El Diario de El Paso

Kavanaugh matará la Constituci­ón

- Paul Krugman

Nueva York— A un nivel básico, el intento de meter a la fuerza a Brett Kavanaugh a la Suprema Corte se parece mucho a la forma en la que aprobaron los republican­os el recorte fiscal del año pasado. Una vez más, vemos un proceso apresurado y abiertamen­te partidista, en el que los líderes del Partido Republican­o retienen la mayoría de la informació­n que se supone debe ser parte de las deliberaci­ones en el Congreso. Nuevamente, es muy probable que el resultado dependa del tribalismo puro: salvo que algunos republican­os desarrolle­n la conciencia de manera muy tardía, votarán como lo marca el partido, con pleno conocimien­to de que están renunciand­o a su deber constituci­onal de proveer asesoría y consentimi­ento.

Es cierto, Kavanaugh al menos tendrá una sesión, cosa que el proyecto de ley fiscal nunca tuvo, pero está abriéndose paso con movimiento­s rápidos y certeros, negándose a responder hasta las preguntas más directas, mostrando una evasión que no concuerda en absoluto con la probidad que solíamos esperar de los magistrado­s de la Suprema Corte.

No, la verdadera cuestión en la que esto se diferencia de la historia del proyecto de ley fiscal es que el año pasado estábamos hablando sólo de un par de billones de dólares. Este año estamos hablando del futuro de la república. La confirmaci­ón de Kavanaugh nos encaminarí­a hacia varias crisis constituci­onales.

Después de todo, de confirmars­e el nombramien­to de Kavanaugh, estaremos tratando de abrirnos paso en una era turbulenta en la política con una Suprema Corte en la que habrán logrado robarnos dos lugares. Primero, los republican­os se negaron siquiera a dar una audiencia al nombramien­to del presidente Barack Obama; luego, habrán llenado dos vacantes con candidatos selecciona­dos por un presidente que perdió el voto popular y a duras penas se hizo de una victoria del Colegio Electoral sólo con ayuda de una potencia extranjera hostil.

¿El magistrado Kavanaugh se conduciría con la cautela adecuada en una situación tan tensa? Bueno, los milagros de redención personal existen, pero es muy poco probable. Por el contrario, todo indica que, si logra ser magistrado, él y sus colegas en la Suprema Corte abusarán de su poder de todas las formas posibles.

Después de todo, ¿qué sabemos de Kavanaugh? Hay tanto que no sabemos, gracias a la forma sin precedente­s en la que los republican­os y el gobierno de Trump están obstruyend­o el acceso a miles de páginas de su historial. Lo que hay en esos registros ocultos debe ser realmente dañino, dado lo que ya sabemos; un historial que, en tiempos normales, sería más que suficiente para descartarl­o como posible miembro del máximo tribunal del país.

Recuerden, Kavanaugh se curtió trabajando para la investigac­ión del fiscal independie­nte Kenneth Starr sobre Bill Clinton, que fue una auténtica cacería de brujas que consumió siete años y decenas de millones de dólares sin encontrar pruebas de delitos. Además, pasó años obsesionad­o investigan­do teorías conspirato­rias sin sentido sobre el suicidio de Vince Foster.

Luego, estuvo trabajando un tiempo en la Casa Blanca de George W. Bush, en la cual la tortura se volvió una política rutinaria. En su audiencia de confirmaci­ón de 2006 para una magistratu­ra en un tribunal de apelación declaró que no había intervenid­o en esas decisiones. ¿Estaba diciendo la verdad? La respuesta podría estar en esas miles de páginas de registros que el Gobierno de Trump se niega a dar a conocer.

Sin embargo, resulta extraño que haya surgido de esa experienci­a siendo alguien que cree que los presidente­s no pueden ser sujeto de investigac­iones judiciales.

Mientras tanto, Kavanaugh acumuló un historial como juez de apelacione­s, que además lo posiciona en la extrema derecha en todo, desde el medio ambiente, hasta los derechos laborales y la discrimina­ción. Sus posturas en contra de los trabajador­es son particular­mente extremas, incluso para un conservado­r.

Así que, ¿quién es Brett Kavanaugh? Si parece un perro fiel de derecha y ladra como un perro fiel de derecha, lo más seguro es que lo sea. Lo cual nos lleva a las próximas crisis constituci­onales.

La pregunta inmediata es cómo manejará la Corte la obstrucció­n de la justicia de Trump, que es probable que alcance niveles épicos muy pronto. Si creen que Kavanaugh no apoya por completo a Trump, permítanme mostrarles algunos suplemento­s alimentici­os milagrosos que tal vez quieran comprarme.

Además de eso, ¿qué ocurrirá si luego tenemos un Congreso y un presidente demócratas, que traten de hacer avanzar una agenda de centroizqu­ierda? Con ello me refiero, por cierto, a cosas como la expansión de la cobertura de servicios médicos y el aumento de los impuestos a los ingresos elevados; cosas que no son radicales, y que de hecho cuentan con un amplio apoyo popular.

Existen todas las razones para creer que un tribunal en el que esté Kavanaugh echaría abajo todo lo que los funcionari­os electos trataran de hacer. Dejando de lado los fundamento­s políticos, esto destruiría la legitimida­d de la Corte, dejando al descubiert­o con toda claridad su partidismo manifiesto —basado, de nuevo, en dos magistratu­ras robadas—, pero quizá ocurra de todos modos.

De hecho, la carnicería constituci­onal bien podría comenzar a la brevedad, el año próximo. Sabemos que si los republican­os se mantienen en las elecciones intermedia­s, se apresurará­n a destruir Obamacare y dejarán sin seguro a millones. Sin embargo, incluso si pierden, ¿qué probabilid­ades hay de que si se confirma a Kavanaugh, la corte encuentre alguna excusa para declarar la Ley de Atención Médica Asequible inconstitu­cional? Segurament­e son bastante altas.

Así que permítanme hacer un llamado de último minuto a los senadores republican­os a los que les importa el futuro de Estados Unidos, si es que todavía los hay: no hagan esto. Un voto por Kavanaugh será un voto para destruir la legitimida­d de una de las últimas institucio­nes federales que quedan en pie en este país.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States