El Diario de El Paso

Warren y Castro son almas gemelas

- • Ruben Navarrete Jr.

San Diego— Finalmente, Julián Castro está atrayendo la atención que merece de los medios de comunicaci­ón. Todo lo que tuvo que hacer fue renunciar a su nominación demócrata a la presidenci­a y hacer campaña a favor de Elizabeth Warren.

En estos días, uno puede encontrar al ex secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano diciéndole­s a las personas de Iowa que su ex contrincan­te podría ser una gran comandante en jefe, cantando elogios para warren mientras convivió con reporteros en el salón de prensa después del debate de esta semana, y comentando en Twitter entusiasta­mente que “está preparado para la presidenta Elizabeth Warren”.

Warren y castro hacen un buen equipo. y si warren sobrevive al Club de Tobi de la política presidenci­al y asegura su nominación –podrían verse bien juntos como compañeros de fórmula presidenci­al.

Por una razón, Warren necesita un impulso con los latinos. No hay que preguntar por qué. La senadora de Massachuse­tts parece tenerlo escasament­e, aunque ha pensado en ese grupo étnico desde que entró a la política y se postuló al Senado en el 2012.

Su electorado es altamente educado, anglosajón, incluyendo a los liberales del noreste --- y no mucho más que eso.

Y aunque Castro no logró ganar ese mercado con el apoyo de sus compañeros latinos durante el año que pasó haciendo campaña, no hay que extrañarse si reaccionan de una manera más cariñosa con él ahora que ya no está compitiend­o, ya que ellos se encuentran inmersos en un grupo de demócratas favoritos que son tan blancos como un día nevado en Iowa o New Hampshire.

Si Warren y Castro llegan a algo, podría ser la tercera ocasión en que los demócratas tendrán una combinació­n entre Massachuse­tts y Texas en una postulació­n a la Casa Blanca.

En 1960 lo hicieron John Kennedy y Lyndon Johnson y en 1988 Michael Dukakis y Lloyd Bentsen.

Por supuesto que existen diferencia­s entre estos dos candidatos. Por ejemplo, la edad, Warren tiene 70 años y Castro 45, y luego está su relación con el Cuarto Poder, warren es la candidata preferida de los medios de comunicaci­ón para la Casa Blanca, mientras que Castro desapareci­ó cuando cayó en el“orificio café” de la prensa, en donde van a dar los latinos que se esfuman porque no son ni afroameric­anos ni anglosajon­es.

Finalmente, está la geografía, massa chus ettsyt ex as parece que son planetas diferentes.

Aunque estos dos demócratas también algunas cosas en común. Como la Escuela de Derecho de Harvard, Warren impartió clases allí y Castro estudió en ese lugar. Sus fuertes destrezas de comunicaci­ón, ambos han hecho un buen trabajo al emocionar a su base de votantes que los apoyan, y los han mantenido tranquilos cuando los atacan.

Esta diversa dupla también una cosa más en común: Los dos han aprendido de la manera más difícil que si no se es un hombre anglosajón para postularse para presidente, no será nada fácil.

La tensión llega cuando uno trata de ser el primero en algo. A nadie le gusta el cambio, y no siempre es fácil ajustarse a un nuevo orden de cosas. Los hombres anglosajon­es la tienen fácil, pero todos los demás, no mucho.

Castro no tuvo mucha suerte. cuando sugirió despenaliz­ar los cruces fronterizo­s no autorizado­s y propuso que se trataran como infraccion­es civiles, los críticos caucásicos se preguntaro­n en voz alta si los méxicoamer­icanos querían “una frontera abierta”.

Sin embargo, las mujeres que se postulan para presidenta enfrentan un camino difícil, al igual que la gente de color, si no es que más difícil. Durante años, he tenido amigas que son latinas o afroameric­anas y me han dicho que enfrentaro­n más desafíos porque son mujeres que por ser miembros de las minorías.

Yo les creo. Las mujeres tuvieron el derecho a votar medio siglo después que los afroameric­anos que fueron esclavos liberados y les permitiero­n emitir su voto. Los estadounid­enses han electo y reelecto a un presidente afroameric­ano.

Pero --- viendo a los partidos políticos importante­s --- los votantes han evitado en dos ocasiones elegir a una vicepresid­enta, Geraldine Ferraro en 1981 y Sarah Pal in en el 2008, y una vez rechaza ron elegir a una mujer presidenta al negarle a Hillary Clinton el número de votos del colegio electoral que necesitaba para obtener la victoria.

Ahora, Warren está recibiendo una probadita de esa ignorancia. En su reciente discusión con Bernie Sanders sobre si una mujer podía ser electa presidenta, yo le creo a Warren. Tomando en cuenta que desde hace tiempo Sanders se ha sentido molesto con la llamada política de identidad, yo creo fácilmente que dijo que para una mujer sería difícil derrotar a Donald Trump en el 2020.

Por supuesto que eso es diferente de lo que los medios de comunicaci­ón están reportando, que san ders dijo que una mujer nunca va a ser electa presidenta.

Dejando a un lado el juego de palabras, Warren está recibiendo muchas críticas de los presentado­res conservado­res de la radio que odian cuando alguien juega “la carta de la mujer” y a los simpatizan­tes de Sanders que piensan que su candidato está siendo engañado.

Nuevamente, los estadounid­enses siempre culpan a la víctima, y hacen parecer como si el pionero es el que tiene el problema.

Castro ha pasado por eso y ha hecho eso. Así que está en una gran posición para defender a Warren en contra de lo que sería otro ataque injusto.

¿Warren-castro? Sí, ésa sería una buena fórmula.

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