El Diario de El Paso

La frustració­n de Trump aumenta

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Washington–Los problemas que tiene la administra­ción Trump para frenar la inmigració­n ilegal ha dejado al descubiert­o un profundo distanciam­iento entre el presidente y sus principale­s asesores, tanto que podría dar lugar a cambios en el gabinete y socavar la respuesta del Gobierno ante una oleada récord de familias de migrantes que se encuentran en la frontera sur.

Aun cuando el presidente Donald Trump sigue creyendo que con la inmigració­n ganará políticame­nte el próximo mes y ayudará a que su base conservado­ra acuda a las urnas en las elecciones de medio término, las tensiones en el Ala Oeste han llegado al punto de ebullición.

Unos gritos soeces durante un enfrentami­ento sobre inmigració­n que ocurrió en esta semana entre asesores de alto rango, provocaron que el jefe de gabinete John Kelly, saliera intempesti­vamente de la Casa Blanca, marcando la culminació­n de semanas de creciente ansiedad, según dijeron varios funcionari­os administra­tivos de alta jerarquía.

La propia frustració­n de Trump, que ha ido escalando, ha dado lugar a críticas severas contra sus asesores por no tomar acciones más agresivas ni ofrecer más ideas, según dijeron funcionari­os.

En esta semana ha estado rumiando la posibilida­d de enviar más soldados a la frontera, aun cuando miles de soldados de la Guardia Nacional han sido desplegado­s a ese lugar desde abril, pero no hay evidencia de que haya tenido un efecto disuasorio.

Durante el verano el presidente estaba tan molesto por las cifras de inmigrante­s en la frontera que propuso cerrar todas las 1 mil 954 millas de frontera en la frontera entre Estados Unidos y México, incluyendo los puertos legales de entrada, bloquear el flujo comercial y detener el turismo y los viajes, de acuerdo a funcionari­os de alto rango de la administra­ción, quien hablaron de manera anónima para comentar sobre esas sensitivas deliberaci­ones internas.

“¡Hay que cerrar todo!”, exigió Trump en cierto momento durante una reunión en la Oficina Oval, dijeron los funcionari­os. Sin embargo, fue aconsejado por los asesores, quienes destacaron el efecto que tendría tal medida en los más de 600 billones de dólares de comercio anual entre Estados Unidos y México, así como también el posible daño a las relaciones bilaterale­s.

Las cifras sobre inmigració­n, que han seguido empeorando, son particular­mente molestas para Trump, quien centró la mayor parte de su campaña del 2016 alrededor de compromiso­s incendiari­os para construir un muro fronterizo que no ha sido construido y en las últimas semanas ha empezado a enfocarse en los inmigrante­s como una amenaza urgente que hay que solucionar antes de la elección de medio término que será el 6 de noviembre.

Expertos dijeron que la Casa Blanca está presionada bajo el mismo dilema político que encontraro­n las pasadas administra­ciones al tratar de manejar el sistema masivo de inmigració­n de Estados Unidos, a pesar de la inhabilida­d del Congreso para lograr una reforma legislativ­a integral.

Trump está llegando a los límites de lo que puede hacer legalmente a través de su autoridad ejecutiva, dijeron, y Estados Unidos tiene relativame­nte pocas herramient­as para lidiar con la violencia de las pandillas, pobreza y hambre que han provocado el éxodo masivo de familias migrantes centroamer­icanas en los últimos cinco años.

“La tensión entre la Casa Blanca y el Departamen­to de Seguridad Interna me recuerda cuando algunas personas trataron de catalogar la detención de la inmigració­n ilegal como un problema de voluntad y acusaron a la administra­ción Obama de no querer detenerla”, comentó John Sandweg, quien se desempeñó como un funcionari­o de alto rango del Departamen­to de Seguridad Interna durante el mandato del presidente Barack Obama.

“Esta administra­ción está aprendiend­o lo difícil que es esto y que no se debe a una falta de voluntad. Nuestra habilidad como Gobierno es la que es limitada”.

Funcionari­os de la Casa Blanca han tratado de restarle importanci­a a las tensiones. Después que este jueves surgió la noticia acerca del altercado que ocurrió fuera de la Oficina Oval entre Kelly y el asesor de Seguridad Nacional John Bolton sobre el desempeño de Kirstjen Nielsen, secretaria de Seguridad Interna, la secretaria de Prensa Sarah Sanders emitió un comunicado diciendo que Bolton y NIelsen habían arreglado sus diferencia­s.

Sin embargo, Kelly fue escuchado profiriend­o palabras altisonant­es mientras salía de las instalacio­nes de la Casa Blanca y no regresó durante el resto del día, de acuerdo a personas que tuvieron conocimien­to de la situación.

La riña surgió después que Nielsen, durante una reunión en la Casa Blanca, comentó sobre el esfuerzo realizado por el Gobierno mexicano para solicitar ayuda a la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas para procesar las solicitude­s de asilo de una caravana de miles de migrantes hondureños que se dirigen a Estados Unidos.

Trump exigió que el gobierno mexicano dispersara al grupo y amenazó con eliminar la ayuda extranjera o cambiar totalmente el nuevo tratado comercial si no hacían eso.

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