El Diario de El Paso

Batallan texanos para recibir beneficios por desempleo

La TWC tuvo que incrementa­r su equipo de trabajo para atender los casos actuales

- Clare Proctor / The Texas Tribune

Abarrotada por millones de texanos que están tratando de solicitar sus beneficios de desempleo, la Comisión de Fuerza Laboral de Texas, TWC, ha agregado cuatro centros de atención externos y ha contratado a más empleados para que haya más de 1 mil trabajador­es atendiendo las llamadas telefónica­s.

La agencia también aumentó la capacidad de sus servidores, de cinco a 20.

Después de meses de sufrir la pandemia del coronaviru­s, un número desconocid­o de texanos siguen viviendo en la oscuridad acerca de cuándo o si acaso van a recibir los pagos, ya que están enfrentand­o señales de que la agencia está muy ajetreada, una confusa comunicaci­ón o ninguna noticia.

Mientras tanto, siguen acumulándo­se las facturas por pagar y ya se están venciendo.

Más de 2.3 millones de texanos han solicitado sus beneficios por desempleo desde mediados de marzo, mientras la economía ha sido golpeada por un limitado comercio en todo el estado durante la pandemia y un desplome de la industria energética masiva de la entidad.

La semana pasada, otros 106 mil 821 texanos solicitaro­n la ayuda por desempleo. La agencia ha procesado más de cuatro años normales de reclamos de desempleo desde mediados de marzo.

En todo el país, otros 1.9 millones de estadounid­enses lo solicitaro­n la semana pasada.

La solicitud de desempleo de Esther Griffin fue aprobada poco después que la entregó a principios de abril. Griffin trabajaba en el Departamen­to de Servicio al Cliente en Mamografía­s Solís situada en Fort Worth antes de que fuera despedida temporalme­nte de su trabajo a principios de abril.

Pero cada vez que solicita su pago, no le ha sido depositado ningún dinero en su cuenta, relató Griffin.

Su empleador reabrió su negocio, pero ella no pudo regresar a trabajar debido a que no tiene dinero para enviar a su hijo más pequeño a una guardería, ya que pasó semanas sin recibir su sueldo ni los beneficios del desempleo. Así que, perdió su trabajo de todas maneras.

Buscar otro trabajo “no es una opción” hasta que la madre de Griffin, quien tiene más de 60 años, pueda cuidar a los hijos de Griffin sin arriesgars­e a exponerse al coronaviru­s.

Griffin comentó que su esposo trabaja como empleado de mantenimie­nto y ha estado expuesto al virus en dos ocasiones por sus compañeros del Buró de Grabado e Impresión de Estados Unidos, ubicado en Fort Worth.

“Esto ha sido muy estresante y me ha crispado los nervios”, dijo Griffin. “Se necesitan dos ingresos para cuidar a una familia grande”.

Cisco Gámez, portavoz de TWC, comentó que llamar temprano por la mañana durante los fines de semana les da a los texanos una mejor posibilida­d de contactar a un representa­nte.

Usualmente toma unas tres semanas para que alguien reciba su pago, aunque puede variar según sea el caso, dijo.

Pero Griffin comentó que ha esperado más tiempo que eso y está desesperad­a por recibir noticias.

“A las 6:59 a.m. ya estoy llamando y no puedo lograrlo. Necesito hablar con alguien”.

Gina Hinojosa de 44 años, residente de Leander, es una maestra de español de preescolar en la Escuela Internacio­nal Ivy en Austin. Fue despedida debido a que la escuela necesitaba reducir su número de empleados durante la pandemia.

Hinojosa solicitó la ayuda de desempleo el 28 de marzo.

Tres días después, el TWC le envió una carta notificánd­ole que su solicitud había sido rechazada porque “no gana lo suficiente”, de acuerdo a la carta.

En base a un análisis de Texas Tribune de los talones de cheques de Hinojosa y una estimación de sus beneficios en el sitio en la web de la Comisión, al parecer Hinojosa tiene probabilid­ades de calificar para obtener los beneficios.

Gámez, el portavoz de la Comisión, comentó que no puede opinar sobre el reclamo de Hinojosa debido a razones de privacidad.

Hinojosa apeló el día en que le notificaro­n la negativa y envió documentos de su empleador para que verificara­n sus ingresos. Eso fue hace dos meses y aún no ha recibido una informació­n actualizad­a sobre su apelación.

“He llamado varias veces al número 800 sin tener éxito”, comentó Hinojosa. “Intentamos llamar al número en españ ol e inglés, pero de ninguna manera lo hemos logrado. Es realmente frustrante”.

Los texanos pueden apelar dentro de un plazo de 14 días después de la decisión original. La apelación es revisada primero por lo que se llama un tribunal de apelación, que está integrado por oficiales de seguros de desempleo de la Comisión.

La decisión del tribunal puede ser apelada ante los comisionad­os de la agencia, en ese punto, la gente puede solicitar otra audiencia si tienen nueva informació­n.

Gámez comentó a través de un correo electrónic­o que el proceso de apelación no ha sido cambiado debido a la pandemia.

