Racismo en El Paso
Thomas Johnson se mudó al paso desde adolescente y la mayor parte de su vida adulta se ha sentido discriminado
Policía niega afectar a afroamericanos; sus datos la desmienten
La familia afroamericana de Thomas “T.J.” Johnson se mudó de la parte nortecentro del país a El Paso en los años 1980, cuando él era adolescente. Se graduó de Andress High School y cursó dos años en UTEP a principios de los años 1990, en donde estudio periodismo y jugó futbol.
Ahora es propietario de una empresa dedicada a la reparación de techos. Es un empresario de 49 años que ha pasado la mayor parte de su vida adulta sintiéndose discriminado racialmente durante las revisiones de tránsito por las autoridades locales.
“Cada vez que me detiene la Policía en El Paso me preguntan si traigo drogas y armas”, le comentó Johnson a El Paso Matters.
“Cada afroamericano que conozco pasa por lo mismo. Aun los que se graduaron de la universidad, Siempre nos preguntan eso”.
El Paso se considera como una ciudad igualitaria racialmente. Su población es de casi 700 mil habitantes y de ellos el 81 por ciento son latinos, el 13 por ciento son anglosajones y más del 3 por ciento son afroamericanos.
Históricamente, el racismo en Estados Unidos ha estado basado en la idea de la supremacía blanca sobre los afroamericanos y otras personas de color, incluyendo a los latinos, esto genera una sensación intuitiva de que El Paso, en donde mayormente viven latinos, podría ser tolerante, especialmente con su comunidad afroamericana que está integrada por unas 22 mil personas.
Así que, sería difícil imaginar que los oficiales que aplican la ley pudieran discriminar racialmente y de manera sistemática a conductores como T.J. Johnson.
Sin embargo, la información del Departamento de Policía de El Paso sugiere que los oficiales podrían haber cometido actos discriminatorios y podrían haberlo hecho durante años, especialmente contra los afroamericanos.
Cómo se mide la discriminación
Los paseños escuchan una información selecta y benigna del Departamento de Policía de El Paso cuando habla públicamente acerca de la discriminación racial. Durante una década, los oficiales de Policía locales han comparecido cada primavera ante el Consejo de la Ciudad, con cifras relacionadas con la manera en que tratan a la gente cuando la detienen por haber cometido alguna falta de tránsito.
El alcalde y los representantes del ayuntamiento generalmente aceptan la afirmación de los oficiales de que la información muestra que no existe evidencia de discriminación racial.
Sin embargo, la Policía habla muy poco con el Consejo de la Ciudad acerca de otras cifras, una información que, aunque no es conclusiva, sugiere que la discriminación podría ser significativa y sistémica.
La información que la Policía concentra en el Consejo de la Ciudad son un par de números que comparan la proporción de revisiones de tránsito de los diferentes grupos étnicos y raciales de El Paso contra el total de inspecciones de tráfico de todos los grupos.
Los tres grupos más grandes son los anglosajones, “hispanos”, como son etiquetados los latinos por la Policía, y los afroamericanos.
Un par de números de la información representan a los conductores. La primera cifra muestra el porcentaje de personas anglosajonas del total de la población de El Paso. El segundo número es el porcentaje de personas caucásicas del total de conductores que son revisadas por cometer violaciones de tránsito durante el año pasado.
Un segundo par de números muestra esas dos cosas sobre los hispanos. Un tercer par representa a los afroamericanos.
La idea de mostrarlo en pares es que el porcentaje de las detenciones de tránsito de cada grupo racial, que es la segunda cifra del par, debería ser igual al primer número, que es el porcentaje que ocupa ese grupo en la población de El Paso.
Si los dos números son más o menos iguales, dice la Policía, no existe evidencia de discriminación racial en las revisiones de tránsito.
Sin embargo, esos números son confusos y no ayudar a responder las preguntas acerca de una posible discriminación racial.
En la información del Departamento de Policía del 2016, por ejemplo, los anglosajones representaban aproximadamente el 14 por ciento de la población de El Paso, aunque los conductores caucásicos eran aproximadamente el 22 por ciento del total de revisiones de tráfico, su índice de revisiones fue más alto que el índice de la población.
Los hispanos representaban aproximadamente el 81 por ciento de la población pero sólo el 73 por ciento de las revisiones, la proporción de revisiones fue un poco más baja que su población. Los afroamericanos significaban el 3.4 por ciento de la población y el 3.8 por ciento de las revisiones.
A través de una inspección rápida, el último número era alto, pero sólo un poco. Era menos de la mitad de un punto porcentual más que la proporción de afroamericanos de El Paso.
En conjunto, los seis números de los tres grupos raciales mostrados no es una evidencia significativa de una discriminación racial sistémica. La Policía de El Paso asegura que en raras ocasiones se fijan en las personas antes de detenerlas y afirman que no pueden determinar la raza de un conductor que va pasando, por lo menos hasta que se aproximan a la ventanilla del conductor y lo miran.
