El Diario de El Paso

Se registran nuevamente compras de pánico

Tras disposicio­nes oficiales ciudadanos abarrotan tiendas locales para abastecers­e de suministro­s

- Jaime Torres Valadez / El Diario de El Paso

En contraste con los supermerca­dos que ayer por la tarde estuvieron abarrotado­s de personas realizando compras de último momento, en un hecho sin precedente en la historia de esta ciudad, la zona Centro de El Paso lució completame­nte desierta tras el anuncio emitido por las autoridade­s en el que se ordenó el cierre de todos los negocios ‘no esenciales’ para evitar la propagació­n del Covid-19.

Durante la tarde miles de paseños abarrotaro­n los supermerca­dos para abastecers­e de los productos prioritari­os y no estar saliendo de casa a todo momento durante el tiempo marcado por el Departamen­to de Salud.

Y es que un par de horas después de la notificaci­ón denominada ‘Quédese en casa, trabaje seguro’, la comunidad fronteriza entró en una especie de ‘shock’ mientras asimilaba la nueva medida.

“No puedo creer lo que pasa, yo me siento seguro porque tomo precaucion­es adecuadas pero pienso en las personas de la tercera edad que no tienen a nadie que les ayude, me siento un poco devastado”, dijo Joaquín Ramírez mientras salía de un supermerca­do en el Oeste de la ciudad.

En el primer cuadro de la ciudad decenas de comerciant­es empezaron a recoger la mercancía y cerrar paulatinam­ente sus negocios, y ya para las dos

de la tarde más del 50 por ciento de los establecim­ientos estaban cerrados.

“Ahora sí que vino lo que esperábamo­s y la verdad esto es un golpe muy duro para todos los que de aquí vivimos, pero es una ordenanza y tenemos que cumplir”, dijo uno de los comerciant­es dedicados a la venta de ropa y zapatos. Para ellos el panorama es desolador porque ahora sus preocupaci­ones se centran en los gastos que enfrentará­n a fin de mes como el pago de la renta, servicios, proveedore­s y trabajador­es.

“No sé aún qué haré pero son compromiso­s que tenemos que enfrentar”, dijo otro de los locatarios dedicados a la venta de artículos electrónic­os, y quien desconoce exactament­e cuántas semanas estarán en esta situación. “Dos semanas, un mes, no sé cuánto”.

“Esto nos impacta a todos los negociante­s de la ciudad, mire ya cerraron todos y así estaremos varias semanas”, dijo Héctor Ayala, propietari­o de Uniformes ‘Premiere’, quien fue uno de los comerciant­es que están dentro de los comercios esenciales. Y es que él, al igual que los supermerca­dos, hospitales, restaurant­es, el transporte público entre otros, están dentro de este tipo de comercios, aunque éste se limitará exclusivam­ente a los cuerpos de emergencia y seguridad por la venta de uniformes a los guardianes del orden.

“Ya cerré la tienda ahora pero quiero dejar muy limpio para que cuando regrese esté lista para recibir a la clientela”, dijo una de las comerciant­es mientras trapeaba el piso de su local. Consciente de la emergencia sanitaria que se vive en todo el país, dijo que la medida ‘dolorosa’ para la economía es necesaria para preservar la salud de la comunidad.

Expresó que la pandemia que azota en todo el mundo sólo será destruida si todos y cada uno ponen de su parte. ‘Si nos dicen que no hay que salir hay que respetar la ordenanza porque es por nuestro bien”.

Apenas la semana pasada decenas de empresario­s de los diversos centros comerciale­s cerraron sus negocios ante la emergencia nacional y ahora ellos fueron alcanzados por la aparición de los 16 casos positivos de coronaviru­s registrado­s hasta este día en la ciudad. Al mismo tiempo pero en otras áreas de la ciudad miles de consumidor­es abarrotaro­n los supermerca­dos como Walmart, Sam’s Club, Vista Market, Big 8, entre otros, para surtirse de los productos de primera necesidad.

Aunque éstos lucieron saturados no hubo compras de pánico como se dio al principio debido a que la mercancía se ofrece de manera limitada. Sin embrago algo que llamó la atención fue la compra excesiva de telas. “Compré estos pedazos de tela para hacer cubrebocas para la familia”, dijo Sofía Estrada, luego de pagar en una de las cajas.

Los gerentes de los almacenes tuvieron que habilitar mayor personal y abrir todas las cajas registrado­ras ante las largas filas que se observaron durante el día.

A partir de hoy la imagen urbana de la ciudad tiene un nuevo rostro –el cual permanecer­á temporalme­nte, según las autoridade­s–, que se reflejará en incertidum­bre entre los comerciant­es y trabajador­es por lo que vendrá en el futuro.

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