•Deja contienda ex alcalde de NY
La jornada mayor en el calendario de las primarias, ha reformulado la campaña de los aspirantes a la presidencia
Denver— Los resultados del Supermartes, la jornada mayor en el calendario de las primarias, han reformulado la campaña por la candidatura presidencial demócrata de una manera que pocos hubieran previsto hace un par de semanas.
Algunas conclusiones de los resultados.
Devuelven los cheques de Bloomberg
Mike Bloomberg apostó 500 millones de dólares a que flaquearía la campaña de Joe Biden. Pero el exvicepresidente cobró impulso el Supermartes, la serie de primarias en las que Bloomberg había empeñado su candidatura. A la mañana siguiente, Bloomberg abandonó la contienda y respaldó a Biden.
“Hace tres meses, inicié la campaña presidencial para derrotar a Donald Trump”, dijo Bloomberg en un comunicado. “Hoy abandono la campaña por la misma razón: derrotar a Donald Trump. Porque me resulta claro que continuar dificultaría el logro de ese objetivo”.
Sus próximos pasos no están claros. Había prometido mantener abiertas sus oficinas de campaña en los estados cruciales para ayudar a al candidato demócrata, aunque no fuera él, a vencer a Trump. Pero la campaña del senador Bernie Sanders ha rechazado su ayuda.
Biden repunta con fuerza
Es difícil exagerar la velocidad y la magnitud del repunte de Biden. Después de las humillaciones de Iowa, Nuevo Hampshire y Nevada, muchos demócratas empezaron a buscar una alternativa.
La victoria contundente en Carolina del Sur mejoró sus perspectivas, pero llegó al Supermartes, cuando 14 estados realizaban sus primarias, con pocos fondos y escasa infraestructura.
La abultada apuesta de Bloomberg contaba con que flaqueara Biden. Sanders tenía su propia prueba de fuego, no en un estado pequeño como Carolina del Sur sino en el más grande, California. Pero la fuerza aparente de Sanders y la debilidad de Bloomberg lanzó a muchos demócratas a los brazos de Biden, quien en 24 horas obtuvo el respaldo de tres antiguos rivales. Con ellos pudo atrapar ese fenómeno esquivo llamado impulso.
Sanders sigue resuelto
Sanders obtuvo el premio mayor de la noche, California, estado al que había dedicado tiempo y esfuerzos importantes mientras Biden realizaban una campaña minimalista. Fue una muestra de la agudeza estratégica de Sanders, la razón por la que es un oponente tan temible.
Allí y en Texas, donde resultó segundo, supo armar una coalición que incluyó a votantes jóvenes y latinos.
Perdió en Minnesota y Oklahoma, dos estados de mayoría blanca en los que venció a Hillary Clinton en 2016. Esto es un indicio de erosión de la base blanca de sus campañas anteriores. En su propio estado de Vermont, ganó por una diferencia menor a la prevista. Su situación es similar a la de hace cuatro años: un retador insurgente con una base incondicional contra el favorito del establishment partidario.
Su presencia nacional, la lealtad de su base y su buena recaudación de fondos indican que su posición sigue siendo sólida después de los reveses del Supermartes. Pero tal vez deba cambiar de enfoque en lugar de seguir despotricando contra los líderes del partido cuyos votantes decidirán si es su candidato.
El plan de Warren para ganar, pierde
La senadora Elizabeth Warren no ganó un solo estado el martes y acabó en un humillante tercer puesto en su estado de Massachusetts.
Su campaña, antes ascendente, sigue una trayectoria descendente e incluso la deja última en varios estados.
El martes por la noche hizo su discurso habitual en Michigan como si nada hubiera cambiado.
Sus seguidores esperan que obtenga suficientes delegados para ser un factor e incluso una candidata de consenso en una convención negociada. Pero los candidatos aspiran a la presidencia. No a mediar en una convención.
Todo depende del recuento de delegados
Los que eligen al candidato no son los estados sino los delegados. Y pueden pasar días, incluso semanas, antes de saber con exactitud cuántos tiene cada uno.
El recuento en California, con su friolera de 415 delegados, es sumamente lento. En su sistema, las boletas enviadas por correo el día mismo de la votación también cuentan, y el recuento podría finalizar no antes de abril. Otros estados como Colorado también son muy lentos. Esto podría perjudicar a Sanders en el largo plazo, ya que el recuento en los estados del este, donde ganó Biden, son mucho más rápidos.
Los votantes se definen
El electorado demócrata ha pasado 15 meses en estado de parálisis, con votantes angustiados por determinar cuál de los numerosos y diversos delegados era el más apto para vencer a Trump. El martes, un tercio de los demócratas tuvo que tomar una decisión. Muchos de los que esperaron hasta último momento se inclinaron por Biden.
Buena parte del electorado, la cuarta parte en Texas, más de la mitad en Minnesota, estaba indeciso, según AP Votecast.