Ésta podría ser la razón por la que las cifras de revisiones de tránsito en El Paso, desglosadas por raza, dicen poco o casi nada acerca de la posibilidad que esté ocurriendo una discriminación racial en un cierto punto de la revisión.
La aleatoriedad se mantiene en los dos números en la mayoría de los 12 años en los que la información del Departamento de Policía de El Paso ha estado disponible en línea, desde el 2007.
Al examinar esos números por sí mismos, es fácil concluir que no existe una evidencia sólida de la discriminación en las revisiones de tránsito que se hacen en El Paso.
Y eso es lo que los criminólogos Eric Fritsch y Chad Trulson de la Universidad del Norte de Texas le han dicho al Departamento de Policía de El Paso después de recolectar cada año la información para la agencia y colocarla en un reporte que la Policía presenta ante el Consejo de la Ciudad.
Usualmente, los reportes terminan con un sumario tal como éste, que corresponde al 2016: “El análisis de la información estadística del Departamento de Policía de El Paso revela que no existen indicios concluyentes metodológicamente de que haya discriminación racial sistémica en el Departamento”.
El Consejo de la Ciudad acepta ese reporte no concluyente.
Cifras problemáticas en los reportes
Aunque la Policía en raras ocasiones discute los demás números del reporte: los que están relacionados con algo que puede ocurrir posteriormente en las revisiones de tránsito, lo que los criminólogos llaman una “revisión consentida”.
T.J. Johnson, el empresario afroamericano, comentó que constantemente le preguntan si lleva algún contrabando. La última vez que eso sucedió fue justo hace unas semanas.
“Iba circulando por la Transmountain, a unas 60 millas en una zona en donde sólo se permite manejar a 55 millas por hora”, dijo. “Fui detenido y el oficial me preguntó “¿Lleva drogas o alcohol en el vehículo?”.
Unos meses antes de eso, además de trabajar en su negocio de reparación de techos también trabajó para Uber. Relató que fue detenido por cometer una infracción de tránsito en la Calle Río Grande en el centro de El Paso.
Le preguntaron si llevaba contrabando. Les respondió que no y se lo preguntaron nuevamente. El oficial de la Policía finalmente aceptó su negativa y no le pidió permiso para hacer una revisión.
Aunque Johnson comentó que muchos de sus amigos y parientes afroamericanos que viven en El Paso han sido revisados por cometer infracciones leves y teme que a él le pueda suceder lo mismo.
Un amigo, que es maestro, fue confrontado por un oficial de la Policía cuando se estacionó ilegalmente y estaba vendiendo colaciones afuera de un club nocturno, sin permiso.
Él se rehusó a aceptar que su auto fuera inspeccionado, y el oficial lo arrestó, y el arresto hizo que fuera legal la revisión del auto sin tener su consentimiento.
El oficial encontró una cantidad de mariguana, menos de dos onzas. Posteriormente, los cargos fueron retirados pero el maestro tuvo que dejar su trabajo.
Johnson odia lo que percibe como discriminación racial en El Paso que da lugar a que se hagan revisiones, incluyendo las que son consentidas.
Las revisiones y las inspecciones consentidas en El Paso.
De acuerdo a la Cuarta Enmienda, la Policía de Estados Unidos puede inspeccionar un vehículo bajo ciertas circunstancias. Una de ellas es si acudieron a un juez y recibieron una orden de cateo. Otra es si arrestan al conductor o si incautan el vehículo.
La Policía también puede hacer una revisión si perciben que el vehículo contiene evidencia de un delito. Su decisión al realizar la revisión está basada en una “causa probable”, que deben traducir a palabras.
El olor a mariguana es una causa probable común para realizar la revisión. Ver un arma sobre un asiento es otra de ellas.
Y también se incluye la corazonada, que es la mera sensación de un oficial de la Policía de que el vehículo puede contener algo ilegal, aunque esa sensación no la pueden expresar en palabras.
Las corazonadas se traducen en preguntar “¿Le importaría si yo ….?”. Los conductores se pueden rehusar. Pero si les dan permiso, el oficial puede hacer una “revisión consentida”.
En las revisiones de tránsito que tuvo en la Transmountain y cuando era conductor de Uber, Johnson comentó que sabe que pudo haberse negado a que se hiciera una revisión si se lo hubieran pedido, pero si se lo hubieran pedido hubiera aceptado.
“Si uno es afroamericano no debe jugar con la Policía”.
Los temores de Johnson concuerdan con la información del Departamento de Policía de El Paso que muestra claramente que, en relación con el total de la población, los afroamericanos de El Paso son sometidos de una manera significativa a más revisiones consentidas que los otros grupos.
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Cada vez que me detiene la Policía en El Paso me preguntan si traigo drogas y armas, cada afroamericano que conozco pasa por lo mismo. Aun los que se graduaron de la universidad, Siempre nos preguntan eso”
Thomas Johnson
empresario