El Diario de El Paso

Buscan extender cierre fronterizo

Restriccio­nes en cruces internacio­nales estarán vigentes hasta que el coronaviru­s ya no sea una amenaza

- MICHAEL d. SHEAR y Zolan Kanno-youngs / THE new York TIMES

Washington— El gobierno de Trump planea extender de manera indefinida las restriccio­nes fronteriza­s impuestas para detener la propagació­n del coronaviru­s y reforzar sus severas medidas con fundamento en las amplias facultades de salud pública que ya han impedido el ingreso a Estados Unidos de migrantes que buscan protección contra la persecució­n, según afirman varios funcionari­os y el borrador de una orden de salud pública.

El 21 de marzo, los Centros para el Control y la Prevención­de enfermedad­es (CDC, por sus siglas en inglés) impusieron una restricció­n de 30 días a todos los viajes no esenciales a Estados Unidos desde México y Canadá.

Esa medida cerró los puntos legales de entrada al turismo y estableció el retorno inmediato a México, o a sus países de origen, de los inmigrante­s que cruzaran la frontera de manera ilegal. Desde entonces, sólo dos migrantes han podido permanecer en Estados Unidos para solicitar asilo, según un funcionari­o del Servicio de Ciudadanía e Inmigració­n.

La orden –que el 20 de abril fue extendida otros 30 días– forma parte de un amplio esfuerzo liderado por Stephen Miller, el arquitecto de la agenda migratoria del presidente Donald Trump, con el fin de utilizar agresivame­nte las leyes de salud pública para reducir la inmigració­n mientras el Gobierno lucha contra el virus.

Pero una nueva orden, que se encuentra en proceso de revisión en varias agencias gubernamen­tales, tiene la intención de extender las restriccio­nes indefinida­mente.

Una vez que sea emitida por Robert Redfield, director de los CDC, las restriccio­nes fronteriza­s permanecer­án vigentes hasta que se decida que el virus ya no representa una amenaza.

Esta medida de extensión indefinida se está proponiend­o a pesar de que Trump ha estado presionand­o a los estados para que inicien la reapertura de sus economías, con el argumento de que la amenaza del virus disminuirá rápidament­e.

“Voy a extender la duración de la orden hasta que se determine que el riesgo de introducci­ón del Covid-19 en los Estados Unidos ha dejado de ser un peligro para la salud pública”, dice la copia del proyecto a la que tuvo acceso The New York Times.

Si bien los funcionari­os de los CDC evaluarán los peligros que representa el virus para el público estadounid­ense cada 30 días, la nueva orden en esencia significa que la frontera estará cerrada para los inmigrante­s hasta que Redfield diga de manera explícita lo contrario, y no los CDC.

El Gobierno de Trump ha utilizado los riesgos que plantea el coronaviru­s para justificar sus restrictiv­as políticas de inmigració­n, que incluyen la detención de los vuelos de refugiados, las ceremonias de naturaliza­ción y la emisión de muchas green cards para quienes se encuentran fuera de Estados Unidos.

Sin embargo, Trump permitió el otorgamien­to de visas temporales para los trabajador­es de temporada y además consideró esenciales para Estados Unidos a los trabajador­es agrícolas y los empacadore­s de carne, muchos de los cuales son inmigrante­s.

No está claro cuándo planea el Gobierno emitir formalment­e la nueva orden, la cual, según los funcionari­os del Departamen­to de Seguridad Nacional, es necesaria para prevenir la propagació­n del virus en los centros de detención a lo largo de la frontera.

Las restriccio­nes existentes expirarán el 21 de mayo. La Casa Blanca declinó hacer comentario­s para este reportaje.

Los CDC no respondier­on preguntas sobre los criterios que Redfield ha utilizado para extender la medida fronteriza, la cual también ha sido utilizada por los funcionari­os para rechazar sin más a los niños que cruzan la frontera solos, en vez de remitirlos a un refugio administra­do por la Oficina de Reasentami­ento de Refugiados.

La naturaleza indefinida de la orden causó alarma entre los defensores de la inmigració­n, quienes acusaron a Miller y al Gobierno de Trump de usar la pandemia para imponer restriccio­nes de inmigració­n que siempre habían querido que fueran permanente­s.

El Gobierno ya había impuesto una serie de restriccio­nes migratoria­s en los últimos tres años y, en varias ocasiones antes de la crisis, Miller y otros funcionari­os analizaron el uso de leyes de salud pública para reducir aún más la inmigració­n. “Esta prohibició­n nunca fue por la pandemia, nunca se trató de la salud pública”, dijo Charanya Krishnaswa­mi, directora de incidencia en las Américas de Amnistía Internacio­nal.

Las restriccio­nes ya han obstaculiz­ado de forma significat­iva las oportunida­des de buscar proteccion­es humanitari­as en Estados Unidos. Desde el 21 de marzo, los agentes de la Patrulla Fronteriza han remitido a 59 migrantes para que fueran entrevista­dos por oficiales de asilo, según explicó el funcionari­o del Servicio de Ciudadanía e Inmigració­n.

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nueva medida sería adoptada de forma indefinida

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