Se la ‘juega’ Beto o’rourke en debate de esta noche
Sioux City, Iowa— La campaña de Beto O’rourke tiene todas las señales de ímpetu de lo que se supone debía ser su candidatura a la Presidencia y lo que sus partidarios más devotos creen que aún puede ser.
O’rourke está recolectando millones de dólares en donaciones de campaña, ha contratado a una serie de operativos demócratas con experiencia y está pagando a sus organizadores de campo salarios asombrosos, probablemente más
de lo que pagan el resto de los competidores.
O’rourke construyó rápidamente una gran operación en Iowa, con 11 oficinas repartidas por todo el estado, y recibió a multitudes de al menos 100 personas en sus últimos dos mítines.
Pero esas imágenes contradicen las dificultades que enfrenta: gasta dinero más rápido de lo que lo está recaudando, figuró en las encuestas a nivel nacional entre el uno y el tres por ciento en el último mes e intenta convencer a los votantes de que tiene la experiencia y la visión para ser presidente.
Sioux City, Iowa— Después de una primera presentación en el debate que despertó la alarma entre sus principales donantes, existe una presión cada vez mayor sobre O’rourke para que brille en el segundo debate de hoy martes y les recuerde a los demócratas por qué tantos pensaron que podría ser un favorito hace unos meses.
O’rourke dice que ahora está adoptando un enfoque de “yo siendo yo”, y se ha concentrado demasiado en la crisis migratoria, la cual tiene una fuerte resonancia en su ciudad natal de El Paso –mientras pasa menos tiempo hablando de su tema principal anterior: el cambio climático.
En el mes transcurrido desde el primer debate, O’rourke visitó tres centros de detención que albergan a migrantes, realizó un mitin frente a una estación de la Patrulla Fronteriza, viajó a México para reunirse con solicitantes de asilo, se ofreció como voluntario en un refugio para migrantes en El Paso, realizó eventos enfocados en la inmigración en New Hampshire y Tennessee, asistió a una vigilia de “Luces por la libertad” para migrantes en New Hampshire y visitó Ellis Island con su esposa. Mientras subía al escenario en la convención de la NAACP en Detroit el miércoles, O’rourke proclamó: “¡Buenos días!” en español.
Este cambio de enfoque se produce ahora que la administración de Trump enfrenta nuevas críticas por el trato que les ha dado a los migrantes detenidos, especialmente a los niños, y mientras O’rourke intenta maximizar sus fortalezas, incluyendo una serie de inspiradores monólogos sobre los valores centrales de Estados Unidos.
Figura en las encuestas con mayor fuerza en su estado natal de Texas –entidad que celebrará sus elecciones primarias demócratas el 3 de marzo– y entre los votantes hispanos.
“La gente ha optado por venir a este país y por su sola presencia nos han hecho más fuertes y más seguros, eso es algo maravilloso”, dijo O’rourke cuando se reunió con una docena de votantes en el restaurante mexicano La Juanita en Sioux City recientemente. “Y perdemos de vista eso, por lo que como presidente ciertamente nos verán centrados en ello”.
Hablando en inglés y español, O’rourke se presentó como parte de una “comunidad binacional” y respondió preguntas sobre el trato a los inmigrantes y las órdenes ejecutivas del presidente Donald Trump en torno a la inmigración, junto con preguntas sobre sus posturas en torno al control de armas, la asequibilidad universitaria, el cambio climático y el cuidado de la salud.
O’rourke y las personas cercanas a él están convencidos de que si logra entablar una conexión con suficiente gente, especialmente en Iowa, estado que celebrará el primer concurso de nominación de la nación en febrero, Beto podría tomar la delantera.
“Todas las personas con las que he hablado se han quedado más
impresionadas después de escucharlo y hablar con él”, dijo el ex gobernador de Maryland, Martin O’malley, quien adoptó un enfoque similar en Iowa durante su exitosa candidatura a la Presidencia en el 2016. “Habiendo llegado a conocer y comprender a Iowa, creo que su mensaje, historia, veracidad y ética de liderazgo atraerán ampliamente a los habitantes del estado”.
Aun así, cuanto más tiempo pasa O’rourke en Iowa, peor le va en las encuestas estatales. O’rourke figura con aproximadamente el uno por ciento en el estado, según una encuesta de
CBS News/yougov a principios de este mes, un declive en comparación con los sondeos de principios de año.
