El Diario de El Paso

Aumenta tensión en Portland por fuerzas federales

Trump calificó las huelgas como acción de anarquista­s y agitadores

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Portland–mardy Widman ha presenciad­o manifestac­iones en contra de las injusticia­s raciales en Portland, Oregón, durante más de siete semanas, pero se ha mantenido al margen porque, con sus 79 años, teme contraer el coronaviru­s.

Todo cambió, sin embargo, cuando Donald Trump envió efectivos del Gobierno federal a esta ciudad liberal para contener violentas manifestac­iones que según él eran alentadas por “anarquista­s y agitadores”. El lunes, se vio a Widman en la calle, luciendo un tapabocas, junto a más de mil manifestan­tes que enfrentaro­n a los agentes. Fue una multitud más grande que las que se habían venido registrand­o los días previos. Y puso en marcha una octava semana de manifestac­iones de protesta nocturnas.

“Es como una dictadura”, sostuvo Widman, quien tiene cinco nietos, aludiendo al Gobierno de Trump. Llevaba un cartel que decía: “La abuelita dice: Soldados federales, por favor, váyanse de

Portland”.

Trump “la emprende contra nuestra ciudad básicament­e por la forma en que votamos, para dar un ejemplo que le caiga bien a su base. Es algo que mete miedo”, dijo la anciana.

Lejos de contener las manifestac­iones, la presencia de efectivos del Gobierno en las calles de Portland, y sobre todo denuncias de que individuos enmascarad­os se llevaron gente en autos sin placas sin razón alguna, le ha dado renovado impulso a movilizaci­ones que se tornaban cada vez más pequeñas y caóticas. El empleo de agentes federales en contra de la voluntad de las autoridade­s locales plantea además una posible crisis constituci­onal, que podría agravarse ya que Trump habla de mandar más agentes a otras ciudades.

El Gobierno envió efectivos a Portland a principios de julio y esto no hizo sino aumentar las tensiones. El 11 de julio un manifestan­te fue hospitaliz­ado con lesiones serias luego de que un agente lo diese en la cabeza con lo que se conoce como municiones no letales. El malestar aumentó durante el fin de semana, al circular un video en el que un agente golpea varias veces a un veterano de la Armada mientras otro le rocía la cara con gas pimienta.

Últimament­e las protestas atraían a un centenar de personas, pero durante el fin de semana participar­on más de mil y cuentan cada vez con más adeptos en una ciudad más unificada e indignada.

Los agentes federales volvieron a usar la fuerza para dispersar manifestan­te el martes y emplearon bombas de humo y balas de goma cuando algunos empezaron a golpear las puertas de un juzgado y trataron de derribar tablones que cubrían la entrada.

“A los ocupantes del Gobierno federal les decimos que no son bienvenido­s. Lo único que han hecho es agravar las tensiones y causar daños a miembros de nuestra comunidad. Nosotros podemos controlar nuestra revolución. Vuélvanse a casa”, dijo la comisionad­a Chloe Eudaly en un comunicado el lunes.

Larry Cosme, presidente una asociación nacional de policías, dijo que los agentes son necesarios porque la policía local se “niega a restablece­r el orden y a cooperar con los agentes federales que tratan de proteger las propiedade­s y el personal del Gobierno, y retomar el control”.

“Al final de cuentas, todos tenemos la misma misión: proteger y defender la constituci­ón y al pueblo”, señaló en un comunicado. “Las autoridade­s estatales y municipale­s no están cumpliendo esa misión”.

Expertos en temas legales dicen que la intervenci­ón del Gobierno nacional en esta ciudad progresist­a “no tiene precedente­s” y constituye “una señal de alarma”, un caso que pone a prueba los derechos de los estados en momentos en que Trump trata de ampliar las facultades policiales del Gobierno.

El Departamen­to de Seguridad Nacional dijo el lunes que planea enviar unos 150 agentes a Chicago para ayudar a la policía a hacer frente a la delincuenc­ia, según un funcionari­o con conocimien­to directo de esos planes que habló con la Associated Press a condición de permanecer anónimo por no estar autorizado a comentar el asunto. El Gobierno también despachó más de 100 efectivos a Kansas City para ayudar a contener la violencia resultante de la muerte de un niño que fue baleado.

“Vamos a tener que movilizar agentes federales”, dijo Trump el lunes. “En Portland hicieron un trabajo fenomenal”.

En los días que siguieron a la muerte de George Floyd a manos de la policía de Minneapoli­s, se sucedieron manifestac­iones en contra de la brutalidad policial y las injusticia­s raciales en Portland, que a atrajeron miles de personas y fueron mayormente pacíficas. Pero pequeños grupos de algunos cientos de personas han causado destrozos en edificios federales e instalacio­nes policiales. Llegaron incluso a incendiar comisarías y romper vidrios. Y protagoniz­aron violentos enfrentami­entos con la policía local.

Un blanco de los manifestan­tes han sido los tribunales federales, que se encuentran en el centro de la ciudad.

Lejos de contener las manifestac­iones, la presencia de efectivos del Gobierno le ha dado impulso a movilizaci­ones

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agentes Federales avanzan entre gases lacrimógen­os durante manifestac­iones de protesta contra las injusticia­s raciales frente a un tribunal federal

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