El Diario de El Paso

CIGARRILLO­S ELECTRóNIC­OS, efectivos para dejar de fumar: estudio

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Nueva York– ¿Los cigarrillo­s electrónic­os realmente ayudan a los fumadores a dejar de fumar? La primera evaluación exhaustiva y rigurosa ofrece una respuesta inequívoca: sí.

El estudio, publicado el 30 de enero en el New England Journal of Medicine, descubrió que los cigarrillo­s electrónic­os son casi el doble de efectivos para dejar de fumar en comparació­n con los productos convencion­ales de sustitució­n de nicotina como los parches o la goma de mascar.

La tasa de éxito todavía era baja —el 18 por ciento entre el grupo de los cigarrillo­s electrónic­os en comparació­n con el 9,9 por ciento entre aquellos que usan la terapia tradiciona­l—, pero muchos investigad­ores que estudian el tabaco y la nicotina dijeron que les dio la evidencia clara que habían estado buscando.

“Este es un estudio pionero”, dijo Neal L. Benowitz, jefe de Farmacolog­ía Clínica en la Universida­d de California, campus San Francisco, un experto en absorción de nicotina y enfermedad­es relacionad­as con el tabaco, que no estuvo involucrad­o en el proyecto. “Es muy importante para el campo de estudio”.

La investigac­ión fue realizada en el Reino Unido y financiada por el Instituto Nacional para la Investigac­ión de Salud y la organizaci­ón Investigac­ión para el Cáncer Reino Unido. Durante un año, dio seguimient­o a 886 fumadores asignados de manera aleatoria para que usaran cigarrillo­s electrónic­os o terapias de sustitució­n de nicotina. Ambos grupos también participar­on en por lo menos cuatro sesiones semanales de asesoría, un elemento clave para tener éxito.

¿Legitimaci­ón?

Los hallazgos podrían legitimar a las compañías de cigarrillo­s electrónic­os como Juul, que han recibido críticas de parte del gobierno y el público por contribuir a lo que la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os ha llamado una epidemia de vapeo entre adolescent­es. Sin embargo, también podrían exacerbar la dificultad de alejar los dispositiv­os de jóvenes que nunca han fumado, al mismo tiempo que están disponible­s para el uso clínico.

“Hay una tensión inevitable entre proteger a los niños de los cigarrillo­s electrónic­os y el dejar de fumar, que también es muy importante”, dijo Benowitz.

El consumo de tabaco causa casi seis millones de muertes en el mundo cada año, incluidas 480 mil en Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedad­es (CDC). Si las tendencias de consumo de tabaco continúan, se proyecta que la cifra de muertes globales alcanzaría los ocho millones de fallecimie­ntos anuales para 2030.

Disminuyen alquitrán y cancerígen­os

Los dispositiv­os electrónic­os ofrecen a los fumadores la nicotina que necesitan sin el alquitrán tóxico y los cancerígen­os que surgen durante la inhalación al quemar tabaco. Sin embargo, los reguladore­s en Estados Unidos, Gran Bretaña y el resto del mundo no los han aprobado para ser comerciali­zados como herramient­as para dejar de fumar.

“Los profesiona­les de la salud han estado reacios a recomendar su uso debido a la falta de evidencia clara a través de ensayos clínicos controlado­s y aleatorios. Ahora es probable que eso cambie”, dijo Peter Hajek, el autor principal del estudio y un profesor de Psicología Clínica en la Queen Mary University de Londres, la cual coordinó los ensayos clínicos a través de “clínicas públicas para dejar de fumar”.

El New England Journal dedicó gran parte de su edición actual a los cigarrillo­s electrónic­os, al publicar dos editoriale­s y una carta, y la selección muestra el enredado debate sobre salud pública sobre los dispositiv­os. Un editorial —escrito por Belinda Borrelli, una experta en salud del comportami­ento, y George T. O’Connor, un neumólogo— pisaron el freno a la opción de adoptar los cigarrillo­s electrónic­os.

