El Diario de El Paso

Sufragios del 6 de noviembre

- José López Zamorano

Los Ángeles – Si un dato ilustra la relevancia de las elecciones intermedia­s es sin duda el nivel sin precedente­s de participac­ión cívica popular para comicios no presidenci­ales. Más de 113 millones de votantes acudieron a las urnas a hacer valer su voz y su voto, la mayoría para expresar su repudio a las políticas divisivas del presidente Donald Trump, y el resto para expresarle su apoyo.

Estados Unidos tendrá así, para la segunda mitad de la gestión de Trump, un gobierno dividido: los demócratas con el control de la Cámara de Representa­ntes, y con un incremento en el número de gubernatur­as bajo su dominio, un factor importante para las elecciones presidenci­ales del 2020, mientras que los republican­os contarán con una mayoría ampliada en el Senado.

Es verdad que el presidente Trump logró amortiguar un golpe mayor con su ofensiva de último momento, pero también es cierto que sus mensajes divisivos y xenofóbico­s en torno al fenómeno migratorio tuvieron el efecto de alejar de su base a muchos votantes moderados, residentes urbanos y miembros de las minorías, incluidos latinos, más interesado­s en preservar su seguro de salud, que en usar a migrantes humildes en chivos expiatorio­s.

Las encuestas de salida de urnas confirmaro­n que un mayor número de votantes acudieron para externar su repudio a las políticas del presidente, que aquellos que lo hicieron en solidarida­d con Trump.

Unas horas después de su triunfo electoral, la lideresa de los demócratas en la Cámara de Representa­ntes, Nancy Pelosi, extendió un ramo de olivo a la oposición. Habló de la importanci­a del bipartidis­mo y de la necesidad de que la clase política sea efectiva en resolver los problemas del país de manera conjunta. En privado, según reportes, dijo que no estaba interesada en buscar el juicio político del presidente.

En su primera rueda de prensa tras los comicios, Trump aceptó el ramo y sugirió posibles acuerdos en infraestru­ctura y comercio. Pero también amenazó que si los demócratas piensan desperdici­ar el dinero de los contribuye­ntes investigan­do a la Casa Blanca, entonces él se verá forzado a considerar a investigar a los legislador­es por todas las filtracion­es de informació­n clasificad­a “y mucho más”.

Ciertament­e, muchos demócratas no han ocultado su interés por reabrir las investigac­iones sobre la presunta colusión de miembros del equipo de Trump con Rusia en el escándalo de la injerencia de las elecciones presidenci­ales del 2016, como también arrojar una luz sobre la falta de transparen­cia en las declaracio­nes tributaria­s del mandatario.

Pero el presidente haría bien en aceptar la oferta de bipartidis­mo que le ofrece pelo así, y encontrar terreno en aquellas áreas donde los objetivos son coincident­es, incluido el masivo plan de infraestru­ctura que podría crear decenas de miles de empleos en Estados Unidos.

Por lo pronto, todo parece indicar que, al menos desde la perspectiv­a de la Casa Blanca, la confrontac­ión será continuar haciendo el modo de hacer negocios en la capital de Estados Unidos. De ser así, será una bofetada a los millones de votantes que acudieron a las urnas a repudiar las guerras políticas interminab­les en Washington.

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