En el mes de abril, la Comisión emitió una decisión sobre el 68 por ciento de las apelacione­s en un plazo de 30 días y del 87 por ciento en 45 días, comentó Gámez, excediendo los estándares del Departamen­to del

Trabajo de Estados Unidos.

Leslie Shaw apeló la negativa de sus beneficios el 9 de abril, pero no ha recibido informació­n acerca del estatus que guarda su reclamo.

Esta contadora de 62 años que trabajaba en Addison, perdió su empleo en marzo del 2019 debido a que necesitaba una cirugía en la pierna y no podía trabajar. Pero después de recuperars­e, empezó a buscar trabajo en febrero, que es usualmente un tiempo muy ajetreado para los contadores debido a que las empresas se preparan para la temporada de impuestos.

Pero “todo empezó a quedar en silencio”, comentó Shaw, quien pensó que debería calificar para el desempleo de acuerdo con la propuesta federal del estímulo económico, ya que dijo que el cierre de negocios para detener la propagació­n del coronaviru­s explica su imposibili­dad de encontrar un nuevo empleo.

Ahora, Shaw comentó que sólo desea aclararle a la Comisión de Fuerza Laboral de Texas por qué es elegible.

“El no poder hablar con ellos después de casi dos meses, es ridículo”, comentó Shaw. “Creo que soy una de las personas que van a ser ignoradas”.

Después que De’christophe­r Tatum perdió su trabajo en el mes de enero, rápidament­e solicitó la ayuda de desempleo. Envió otro reclamo en el mes de febrero antes de que la pandemia del coronaviru­s empezara en Estados Unidos, pero no fue hasta el 17 de marzo que el TWC aprobó los beneficios de Tatum y le enviaron por correo la noticia de su aprobación.

“Vamos a pagarle sus beneficios”, decía la carta.

Ahora, después de más de tres meses después que Tatum solicitó la ayuda de desempleo, no ha recibido ningún pago.

“Somos una familia que necesita ingresos fijos”, dijo Tatum este miércoles refiriéndo­se a él y su esposa Carolyn. “El día de hoy, una vez que termine de pagar todas las facturas de servicios, me quedarán 15 dólares para el resto del mes. No hay nada que pueda hacer. Voy a empezar a perder cosas”.

Tatum, quien vive en Wylie, al norte de Dallas, está preocupado acerca de los próximos pagos de la renta, auto, seguro médico, comestible­s y la medicina para la diabetes.

Este hombre ha dicho que no puede manejar para buscar trabajo, porque no puede dejar de ver el marcador de su tanque de gasolina, y está preocupado por tener que gastar para reabastece­rlo.

“Yo creía que el desempleo se supone que ayudaba a los desemplead­os”, comentó Tatum. “No estoy pidiendo nada más que lo que me deben”.

La madre de 65 años de Tosha Phelps había olvidado casi por completo su reclamo de desempleo, asumiendo que nunca recibiría un pago después que se lo negaron a mediados de marzo.

Sin embargo, el 22 de mayo, más de dos meses después, la madre de Phelps, quien vive en Austin, recibió una notificaci­ón para que solicitara el pago. En una semana, un depósito por 5 mil dólares ingresó a la cuenta de su madre.

Phelps comentó que su mamá no recibió ninguna comunicaci­ón desde que le fue negado su reclamo en el mes de marzo y la notificaci­ón para solicitar el pago llegó en mayo. Aunque se siente feliz de recibir los beneficios, Phelps dijo que el proceso dejó confundida a su madre.

“Realmente la atemorizó”, dijo Phelps. “Ella está nerviosa de gastar algo, y se pregunta “¿Me lo irán a quitar?”.

En Leander, Hinojosa y su esposo tiene suficiente dinero para pasar el mes de junio, ya que han utilizado sus fondos para el retiro y han obtenido el apoyo financiero de familiares lejanos.

Pero el 1 de julio, se cumplirán cuatro meses de retraso del pago de la hipoteca. Sin los beneficios del desempleo, tendrán que diferir los pagos de abril, mayo y junio hasta el final de la hipoteca a 30 años.

Como sobrevivie­nte de cáncer de tiroides, maestra de preescolar en remisión sigue recibiendo tratamient­o porque su sistema inmunológi­co sigue comprometi­do.

Ahora que los negocios de Texas están empezando a reabrir, Hinojosa comentó que tiene que sopesar su salud contra poder comprar comestible­s.

“Todos necesitamo­s trabajar. Mi esposa también”, comentó Octavio Hinojosa, el esposo de Gina. “Ella ama a sus alumnos, pero los niños pueden tener el virus sin saberlo y pasárselo a su maestra, quien tiene comprometi­da su salud”.

El día de hoy, una vez que termine de pagar todas las facturas de servicios, me quedarán 15 dólares para el resto del mes. No hay nada que pueda hacer.” De’christophe­r Tatum, desemplead­o

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La semana pasada, 106 mil 821 texanos solicitaro­n la ayuda

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