¿Podrá una mujer derrotar a Trump?
Des Moines, Iowa— Tres años después de que Donald Trump rompió las esperanzas demócratas de elegir a la primera presidenta del país, estalló un feroz debate en la carrera presidencial del partido sobre si una mujer puede derrotarlo en noviembre.
Como resultado, preguntas de larga data sobre el género y el sexismo se han puesto al frente de las primarias, a sólo unas semanas de las primeras asambleas electorales para nominaciones el 3 de febrero.
Los senadores Elizabeth Warren, demócrata de Massachusetts, y Bernie Sanders, independiente de Vermont, reconocieron por primera vez esta semana que discutieron el tema en privado hace más de un año.
Han ofrecido narrativas contradictorias de su conversación, y Warren dijo que Sanders no estaba de acuerdo con su opinión de que una mujer podía ganar. Sanders sostiene que simplemente describió lo que dijo que serían los esfuerzos de Trump para derrotar a otra candidata.
Su enfrentamiento, tanto personal como público, amplificó instantáneamente una compleja discusión que ha estado en curso en las reuniones demócratas en todo el país desde que Trump fue electo. Y destacó las actitudes cambiantes en el partido hacia las mujeres que se postulan para cargos públicos en la era Trump.
La derrota de Hillary Clinton en 2016 sorprendió a los demócratas y provocó que muchos se preguntaran si el país estaba listo para una presidenta. Pero también empujó a las mujeres a involucrarse más políticamente, lo que llevó a un número récord de mujeres demócratas en el Congreso, el regreso de la primera presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, y una nueva generación de mujeres que se unieron a la contienda presidencial.
Pero ahora, a menos de tres semanas de las asambleas de Iowa, dos hombres, Sanders y Biden, han ascendido a la cima de las encuestas, seguidos en algunas de ellas por el ex alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg. Warren se ha desvanecido desde el otoño, y las campañas una vez prometedoras de mujeres como las senadoras demócratas Kirsten Gillibrand, de Nueva York, y Kamala Harris, de California, han terminado.
“Seguimos estancados en el ‘sí, pero, ¿puede una mujer vencer a Trump’”, dijo Stephanie Schriock, presidenta de Emily’s List, un grupo centrado en que mujeres demócratas pro abortistas sean electas. “Hemos estado, durante 12 meses, analizando la posibilidad de elección de una manera muy limitada y ha causado una gran cantidad de problemas en esta primaria”.
Pero para muchos votantes, apoyar a una mujer para la Presidencia no es una decisión fácil. Con los demócratas tan ansiosos por derrotar a un presidente que ven como un matón racista y sexista, muchos dicen que se preguntan si la apuesta más segura para derrotarlo es un varón.
“Como soy una mujer, supongo que debería querer a Warren, pero no voy a votar por ella porque es una mujer”, dijo Marilyn Kean, de 78 años, una partidaria de Sanders de Wilton, Iowa. “Demasiados hombres que no quieren mujeres allí”.
Biden se refirió elípticamente a ese cálculo a principios de este mes cuando notó que Clinton enfrentó un sexismo “injusto” durante su campaña.
“Eso no va a pasar conmigo”, dijo Biden.
La disputa entre Sanders y Warren trajo el debate a la superficie en una carrera que, hasta hace poco, había sido más cordial que muchas campañas pasadas.
Comenzó el lunes cuando un informe de CNN describió una reunión individual de 2018 entre Sanders y Warren en la que supuestamente le dijo que una candidata no podía derrotar a Trump en noviembre. Warren luego confirmó el informe, diciendo que tal conversación había tenido lugar.
“Pensé que una mujer podía ganar; él no estaba de acuerdo”, dijo Warren en un comunicado que le recordó la discusión. Ella dijo que el tema simplemente “surgió”.
Sanders había negado acaloradamente hacer esa declaración durante la discusión en la casa de Warren en Washington, afirmando que simplemente describió lo que dijo que serían los esfuerzos de Trump para derrotar a otra candidata.
En un comunicado, Sanders dijo que es “ridículo creer que en la misma reunión donde Elizabeth Warren me dijo que iba a postularse para la Presidencia, le diría que una mujer no puede ganar”.
La disputa fue un notable desacuerdo entre dos candidatos que habían trabajado como aliados durante toda la campaña. También era inevitable que explotara, ya que removió las heridas, aún sin curar, de la campaña de 2016 y reafirmó la creencia entre algunos simpatizantes de Clinton, quienes aseguran que Sanders y sus seguidores no la apoyaron lo suficiente en la campaña contra Trump.
Las revelaciones podrían atraer un nuevo escrutinio a Sanders, quien enfrentó críticas en 2016 por una campaña que muchos consideraron demasiado blanca y demasiado masculina. Ahora ha tomado medidas para abordar esa percepción, contratando un personal más diverso y asegurando contar con el apoyo de la representante demócrata por Nueva York Alexandria Ocasio-cortez, y otras mujeres no blancas.
La brusca ruptura que exhiben los recuentos de Sanders y Warren fue particularmente inquietante para el ala liberal del partido, temerosa de que las divisiones entre los dos candidatos más hacia la izquierda condujeran a un candidato moderado.
“Demasiado está en juego en este momento para la destrucción mutua”, dijo Rebecca Katz, una estratega liberal que planea votar por Warren pero a quien también le gusta Sanders. “Nuestros ojos deben estar en el premio”. (The Washington Post)