Gobernadora de NM retira de frontera a la Guardia Nacional
La gobernadora de Nuevo México, Michelle Luján Grisham, ordenó este martes por la noche que se retirara a la mayoría de las tropas de la Guardia Nacional estatal asignadas a la frontera sur, rechazando la afirmación de que “existe una abrumadora crisis de seguridad nacional”.
Luján Grisham, una demócrata que asumió la gubernatura el mes pasado después de prestar sus servicios durante seis años en la Cámara de Representantes, hizo el anuncio poco antes del discurso del Estado de la Unión del presidente Trump, en el que el mandatario habló de un “tremendo ataque violento” en la frontera sur.
Luján Grisham comentó que mantendría parte de la Guardia Nacional de Nuevo México en el suroeste del estado, que en los últimos meses ha experimentado un enorme flujo de familias centroamericanas.
Aunque dijo que rechaza “la afirmación federal de que existe una abrumadora crisis de seguridad nacional en la frontera sur, a lo largo de la cual se encuentran las comunidades más seguras del país”.
Descarta que haya una agobiante crisis de seguridad
“Nuevo México no tomará parte en la farsa del presidente sobre su alarmismo fronterizo haciendo mal uso de nuestras diligentes tropas de la Guardia Nacional”, agregó.
Además de retirar de la frontera a las fuerzas de la Guardia Nacional de su estado, Luján Grisham también solicitó que los soldados de la Guardia asignadas a Nuevo México y procedentes de Arkansas, Kansas, Kentucky, New Hampshire, Carolina del Sur y Wisconsin se retiraran de inmediato.
En un comunicado se dijo que 118 tropas de la Guardia Nacional se encuentran desplegadas en Nuevo México como parte de una misión fronteriza ordenada el pasado mes de abril por Trump.
Una portavoz de la gobernadora comentó que 11 de 15 soldados de la Guardia podrían permanecer en la parte suroeste del estado, que en los últimos meses se ha convertido en un destino popular de contrabandistas que traen grandes grupos de familias migrantes a la frontera.
Más de 300 personas ingresaron al país al mismo tiempo en el remoto cruce de Antelope Wells, N.M., y de inmediato se entregaron a los agentes de la Patrulla Fronteriza.
La semana pasada, oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos reconocieron la ayuda brindada por la tripulación de un helicóptero de la Guardia Nacional para decomisar aproximadamente 136 libras de mariguana, lo cual dio como resultado el arresto de cuatro hombres que supuestamente introdujeron la droga por la frontera en un área remota del suroeste de Nuevo México.
En abril del 2018 la entonces gobernadora republicana de Nuevo México, Susana Martínez, ordenó que 80 soldados de la Guardia fueran enviados a la frontera como respuesta a la decisión que tomó Trump de desplegar a la Guardia a ese lugar. Varios gobernadores enviaron soldados de sus estados.
Luján Grisham, quien en ese entonces era la nominada demócrata a la gubernatura, le hizo un llamado a Martínez para que cancelara el despliegue en el mes de junio mientras la administración Trump incrementaba la aplicación de su política “cero tolerancia” en la frontera, separando a miles de niños migrantes de sus padres.
Otros cinco gobernadores –incluyendo a los republicanos de Massachusetts y Maryland– cancelaron sus misiones de la Guardia para protestar por la separación de familias, sin embargo, la Guardia de Nuevo México continuó su despliegue.
En su discurso, Trump también dijo que iba a ordenar el envío de 3 mil 750 tropas adicionales a la frontera. El otoño pasado miles de tropas fueron desplegadas cuando una caravana de migrantes centroamericanos se dirigió al norte pasando a través de México. (Robert Moore / The Washington Post)