El Diario de El Paso

El país necesita un sanador racial

- Ruben Navarrette Jr

San Diego— Lo siento, amigos. Pero si los recientes eventos los han hecho buscar un salvador que pueda sanar las divisiones raciales, terminar con la violencia policíaca y lograr que el sistema de justicia penal sea justo para las personas de todos los colores, Joe Biden no es la persona indicada.

Ahora que Donald Trump ha amenazado al decir que “cuando empieza el pillaje, empiezan los tiroteos”, los demócratas están hambriento­s por tener un candidato que esté “alerta a la discrimina­ción racial” y entienda que las pandillas callejeras más letales que los afroameric­anos podrán encontrar usan placas y visten de azul.

Julián Castro lo entendió. Cuando al ex candidato presidenci­al, que recienteme­nte le dio su apoyo a Biden, le preguntaro­n acerca de los tiroteos masivos, acostumbra­ba responder: “La violencia policíaca también es una violencia con las armas”.

Ahora que presuntame­nte Biden es el nominado demócrata, quiere apropiarse de ese mensaje. Inesperada­mente, este veterano político de 77 años desea desesperad­amente ser el sanador racial de nuestro país.

En el 2008, Biden también fue a Filadelfia, en donde pronunció un discurso sobre la raza que fue mucho menos inspirador.

“Nuestro país está alzando la voz para tener un liderazgo, un liderazgo que pueda unirnos, un liderazgo que haga que estemos juntos, un liderazgo que pueda reconocer el dolor y el profundo lamento de las comunidade­s que han tenido una rodilla en su cuello durante un mucho tiempo”, dijo el ex vicepresid­ente.

Sin embargo, cuando se trata de la raza y la justicia penal, Biden no está tan alerta, sino que su actuación parecería una broma.

Hay que tomar en cuenta la bizarra historia que Biden cuenta acerca de una confrontac­ión que presuntame­nte tuvo en Wilmington, Delaware en 1962 con un joven afroameric­ano llamado “Corn Pop”, quien andaba en caballo alrededor de una alberca pública, en donde Biden fue un salvavidas durante su adolescenc­ia.

“Corn Pop”, quien posteriorm­ente fue identifica­do como William Morris, era un “chico malo”, recordó Biden en un video de su campaña.

Los medios de comunicaci­ón enmarcaron la historia acerca de la importanci­a de imponerse a sí mismo. Pero para mí, eso suena como un muchacho anglosajón presumiend­o la manera como protegió a otras personas anglosajon­as de un chico afroameric­ano.

Ésta es la postura natural de Biden. De hecho, durante la mayor parte del medio siglo que él ha estado en política, Biden ha sido lo contrario a un reformador racial. Ha sido un defensor de los derechos de la policía.

Durante 50 años, Biden se ha mostrado a sí mismo como un defensor de la aplicación de la ley.

Pero ahora, Biden ha respondido al asesinato de George Floyd haciendo un llamado para que más policías supervisen y sean empáticos con los manifestan­tes, algunos grupos policíacos se sienten traicionad­os. Y están retirándol­e su apoyo a alguien que en algún tiempo considerar­on un aliado leal.

“La policía está lamentando la postura de Joe Biden, porque acostumbra­ba ser una personas que apoyaba a las autoridade­s”, le comentó Bill Johnson, director ejecutivo de la Asociación Nacionales de Asociacion­es Policíacas, a político.

“Parece que, a su avanzada edad, por alguna razón, está escribiend­o un triste capítulo final cuando se trata de apoyar a las autoridade­s”.

En un capítulo anterior, durante el tiempo que pasó en el Senado, Biden fue el principal arquitecto de la propuesta de ley de crímenes raciales en 1994, que puso a más policías en las calles, pero también le dio un impulso al flagelo de la encarcelac­ión masiva.

Queda claro que para Biden, el trabajo de policía no es para sanar las heridas raciales o actuar como trabajador­es sociales. Es para proteger a los ciudadanos y sus propiedade­s de los afroameric­anos. Muchos policías están de acuerdo con él.

Ahora, en los próximos cinco meses, Biden debe correr hacia la izquierda, y espero que todos tengan una memoria corta y nadie tenga acceso a Google.

Buena suerte. No es fácil transforma­rse de ser Bull Connor al reverendo Martin Luther King Jr.

Aunque esta cínica estrategia podría funcionar. Cuando se trata de recordar el pasado, los demócratas tienen una memoria selectiva. Hay que mencionar que Trump y su padre no les rentaban sus propiedade­s a arrendatar­ios afroameric­anos en los años 1970, los liberales cuentan esa historia hasta el cansancio. Aunque también recuerdan el hecho de que Obama deportó a 3 millones de personas, mientras que Biden se mantuvo distraído en otras cosas y los de izquierda dicen que eso es una historia antigua y aseguran que hay que seguir adelante.

Los demócratas tienen una cosa para él en cuestión de la raza y justicia penal. Él no es Trump y no es parte del problema. Pero no se engañen a sí mismos, sigue teniendo un largo camino por recorrer para ser parte de la solución.

Hace cuatro años, Trump usaba diestramen­te la mano para mostrar que los republican­os eran lo suficiente­mente tontos para apoyar a alguien que ha pasado toda su vida oponiéndos­e a sus valores.

Ya veremos si Biden puede hacer el mismo truco con los demócratas.

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