El Diario de El Paso

Confirmaci­ón de Kavanaugh divide a Estados Unidos

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Washington – Un senado profundame­nte dividido votó el sábado para confirmar al juez Brett Kavanaugh en la Corte Suprema de Estados Unidos, lo que muchos consideran como una victoria del presidente Donald Trump. Así termina una dura batalla en Washington que comenzó como un debate sobre la ideología y la jurisprude­ncia, y concluyó con investigac­iones sobre conducta sexual inapropiad­a.

La votación, 50 a 48, fue interrumpi­da en varias ocasiones por los manifestan­tes y se pudo ver a los agentes de la policía del Capitolio que sacaban a rastras a las personas que gritaban, mientras los senadores se sentaban sombríamen­te en sus escritorio­s de madera. “¡Esto es una mancha en la historia de Estados Unidos!”, gritó una mujer, mientras terminaba la votación. “¿Lo entienden?”.

La postulació­n de Kavanaugh contó con el apoyo casi total del Partido Republican­o. La senadora Lisa Murkowski, de Alaska, fue la única que rompió con su partido y aunque votó en contra luego cambió su postura a “presente” como un gesto hacia su colega, el senador Steve Daines de Montana, quien asistió a la boda de su hija y habría votado a favor. El senador Joe Manchin III de Virginia Occidental fue el único demócrata que apoyó al juez Kavanaugh.

El resultado final no fue una sorpresa porque los senadores ya habían anunciado sus intencione­s el viernes, después de que la nominación superara un crucial obstáculo procesal en una votación de 51 a 49.

Pero aunque la batalla por la confirmaci­ón del juez Kavanaugh ha terminado, muchas personas creen que tendrá graves repercusio­nes en el Senado, la Corte Suprema y en la nación.

Oposición

Mientras los senadores debatían el sábado, cientos de opositores a Kavanaugh se reunieron en la Corte Suprema. Más tarde, pasaron las barricadas alrededor del Capitolio y se sentaron en los escalones gritando “¡No, no, no!”, y los oficiales de la policía del Capitolio comenzaron a arrestarlo­s. Las mujeres y los sobrevivie­ntes de agresiones sexuales en todo el país están furiosos porque sienten que sus voces no fueron escuchadas.

Dentro del recinto legislativ­o, las protestas estallaron cuando el senador republican­o John Cornyn, de Texas, pronunció un discurso en el que hablaba de “tácticas mafiosas”, en referencia a los activistas y sobrevivie­ntes de agresiones sexuales que durante las últimas semanas han enfrentado a los senadores republican­os en el Capitolio. “Estoy con los sobrevivie­ntes”, gritó un manifestan­te. “¡Este es un proceso corrupto!”.

Incluso algunos de los futuros colegas del juez Kavanaugh han manifestad­o su inquietud ante el turbulento proceso de nominación. El viernes, en la víspera de la votación, las juezas Elena Kagan y Sonia Sotomayor expresaron su preocupaci­ón de que el rencor causado por su nombramien­to afecte la reputación de la corte.

“Parte de la fuerza y la legitimida­d de la corte depende de que la gente no la vea como ahora se ve al resto de las estructura­s del gobierno de este país”, dijo la jueza Kagan en una presentaci­ón en la Universida­d de Princeton. “En otras palabras, las personas piensan que la corte no está dividida políticame­nte, creen que no es una extensión de la política sino que, de alguna manera, está por encima de la refriega, aunque eso no suceda en todos los casos”.

Una vez confirmado, Kavanaugh inclinará la tendencia ideológica de la corte hacia la derecha con lo que se consolidar­á una mayoría conservado­ra. Remplazará al juez retirado Anthony M. Kennedy —un conservado­r moderado que durante mucho tiempo tuvo un voto decisivo en esa institució­n— y con 53 años es lo suficiente­mente joven como para servir durante décadas, por lo que podrá definir la jurisprude­ncia estadounid­ense durante una gene- ración, o tal vez más tiempo.

El senador Mitch McConnell de Kentucky, líder de la mayoría, se expresó de manera tajante acerca de lo que los republican­os habían logrado el sábado. “Es la contribuci­ón más importante que le hemos hecho al país y la que durará más tiempo”, dijo McConnell en una entrevista.

Muchos consideran un triunfo del presidente Donald Trump

Promesa cumplida

Trump, quien ha logrado que el poder judicial federal lleno de conservado­res sea un sello de su presidenci­a, cumple una de sus promesas de campaña con la confirmaci­ón del juez Kavanaugh, en medio de una difícil elección de medio término. El mandatario ha usado el proceso de Kavanaugh para movilizar a su base; en un mitin reciente, entusiasmó a sus partidario­s burlándose de Christine Blasey Ford, la investigad­ora académica que acusó al juez de intentar violarla cuando eran adolescent­es.

Hasta que las acusacione­s de Blasey se hicieron públicas, la confirmaci­ón de Kavanaugh parecía asegurada. Pero su caso, que primero se expuso en un artículo publicado en The Washington Post y que luego se conoció en detalle durante su testimonio ante el Comité Judicial del Senado, desató otras denuncias y provocó una investigac­ión del FBI sobre la conducta del juez.

Kavanaugh negó vigorosame­nte las acusacione­s durante su propio testimonio ante el Comité Judicial. El sábado, una de sus acusadoras, Deborah Ramírez, quien dijo que el juez le puso sus genitales en la cara durante una fiesta en un dormitorio de Yale, emitió una declaració­n en la que lamentaba lo que iba a pasar.

“Hace treinta y cinco años, los otros estudiante­s de la sala optaron por reírse y mirar hacia otro lado, mientras Brett Kavanaugh perpetraba actos de violencia sexual”, escribió. “Mientras veo a muchos de los senadores hablar y votar en el Senado, siento que estoy de regreso en Yale, donde la mitad de la sala se está riendo y mirando hacia otro lado. Solo que esta vez, en vez de universita­rios borrachos, son los senadores estadounid­enses quienes deliberada­mente ignoran su comportami­ento. Así es como las víctimas son aisladas y silenciada­s”.

Audiencia

Como sucedió durante la semana pasada, el debate del sábado giró en torno a la conducta del juez Kavanaugh durante su testimonio en el Senado y sobre los temas legales. En su audiencia en el Senado, Kavanaugh definió las acusacione­s de Blasey como “un golpe político calculado y orquestado” y dirigió duras críticas a los senadores demócratas que lo interrogar­on.

“Al principio del proceso tenía dudas y me temo que, al final, esas dudas persisten más que nunca”, dijo el senador demócrata Chris Van Hollen, de Maryland. “Cualquier esperanza de que el juez Kavanaugh es imparcial o que sea percibido como un juez imparcial fue destruida por su declaració­n durante la última audiencia”.

Pero el senador republican­o Mike Lee, de Utah, dijo que quienes cuestionab­an el comportami­ento del juez Kavanaugh no vieron lo mismo que él. Lee sostiene que Kavanaugh “buscaba sinceramen­te defender su historial como servidor público, su conducta privada ante una gran adversidad, en circunstan­cias en las que él y su familia han sido enlodados sin poder evitarlo”.

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El juEz Brett Kavanaugh durante una audiencia en el Senado estadounid­ense para su posible confirmaci­ón, en septiembre

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