Además de reunirse con los votantes, O’rourke está invirtiendo fuertemente en publicidad digital y salarios y beneficios de su personal. La campaña se enorgullece de ofrecer un salario inicial de 50 mil 400 dólares y de pagar a los directores de campo regionales 62 mil 400 dólares, lo cual se considera una de las tasas más altas, además de ofrecer beneficios que se alinean con los cambios que O’rourke ha solicitado a nivel nacional.
La campaña ofrece 12 semanas de permiso por paternidad remunerado para las nuevas madres y padres después del nacimiento o adopción de un niño y proporciona una donación del tres por ciento para todos los empleados que participan en un programa 401 (k), incluso si esos empleados no contribuyen con nada a la cuenta ellos mismos.
O’rourke ha recaudado 13 millones de dólares desde el lanzamiento de su campaña a mediados de marzo y ha gastado 7.6 millones de dólares. En el segundo trimestre, recaudó 3.7 millones de dólares y gastó 5.2 millones de dólares, resultando una de las tasas más altas en comparación con sus competidores.
La directora de campaña, Jen O’malley Dillon, dijo que confía en que la campaña pueda aumentar su recaudación de fondos, y O’rourke informó a los periodistas el fin de semana pasado que planea aumentar, no reducir, su campaña en las próximas semanas.
“Definitivamente hay una desconexión entre lo que ven los expertos políticos y lo que vemos nosotros”, dijo O’rourke en un correo electrónico a sus seguidores a principios de este mes. “Hay muchas razones por lo que eso sucede. He recibido un millón de consejos sobre cómo mejorar las cosas. En última instancia, todo depende de mí. Yo hago el mejor trabajo posible cuando tengo la oportunidad de hablar con una audiencia nacional. Hacer mi mejor esfuerzo posible en los debates. Y también significa que todo tiene que ver con que yo sea yo”.
O’rourke inició su gira por Iowa el fin de semana pasado al visitar los vecindarios de Council Bluffs, un retroceso a su candidatura al Congreso en el 2012 cuando llamó a más de 16 mil puertas en el área de El Paso y persuadió a los votantes uno por uno para que lo eligieran a él en lugar del titular demócrata Silvestre Reyes.
Tuvo un mitin el viernes por la noche en un bar de Sioux City que atrajo a unas 125 personas, incluida un ama de casa de Kansas, que condujo por horas para conocer a su candidato favorito. La tarde siguiente, unas 100 personas se presentaron para escuchar a O’rourke hablar en una cafetería en Sioux Center, incluidos dos republicanos de 20 años que llevaban cachuchas rojas de la campaña de Trump y camisetas que defendían los derechos a las armas y escuchaban en silencio. Luego, O’rourke les dio la bienvenida en el escenario para una foto.
El personal de O’rourke se maravilló de la multitud, pero ese mismo fin de semana en la misma área, casi 300 personas se presentaron a un evento del viernes por la mañana con la senadora Elizabeth Warren, demócrata de Massachusetts.
Cuando O’rourke hizo su primer viaje a Iowa en marzo, corrió de evento en evento, fue recibido por cientos de personas en cada parada y tuvo poco tiempo para hablar con sus seguidores. Ahora, pasa más tiempo tratando de entablar una conexión personal con los votantes.
En el restaurante mexicano en Sioux City el sábado por la mañana, O’rourke conoció a Claudia Hernández, a su esposo y a sus dos hijos, de 10 y 11 años. La familia manejó más de 90 minutos desde Storm Lake para encontrarse con el candidato al que Hernández llama “mi presidente”.
Hernández dijo que le preocupan las profundas divisiones en el país y la creciente discriminación.
“Aunque soy ciudadana estadounidense naturalizada, sólo por mi color, siento que todavía hay discriminación”, dijo Hernández, de 41 años, quien se mudó a Storm Lake desde Texas hace 19 años y trabaja como intérprete en una planta empacadora de carne. “No quiero que mis hijos se sientan así. Nacieron aquí, y quiero que tengan todos sus derechos”.
Hernández se emocionó cuando O’rourke respondió a su pregunta sobre las órdenes ejecutivas de Trump en torno a la inmigración, las cuales O’rourke prometió rápidamente anular, y ella dijo que se quedó sin palabras cuando el político que había visto en la televisión se sentó con sus hijos y les preguntó sobre la escuela, los instrumentos musicales que tocan y su vida en Storm Lake.
Posteriormente, uno de los organizadores de campo de O’rourke conversó con ella en español acerca de convertirse en voluntaria para la campaña y participar en los comités de Iowa, el tipo de organización a nivel personal que O’rourke espera salve su campaña. (Jenna Johnson/ The Washington Post)