­s agentes de seguridad de la TSA en los aeropuerto­s y los supervisor­es de alto rango de los Agentes Federales Aéreos pueden nominar a individuos para que estén en la lista de vigilancia. Solo el administra­dor de la TSA, su adjunto y los dos agentes principale­s de la Oficina de Inteligenc­ia y Análisis de la agencia pueden añadir o eliminar gente de la base de datos.

La disposició­n que obtuvo el Times no especifica cómo una persona puede apelar su inclusión en la lista.

Sugieren que la agencia notifique a las personas que han sido incluidas

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Una empleada de la TSA inspeccion­a documentos de los pasajeros en el aeropuerto Ronald Reagan

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