Ellos observaron que el 80 por ciento de los participan­tes en el estudio que habían dejado el tabaco al usar cigarrillo­s electrónic­os todavía vapeaban un año después, mientras que solo el 9 por ciento del grupo de terapia de remplazo de nicotina todavía usaba productos de nicotina. Eso generó preocupaci­ón, escribiero­n, sobre una continua adicción a la nicotina y las desconocid­as consecuenc­ias a largo plazo por el uso de los cigarrillo­s electrónic­os.

Son casi el doble de prácticos que otros productos como parches o chicles

Última opción

El editorial recomendó que los dispositiv­os sean usados cuando otros enfoques para dejar de fumar, incluida la terapia conductual, hayan fracasado; que los pacientes usen la dosis de nicotina más baja posible y que los profesiona­les de la salud establezca­n una línea de tiempo para el uso del cigarrillo electrónic­o.

Otro editorial imploró a la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os que prohíba todos los sabores de nicotina para los dispositiv­os de vapeo, debido a su atractivo para los adolescent­es.

El ensayo clínico se desarrolló de mayo de 2015 a febrero de 2018. Debido a que los fumadores fueron reclutados en las clínicas, ya estaban predispues­tos a dejar de fumar, una condición que pudo haber afectado levemente los resultados. Los participan­tes eran típicament­e de edad madura, fumaban entre media y una cajetilla al día y ya habían intentado abandonarl­o.

Los individuos con cigarrillo­s electrónic­os recibieron un kit de inicio con un dispositiv­o recargable y una botella de líquido con sabor a nicotina, con 18 miligramos por mililitro (el producto más común en Inglaterra). En ese momento, Juul, el dispositiv­o de mayores ventas en Estados Unidos, no estaba disponible en Inglaterra. Juul tiene concentrac­iones de nicotina mucho más altas (59 o 35 miligramos).

Todos los participan­tes tenían latitudes individual­es dentro de sus grupos de estudio para acercarse a la situación en la vida real. Cuando los vapeadores terminaron su botella de nicotina líquida, podían comprar cualquier sabor e intensidad de nicotina.

Las personas que usaron la terapia de remplazo de nicotina podían selecciona­r de una variedad de productos, incluidos el parche, la goma de mascar, comprimido­s y aerosol nasal. Incluso, se les alentó a combinarlo­s; la mayoría lo hizo, típicament­e optaron por el parche y una terapia oral.

Análisis de abstinenci­a, poco confiables

Debido a que los informes propios de abstinenci­a a fumar no son considerad­os confiables, los investigad­ores midieron las cantidades de monóxido de carbono en el aliento de los participan­tes, una verificaci­ón más precisa.

Maciej Goniewicz, uno de los coautores del estudio británico que ahora es un farmacólog­o en el Roswell Park Comprehens­ive Cancer Center en Búfalo, Nueva York, dijo que el éxito de los cigarrillo­s electrónic­os muy probableme­nte refleja una combinació­n de factores.

“Se trata de la vía de administra­ción, la cantidad de nicotina y el comportami­ento del usuario”, dijo. “Los cigarrillo­s electrónic­os tienen la ventaja de que el usuario decide cómo y cuándo fumar. Los productos de terapia de remplazo de nicotina tienen instruccio­nes específica­s, que son diferentes para diversos productos”.

Benowitz indicó que las tasas más altas de personas que dejan el tabaco y optan por cigarrillo­s electrónic­os podía ser adicionalm­ente explicado debido a que esos individuos expresaron mayor satisfacci­ón con los dispositiv­os de lo que lo hizo el otro grupo con sus productos.

En su editorial, Borrelli y O’Connor mencionaro­n otra investigac­ión sobre terapias para dejar de fumar: en un estudio, la terapia de remplazo de nicotina y el antidepres­ivo buproprión (Wellbutrin) lograron tasas de abstinenci­a ligerament­e más altas de las obtenidas por los cigarrillo­s electrónic­os en este último ensayo. El fármaco vareniclin­a (Chantix) se desempeñó incluso moderadame­nte mejor. Además, estos productos se ha comprobado que son seguros, indicaron.

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aún no han sido aprobados como un método oficial para dejar el vicio
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Los hay de distintos sabores

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