Si Rusia desinformó a través de Facebook, ¿dónde está Trump?
Washington— Por lo menos, tienes que dar crédito a los rusos por la persistencia. Ante la revelación y la condena mundial por sus esfuerzos por inmiscuirse en las elecciones de los países occidentales y desacreditar la democracia, simplemente continúan haciendo lo que han estado haciendo. Aquí está lo último, como The Washington Post ha informado:
“Facebook dio a conocer el martes que descubrió una sofisticada operación de desinformación coordinada en su plataforma que involucra a 32 páginas y perfiles falsos que se involucran en mensajes divisivos antes de las elecciones de mitad de período de los Estados Unidos.
“La compañía de redes sociales ... no pudo vincular la actividad con Rusia, que interfirió en su plataforma en torno a las elecciones presidenciales de 2016. Pero Facebook dijo que los perfiles compartían un patrón de comportamiento con la anterior campaña de desinformación rusa, que fue liderada por un grupo con lazos del Kremlin llamado Agencia de Investigación de Internet.
“Facebook envió un informe a los ayudantes del Congreso esta semana. Un asesor del Congreso dijo que no hay evidencia de que los candidatos políticos fuesen el blanco del nuevo esfuerzo de desinformación, pero que las páginas y las cuentas buscaban difundir el contenido políticamente divisorio en torno a los problemas sociales”.
Esto, por supuesto, es sólo lo que Facebook ha descubierto. ¿Quién sabe qué más está pasando que no han podido identificar?
Una de las cosas que me parece más interesante de esto es que los rusos, suponiendo que se trata de ellos (pero, por supuesto, podría ser un tipo de 400 libras sentado en su cama en Nueva Jersey, ¿verdad, señor presidente?), tienen una aguda comprensión de cómo funciona el retroceso político. El año pasado, Facebook dio a conocer un conjunto de anuncios que determinó que habían sido comprados por operarios rusos y, como The Washington Post informó en su momento, “demostraron con palabras e imágenes una sorprendente capacidad para imitar el discurso político estadounidense en su forma más díscola”. Ahora sabemos más allá de toda duda que uno de sus objetivos clave fue ayudar a Donald Trump a ser electo, pero entendieron que simplemente diciendo “Vote Trump” no era suficiente para alcanzar su propósito. Podrías lograr esa meta alimentando los resentimientos y las divisiones que ya despertaba la campaña de Trump.
A veces eso significaba hacer cosas que por encima parecían anti-Trump, pero que parecían diseñadas para provocar la indignación de los partidarios de Trump, como los mensajes de confrontación que apoyaban Black Lives Matter. Eso es lo que también parece estar en juego en este esfuerzo, con páginas que califican de fascista al presidente Donald Trump y tratan el tema del colonialismo. No es que no se trate de tópicos perfectamente legítimas para ser discutidas, pero cualquiera que sepa algo de política estadounidense –y los rusos aparentemente lo hacen– entiende que a nivel de las publicaciones de Facebook les tomará lo mismo promover una reacción violenta que su voluntad de persuadir. Tiene mucho sentido, cuando toda la campaña de Trump en 2016 se desarrolló en contra de un presidente afroamericano y una Norteamérica en transición que los seguidores de Trump quieren regresar a su estado anterior.
Esta última revelación, por modesta que pueda parecer en el gran esquema de las cosas, puede representar aún más evidencia de que Rusia continúa trabajando para infiltrarse y manipular las elecciones de 2018. Además de usar Facebook para exacerbar las divisiones sociales, presuntamente atacaron a los senadores demócratas Claire McCaskill y Jeanne Shaheen, y probablemente a otros políticos y candidatos también. Si bien aún no sabemos si se han enfocado en sistemas de votación estatales para infiltrarlos como lo hicieron en 2016, el director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, dijo recientemente que “las luces de advertencia parpadean en rojo“sobre todo tipo de ciberataques dirigidos a nuestra país.
Y como informó la NBC la semana pasada, “no existe una estrategia coherente de la administración Trump para combatir la interferencia electoral desde el extranjero: y tampoco ninguna persona u organismo a cargo”.
Si bien puede ser injusto decir que la administración Trump quiere que Rusia intervenga en las elecciones de 2018, no es exagerado decir que al propio presidente no le preocupa demasiado. Notarán que cada vez que lee a regañadientes una declaración preparada que dice que Rusia interfirió en las elecciones de 2016, inmediatamente genera dudas al decir algo como “podrían ser otras personas también. Hay mucha gente por ahí”. Cada vez que hace esto, envía un mensaje claro a Vladimir Putin: Tengo que decir que estoy descontento con esto, pero sigue adelante y sigue haciendo lo que haces.
Lo mejor de plataformas como Facebook y Twitter es que se pueden usar para manipular nuestras elecciones casi sin costo y con un esfuerzo mínimo. La piratería en los sistemas electorales estatales es más difícil, pero está lejos de ser imposible. Por eso, a menos que nuestro gobierno les imponga algunos costos reales, no hay motivo para pensar que Rusia va a dejar de intentarlo.
La semana pasada, Trump tuiteó que “estoy muy preocupado de que Rusia pelee muy duro para tener un impacto en las próximas elecciones. Basado en el hecho de que ningún presidente ha sido más duro con Rusia que yo, ellos presionarán mucho a favor e los demócratas. Definitivamente, ¡no quieren a Trump!”. El mensaje fue seguramente recibido con risas en el Kremlin: y como una señal para continuar trabajando.