Trump busca culpables mientras California arde
Washington – Este año será recordado por la revuelta del voto antiTrump de la semana pasada o por el avance del Movimiento #MeToo. Sin embargo, en California, el 2018 será recordado por sus monstruosos incendios forestales.
El Incendio Camp al norte de Sacramento ha sido el más letal en la historia de California, ya que hasta este martes se han registrado 48 fatalidades y siguen desaparecidos grupos de personas.
El incendio también estableció un récord en cuanto a la destrucción, ya que se quemaron casi 9 mil estructuras. Esta carnicería ocurre a tan sólo tres meses después de que el Incendio del Complejo Mendocino rompió el récord como el más grande que se haya registrado en los libros del Estado, que ocurrió a menos de un año después de otra ronda de enormes incendios del pasado mes de octubre.
Para mediados de la semana, los bomberos habían contenido parcialmente el Incendio Camp, que arrasó con unos 130 mil acres, aún continúa la búsqueda de restos humanos.
El poblado Paradise ha sido virtualmente aniquilado. Decenas de miles de californianos siguen desplazados, oficiales estatales solicitaron equipos portátiles de la morgue, un grupo “mortuorio para desastres” y unidades de perros especializados en la búsqueda de cadáveres, de acuerdo a Reuters.
En respuesta a este desastre, la insensible reacción inicial del presidente Donald Trump fue insistir en que la única razón por la que California está experimentando los incendios forestales se debe “al mal manejo de los bosques” y exigió que el Estado “debe poner un remedio de inmediato o de lo contrario no habrá más apoyo federal”.
De hecho, el Incendio Camp no está arrasando con las zonas boscosas sino con las urbanas y rurales que cuentan con vegetación y que están cerca de las personas.
El exabrupto del presidente es doblemente bizarro debido a que el gobierno federal maneja la mayoría de los bosques del Estado. Si existe un problema con el manejo de los bosques, se debe a los anteriores presupuestos del Servicio de Bosques de Estados Unidos, que se destinaron mayormente a la lucha contra los incendios en lugar del cuidado y prevención.
Más explotación forestal no ayuda a impedir los incendios como algunos podrían pensar, los arbustos secos son altamente inflamables y son los que provocan las llamaradas.
Desde entonces, Trump ha cambiado el tono, y la ayuda federal ha estado fluyendo a California. Sin embargo, su reacción no es un incidente aislado. El presidente está presionando fuerte contra el financiamiento para los desastres como el huracán que azotó a Puerto Rico, otro lugar en donde Trump es impopular.
Sin embargo, si el presidente va a cuestionar como reducir la posibilidad de los desastres como el Incendio Camp, debería ver sus propias políticas. Los incendios forestales están siendo más grandes, más impredecibles y por lo tanto, más destructivos.
Es difícil atribuir cualquier desastre en particular al cambio climático. Aunque los incendios más grandes y destructivos están entre las consecuencias que los expertos predicen que ocurrirán a medida que se va calentando el mundo.
Temperaturas más calientes dan lugar a arbustos más secos, lo cual es ideal para iniciar una llamarada. Las temperaturas calientes durante la noche mantienen vivos los incendios en momentos en los que habitualmente se calmaban.
Las sequías, seguidas de grandes cantidades de lluvia pueden resultar en un crecimiento explosivo de plantas que dan lugar al escenario para futuros incendios. Al igual que unas temporadas más prolongadas de crecimiento.
Si Trump piensa que el costo del mal manejo gubernamental es alto en este momento, que espere a que los costos de la abdicación de su administración sobre el cambio climático se hagan realidad.