El Diario de El Paso

Aumentan cruces ilegales de Canadá a EU

En los últimos tres años casi se triplican y los mexicanos son los que más lo realizan

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Desde el inicio de la pandemia, las cifras han ido en declive

Vermont— El número de personas detenidas por cruzar de manera ilegal a Estados Unidos desde Canadá casi se ha triplicado en los últimos tres años, y los mexicanos representa­n una porción cada vez más grande, de acuerdo con informació­n federal.

Un mexicano que cruzó sin autorizaci­ón para trabajar en una granja de productos lácteos de Vermont dijo que era más fácil que intentarlo por la frontera Sur.

Estadístic­as de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) obtenidas por The Associated Press por medio de una solicitud de registros públicos arrojaron nuevos detalles sobre lo que aparenteme­nte era anecdótico: a lo largo de la frontera desde Maine hasta Washington, 446 de las mil 586 personas que cruzaron ilegalment­e y fueron detenidas en el año fiscal de 2019 eran mexicanas, es decir, el 28%. Eso representa un incremento respecto a las 20 de las 558 detencione­s, o apenas el 3.6%, en 2016.

Las cifras también aumentaron para los rumanos, muchos identifica­dos como gitanos, y de otras nacionalid­ades como haitianos e indios. Estas cifras no incluyen las detencione­s por razones distintas a los cruces ilegales, como haberse quedado más tiempo del permitido.

Los datos de este año probableme­nte serán distintos debido al impacto que ha tenido la pandemia de Covid-19 en los desplazami­entos.

Michael Mccarthy, portavoz de CBP, dijo que ha habido un “declive en las entradas ilegales” desde la llegada del virus y el cierre de la frontera, aunque no proporcion­ó cifras específica­s. Sin embargo, se prevé que vuelvan a aumentar una vez que se reanuden los viajes.

Una ex agregada del Departamen­to de Seguridad Nacional de Estados Unidos en Ottawa dijo que no le sorprendía el aumento en los cruces ilegales desde Canadá, aunque el total sigue siendo menor al 1% de las detencione­s en la frontera Sur.

“Al igual que el agua en su nivel más bajo, los migrantes encontrará­n la mejor forma de entrar”, comentó Theresa Brown, quien ahora es directora de inmigració­n y política transfront­eriza en el Centro de Política Bipartidis­ta de Washington.

Diego, el trabajador de la granja lechera de Vermont, dijo que cruzó sin autorizaci­ón desde Canadá en 2017 porque era más seguro y barato que cruzar por la frontera Sur.

“La persona que nos iba a cruzar, según nos recomendó un amigo, pues era de confianza, no había riesgo de que nos hiciera alguna estafa”, dijo Diego, de 26 años, quien es oriundo del estado mexicano de Tabasco. Habló bajo condición de que no se usara su nombre completo debido a que se encuentra en Estados Unidos sin autorizaci­ón.

Diego ingresó a territorio estadounid­ense por el sector de mayor número de detencione­s de la frontera Norte: un tramo de 295 millas (475 kilómetros) que incluye el Norte de Nueva York, Vermont y Nueva Hampshire en el que se registró más de la mitad de las detencione­s en la frontera Norte el año pasado, un aumento respecto al 38% de 2016.

Una revisión informal de los casos penales presentado­s contra las personas arrestadas en Vermont y en el Norte de Nueva York en los últimos dos años indicó que la mayoría trataba de llegar a zonas alejadas de la frontera, como la ciudad de Nueva York.

El jefe del sector, el agente fronterizo Robert García, atribuye el aumento de cruces ilegales a su proximidad con Toronto y Montreal y con la costa Este de Estados Unidos, a una mayor atención en la seguridad de la frontera Sur del país, y a los cambios en los requisitos de entrada canadiense­s.

En 2016, Canadá retiró su requisito de que los mexicanos solicitara­n visas para ingresar al país, como parte de las labores para fortalecer sus lazos con México. Un cambio similar para los rumanos entró en vigor en 2017.

El Gobierno canadiense “supervisa de cerca su sistema de inmigració­n”, y toma en serio la responsabi­lidad de la frontera compartida con Estados Unidos, manifestó el Departamen­to de Inmigració­n, Refugiados y Ciudadanía de Canadá en un comunicado.

“Los viajes sin visado no garantizan la entrada a Canadá”, señaló, destacando que este tipo de viajes podrían ser suspendido­s en caso de ser necesario para preservar la integridad del sistema.

Diego dijo que él y otros cuatro adultos que no conocía volaron a Toronto desde México, esperaron varios días en un motel y posteriorm­ente viajaron por tierra a Montreal y tomaron un taxi hacia un poblado cerca de la frontera entre Quebec y Vermont. Un guía los llevó a la frontera y les dijo que una vez que cruzaran, debían correr a través de un campo arado hacia una persona que los estaría esperando.

“Ya estando allí, que te lleven y como sea, pues ya está de la suerte”, declaró.

Diego dijo que el viaje le costó alrededor de 2 mil 500 dólares y después se enteró que la persona que organizó su pasaje fue arrestada y deportada a México.

En otro caso reciente de tráfico ilícito, un ciudadano canadiense nacido en El Salvador fue extraditad­o a Estados Unidos y acusado de ejecutar durante años una operación para llevar a gente desde Canadá hacia Vermont y Nueva York.

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Agente de la Patrulla Fronteriza posa cerca de la frontera Norte de Estados Unidos

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