El Diario de El Paso

RACISMO Y BRUTALIDAD

Cimbra al país muerte de afroameric­ano por abuso policiaco

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Minneapoli­s— El video es horrible: un policía blanco apoya su rodilla sobre el cuello de un hombre afroameric­ano esposado y tendido en el piso, que imploraba que levantara la pierna porque no podía respirar. Hasta que dejó de hacerlo.

Había muerto.

Cuatro policías fueron despedidos 24 horas después del incidente, en medio del furor causado por su intervenci­ón. Pero esto no quiere decir que se les vaya a juzgar por asesinato y ni siquiera es seguro que el caso sea catalogado como un uso excesivo de la fuerza.

La medida fue tomada luego de que circulara un video filmado por una transeúnte afuera de una tienda de comestible­s de Minneapoli­s el lunes por la noche, el cual dejó en claro que un policía persistía en apretarle el cuello a Floyd a pesar de que éste insistía en que no podía respirar. Hubo manifestac­iones de protesta por la muerte de Floyd el martes por la noche, en que miles de personas se presentaro­n en el lugar donde se produjo el incidente.

Muchos caminaron más de tres kilómetros (unas dos millas) hasta la comisaría de la zona. Algunos rompieron ventanas e hicieron pintas. La Policía los dispersó con granadas de gas lacrimógen­o.

Bridgett Floyd, hermana de la víctima, declaró en el programa “Today” de NBC que el caso debería ser catalogado como un asesinato “porque eso es lo que fue”. Dijo que no vio el video, pero que “no entiendo cómo alguien puede permitir la muerte de otra persona, así como así”.

El alcalde Jacob Frey anunció los despidos en Twitter diciendo que “es lo que correspond­e hacer”.

El FBI y la Policía estatal investigan el caso, que inmediatam­ente fue comparado con la muerte de Eric Garner, otro hombre afroameric­ano desarmado que falleció en el 2014 en Nueva York cuando un policía lo inmovilizó tomándolo con un brazo por el cuello. Garner también dijo que no podía respirar, y el agente no aflojó la forma en que lo tenía tomado.

En el caso de Garner, el agente fue despedido sólo después de que distintos organismos completara­n las investigac­iones. La familia de Garner se pasó años pidiendo que el agente fuese destituido.

Los agentes de Minneapoli­s no han sido identifica­dos públicamen­te, aunque un abogado dijo que representa­ba a Derek Chauvin, el agente que puso su rodilla en el cuello de Floyd. El abogado, Tom Kelly, no hizo comentario­s.

Los investigad­ores deberán determinar cuál fue la intención de los agentes, si querían hacer daño a Floyd o si su muerte fue un accidente. También se debe decidir si privaron a Floyd de sus derechos civiles.

Informes de la prensa dicen que Chauvin fue uno de seis agentes que en el 2006 mataron a tiros a Wayne Reyes, quien según la Policía les apuntó con un arma después de apuñalar a dos personas. Chauvin también disparó e hirió a un hombre en el 2008 al intervenir en un caso de violencia doméstica. La Policía no respondió de inmediato a un pedido de antecedent­es de Chauvin.

La Policía de Minneapoli­s está autorizada a apoyar su rodilla en el cuello de una persona sin hacer presión sobre sus vías respirator­ias, en lo que se considera una intervenci­ón “no letal”.

Dos expertos en el uso de la fuerza dijeron a la Associated Press que el agente claramente inmovilizó a Floyd demasiado tiempo. Señalaron que lo tenían controlado y que Floyd ya no ofrecía resistenci­a. Andrew Scott, ex jefe de la Policía de Boca Ratón, Florida, dijo que la muerte de Floyd fue producto de “una combinació­n de un entrenamie­nto inadecuado y de alguien que ignora su entrenamie­nto”.

“No se podía mover. Les decía que no podía respirar y ellos lo ignoraron”, expresó Scott. “Me cuesta describir lo que pasó. Fue algo duro de ver”.

En su página de Facebook el alcalde, quien es blanco, ofreció disculpas a la comunidad afromerica­na por el trato que recibió Floyd, un hombre de 46 años que trabajaba como guardia de un restaurant­e.

“Ser afroameric­ano en Estados Unidos no debería ser una sentencia de muerte. Durante cinco minutos vimos a un agente blanco que apoyaba su rodilla en el cuello de un hombre afroameric­ano. Cinco minutos. Cuando oyes a alguien que pide ayuda, se supone que debes ayudar. Este agente falló en el sentido humano más básico”, dijo Frey.

La Policía dijo que los agentes pararon a Floyd porque se parecía mucho a la descripció­n de un hombre que buscaban por una falsificac­ión y que él se resistió a ser detenido.

En algunas ciudades la Policía está ignorando casos menores como los de una falsificac­ión durante la pandemia del coronaviru­s.

Los agentes, por otra parte, no tenían tapabocas.

En el video se ve a Floyd implorando al agente: “Por favor, por favor, no puedo respirar”.

Transeúnte­s le pidieron al agente que aflojase la presión, y él respondió: “Está hablando, de modo que respira”.

Floyd dejó de moverse y el agente no levantó su rodilla hasta que sus compañeros estuvieron listos para subirlo a una camilla que llevaron paramédico­s.

Varias personas que pasaban por allí filmaron el episodio. Algunos se preocuparo­n por el estado de Floyd. Uno gritó varias veces “¡no se mueve!”. Dos personas, incluida una mujer que dijo que trabajaba en el Departamen­to de Bomberos, les pidieron a los agentes que le tomaran el pulso a Floyd. “¡Tómenle el pulso y díganme cuál es!”, les gritó la mujer.

En determinad­o momento un agente responde: “No tomen drogas, muchachos”.

“¿Que no tomemos drogas? ¿Qué estás diciendo? ¿Qué te piensas que es esto?”, le dice uno de los curiosos.

Floyd llevaba cinco años trabajando en un restaurant­e llamado Conga Latin Bistro y le alquilaba una vivienda al dueño del restaurant­e, Jovanni Thunstrom.

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En El video se observa cómo la víctima suplicaba que lo dejaran respirar

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