Se vuelve parámetro de Trump
Washington –Este fin de semana hubo muchos tributos para el ex presidente George H.W. Bush, exponi«ndose en cada uno las dificultades que esta semana le esperan al actual morador de la Oficina Oval, publicµ The Washington Post.
Al morir, los presidentes son evaluados no sµlo por sus logros sino por lo que su gestiµn dice sobre los mandatarios actuales —y en este caso, al parecer el contraste es mucho.
Trump parec¯a consciente del peligro de ser comparado con un antecesor muy querido. El Presidente con frecuencia ha discutido con la familia Bush. El s£bado, alabµ el “sµlido criterio, sentido com¼n y firme liderazgo” de Bush.
Bush fue el ¼ltimo mandatario estadounidense en ser h«roe de guerra, con una vida definida por el servicio en el Congreso, el Departamento
de Estado, la CIA y la Casa Blanca. Predicaba los acuerdos, la modestia y el respeto por las instituciones de Washington e incluso por sus procesos de dise³o de pol¯ticas.
En cambio, el mandato de Trump se ha caracterizado por una guerra pr£cticamente contra todas las normas e instituciones que le eran queridas a Bush, especialmente la CIA.
La vida y la presidencia de Bush “pueden representar un recordatorio de que lo que tenemos ahorita es profundamente anormal”, dijo Eliot Cohen, quien trabajµ en el Departamento de Estado de George W.H. Bush.
Esta vez, la diferencia es que Washington est£ de duelo no sµlo por un ex combatiente y ex congresista, sino por un miembro del club m£s exclusivo de la democracia de Estados Unidos. La mayor¯a de los funerales presidenciales han dado a mandatarios y
ex mandatarios oportunidad de manifestar que comparten el sentido de patriotismo, misiµn y propµsito.
Resulta dif¯cil imaginar siquiera a Trump sentado en la misma habitaciµn con Bill Clinton, a quien ha tildado de corrupto abusador de mujeres y de “hipµcrita”, o de Obama, a quien describiµ como “tipo malo o enfermo”. Los dos demµcratas tambi«n han criticado a Trump, calific£ndolo como una amenaza para la democracia estadounidense. La relaciµn de Trump con George W. Bush ha sido asimismo dif¯cil.
Para Trump, el funeral y la presencia cercana de los expresidentes juntos podr¯an hacer resaltar lo aislado que «l est£.
El deseo de Bush de incluir a Trump en su funeral sugiere que el expresidente no quer¯a que su ¼ltimo mensaje fuera sobre el actual morador de la Oficina Oval, sino sobre su propia vida, su presidencia y su pa¯s.