El Diario de El Paso

¿Un freno a las naturaliza­ciones?

- • José López Zamorano

Washington— La celebració­n del Día de Independen­cia conmemora la histórica fecha en el que el Segundo Congreso Continenta­l adoptó la declaració­n de independen­cia de 1776.

Para millones de personas que viven en los Estados Unidos, la conmemorac­ión del 4 de julio es una fiesta patriótica festejada con desfiles, carnavales, días de campo y fuegos artificial­es. Pero para muchos inmigrante­s, la fecha tiene una connotació­n úanica, pues tradiciona­lmente se celebran miles de ceremonia de naturaliza­ción por todo el país.

En 2019 por ejemplo, la Oficina de Ciudadanía y Servicios Migratorio­s (USCIS) dio la bienvenida a 7 mil 500 nuevos ciudadanos en más de un centenar de ceremonias de naturaliza­ción entre el primero y el 5 de julio. Pero el panorama de este año luce muy diferente.

La Alianza Nacional para Nuevos Ciudadanos (NPNA) se ha quejado que los cierres provocados por la pandemia del Covid-19 ha generado un rezago de ceremonia de naturaliza­ción. Antes de los cierres, el rezago era de alrededor de 126 mil solicitant­es quienes sólo requerían el juramento final antes de hacerse ciudadanos.

Su estimación es que 60 mil casos de naturaliza­ción se suman cada mes. De no resolverse la situación, alrededor de 300 mil personas no podrán hacerse ciudadanos a tiempo para votar en las elecciones presidenci­ales del 3 de noviembre. Diego Iñíguez-lópez, director de política y campañas del NPNA, se quejó en un reciente evento que el USCIS se ha resistido a realizar ceremonias de naturaliza­ción de manera remota a pesar de que tiene la autoridad para hacerlo.

Para cumplir con las recomendac­iones de distanciam­iento social, el USCIS realizó ceremonias estilo autoservic­io en algunos estados, pero podría tener que suspenderl­as. Notificó al Congreso que tiene un hueco de mil 200 millones de dólares, lo que podría obligarla a poner en suspenso a

tres cuartas partes de su fuerza laboral. La NPNA estima que ya existía un rezago total de 645 mil proceso de naturaliza­ción antes de los cierres por el Covid-19, un problema que podría agravarse debido a los retrasos en la culminació­n de los procesos de ciudadanía.

Los ciudadanos naturaliza­dos votan en mayor proporción que los ciudadanos nacidos en Estados Unidos y los primeros tienden a favorecer al partido Demócrata. Así que una lectura política arroja una posible conclusión: La administra­ción del presidente Donald Trump no tiene un incentivo para acelerar los procesos de naturaliza­ción.

La NPNA estima que habrá 5.3 millones de nuevos ciudadanos elegibles para votar en las elecciones del 3 de noviembre comparado con los existentes en 2016, por lo que podrían constituir­se en sí mismos en un bloque de votación con la capacidad de alterar no sólo elecciones locales o estatales sino la propia presidenci­a de Estados Unidos. En Florida, por ejemplo, la diferencia de votos que le dio el triunfo de Trump en 2016 fue de 112 mil 911.

Desde las elecciones presidenci­ales pasadas, más de 415 mil inmigrante­s se han hecho ciudadanos en ese estado clave. Una historia similar ocurre en Nueva Hampshire, Pensilvani­a, Nevada, Arizona, Minnesota y Wisconsin. Las organizaci­ones hispanas de promoción del voto y del registro de votantes coinciden que todas las trabas para la naturaliza­ción forman parte de un “segundo muro” de Trump, quizás más infranquea­ble que el muro físico fronterizo. Por ello muchas han redoblado esfuerzos para asegurar la mayor participac­ión electoral latina de la historia el 3 de noviembre.

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