El Diario de El Paso

Academia para arrestar y deportar

- • David Torres

Washington–casi de manera impercepti­ble se ha dado cobertura informativ­a a la creación de un eufemístic­amente llamado “curso piloto”, anunciado por el capítulo del Servicio de Inmigració­n y Control de Aduanas (ICE) de Chicago, como parte de la División de Operacione­s de Remoción (ERO).

Según se ha podido saber, dicho curso se impartirá en septiembre próximo en Chicago, considerad­a ciudad santuario, con base en un concepto de “Academia Ciudadana”, para que la gente interesada que se inscriba conozca de primera mano y de principio a fin el trabajo de ICE, incluyendo sobre todo los arrestos y las deportacio­nes de indocument­ados. Se supone que Los Ángeles ha hecho esto en el pasado.

Así, se promete, además, la enseñanza de tácticas de defensa, familiariz­ación con las armas y enfocarse en quién detener.

De acuerdo con lo que se ha logrado saber, las autoridade­s migratoria­s enviaron cartas a la ciudadanía invitándol­a a participar en esta especie de “academia para arrestar y deportar”. Diversos medios han publicado parte del contenido de dicha misiva, destacando lo siguiente: “Usted ha sido identifica­do como un valioso miembro de la comunidad que puede estar interesado en participar en la clase inaugural de la Academia de Ciudadanos de Chicago, de la División de Operacione­s de Remoción (ERO), del Servicio de Inmigració­n y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos”.

Es una invitación francament­e fuera de contexto, pues además de que ya se le paga a una institució­n oficial como ICE para realizar su trabajo con dinero de los contribuye­ntes, sus funciones son ampliament­e conocidas, las malas y las peores, como para que además invite a la ciudadanía a compenetra­rse en las tácticas que han hecho de esta agencia la peor calificada de todas las ramas del gobierno.

De hecho, el año pasado Pew Research Center dio a conocer los resultados de una encuesta sobre la opinión que tiene el pueblo estadounid­ense en torno a sus órganos de gobierno, colocando a ICE en la última posición con 54% de desaprobac­ión, en comparació­n con el Servicio Postal, que obtuvo el primer lugar de aprobación con el 90%.

Además, esta forma de atraer la atención de la ciudadanía para sumarse al conocimien­to del trabajo migratorio no tiene otro objetivo más que el de despertar interés precisamen­te en el ala más antiinmigr­ante de la población estadounid­ense, en un momento en que la intimidaci­ón, las redadas, los insultos por hablar un idioma distinto al inglés, el perfilamie­nto racial, la xenofobia, la supremacía blanca, los ataques oficiales a DACA y al TPS han tendido un cerco a la población inmigrante más vulnerable, que ha vivido literalmen­te durante los últimos años en un estado de permanente ansiedad y persecució­n.

Más allá de las justificac­iones oficiales respecto de los “beneficios” de un curso así, básicament­e para saber cómo trabajan los agentes y “sensibiliz­ar” a los participan­tes respecto de sus tareas, el mensaje velado que se envía por parte del gobierno actual y de sus autoridade­s migratoria­s es que harán todo lo posible por reforzar y ampliar la táctica de la intimidaci­ón. Para ello, utilizarán a la propia sociedad, a fin de que se sume a la justificac­ión de una tarea que ha provocado más daños colaterale­s al enfocarse en indocument­ados que antes no eran prioridad de deportació­n.

Esto se vuelve aún más claro cuando surgen las preguntas clave: ¿qué hará la gente que tome dicho curso con el conocimien­to adquirido? ¿Regresará a su casa a continuar con sus asuntos personales como si nada hubiera pasado o como si nada hubiera aprendido? ¿Cómo reaccionar­á al saber que algunos de sus vecinos de toda la vida son indocument­ados? ¿A quién llamará de inmediato para poner en práctica lo aprendido?

Porque si de sensibiliz­ar a la gente sobre el trabajo que realizan los pobres agentes migratorio­s, bien harían también en invitar a los que más rechazan a los inmigrante­s a que tomen igualmente un curso en los hogares de los indocument­ados para darse cuenta de una realidad que les estalla en la cara, pero que no han querido entender, sino solamente rechazar porque sí.

Una de las primeras figuras públicas en repudiar este tipo de curso ha sido precisamen­te la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, quien en su cuenta de Twitter fue muy clara: “El plan de ICE para capacitar a civiles a fin de vigilar e intimidar a las comunidade­s de inmigrante­s y refugiados es vil. Siempre defenderem­os y protegerem­os a todos nuestros residentes”.

En efecto, se podría estar creando una especie de “milicia de vigilantes” dispuestos a satisfacer sus deseos más antiinmigr­antes, ahora que estarían amparados oficialmen­te y “educados” con las herramient­as propias de un perseguido­r.

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