‘Exporta’ EU usura de farmacéuticas con nuevo NAFTA
Mientras representantes estadounidenses lucharon contra los altos costos de los medicamentos, el Congreso mexicano hizo cambios de último minuto en legislación que promueve el recorte de precios
Tanto Estados Unidos como México han sido golpeados por la pandemia del Covid-19 con más de seis millones de casos y 185 mil muertes en Estados Unidos, mientras que en México han aumentado los casos a 606 mil, siendo el octavo más alto en el mundo.
En medio de esta crisis de salud global, el Congreso de México aprobó recientemente una legislación que se implementará en el revisado Tratado de Libre Comercio con Norteamérica, incluyendo nuevos derechos monopólicos para las corporaciones farmacéuticas que restringirán el acceso a medicamentos asequibles y afectará a los pacientes de todo Estados Unidos.
Notablemente, esos cambios no fueron requeridos en el tratado comercial que fue revisado. El asegurarse que el acuerdo no socavara la autoridad que tienen los países de que sus residentes puedan tener acceso a medicamentos asequibles fue un principio definitorio de todo nuestro trabajo en la negociaciones del NAFTA.
Los demócratas del Congreso rechazamos el acuerdo original que firmó Trump en el 2018 no en una pequeña parte debido a que exportaría a México y Canadá muchos aspectos problemáticos del régimen farmacéutico que hace que las medicinas sean tan caras aquí.
El año pasado, la presidenta de la Cámara Nancy Pelosi, demócrata por California, nos pidió a tres de nosotros, los representantes Shakowsky, Blumenauer y Delauro que participáramos en un grupo de trabajo que negoció con el representante comercial de Estados Unidos Robert Lighthizer para que eliminara ese obsequio a las grandes farmacéuticas y asegurara otras mejoras importantes.
Obviamente, el representante comercial de Estados Unidos no le informó a la Cámara de Representantes acerca de esa situación. Para el momento en que nos dimos cuenta, era demasiado tarde para poder involucrarnos con nuestras contrapartes del Congreso mexicano.
Tuvimos en mente la salud de todos los estadounidenses mientras luchamos por esos cambios. La representante Escobar, quien representa a El Paso, Texas, una de nuestras comunidades fronterizas más grandes del país, se aseguró que tuviéramos conocimiento que los residentes de Estados Unidos que resultarían más directamente impactados eran los que viven a lo largo de las fronteras con México y Canadá. Muchos de ellos viajan a los países vecinos para comprar medicinas, ya que no pueden pagar los precios que hay en Estados Unidos.
El año pasado, una de las electoras de la representante Escobar, Paulina, llevó a su hija al médico porque tenía influenza. Le cobraron 200 dólares de un co-pago y a su hija le prescribieron Tamiflu, que le costaba otros 300 dólares que no tenía.
Sin embargo, el mismo medicamento cuesta menos de 40 dólares en Ciudad Juárez, México. Así que, Paulina manejó hasta la farmacia en esa ciudad y compró la medicina que su hija necesitaba.
La dependencia de Paulina en el medicamento de México para ayudar a su hija pequeña enferma es una consecuencia de la usurera industria farmacéutica y eso ha sido posible debido a las políticas de Estados Unidos que protegen a las corporaciones de una competencia generalizada que reduce los precios.
Nosotros estamos comprometidos a cambiar las políticas de precios de los medicamentos estadounidenses y no toleraremos un acuerdo comercial que esté cerrado a esas políticas en casa o las exporte a nuestros vecinos.
Así que, durante seis meses, el grupo de trabajo no cedió, sabiendo que arreglar ese aspecto del acuerdo era una cuestión de vida o muerte para las familias estadounidenses, mexicanas y canadienses. Y tuvimos éxito. El acuerdo final asegura que haya un acceso oportuno a medicinas asequibles y promueva la innovación.
Es especialmente frustrante que el Congreso mexicano hiciera cambios de último minuto a los términos de la “Protección de Innovación Industrial” relacionados con la legislación implementada en la revisión del NAFTA que promueve el recorte de precios en las farmacéuticas.
Lo peor de todo es que esa medida específica, llamada patentes de segundo uso, es una amenaza especial en el contexto del Covid-19. Si los medicamentos patentados existentes para otros usos son efectivos para tratar el nuevo coronavirus, esta política garantiza que las empresas farmacéuticas puedan obtener un nuevo y ampliado monopolio para establecer precios altos para los usos relacionados con el Covid de un medicamento antiguo. Esto va en contra de lo que nosotros negociamos en la revisión final del NAFTA.
Aún seguimos buscando respuestas pero tememos que vamos a descubrir las huellas de la industria farmacéutica o de entidades que representan sus intereses interviniendo en el proceso legislativo mexicano. Independientemente de lo que encontremos, no vamos a parar nuestros esfuerzos para hacer que los medicamentos sean más asequibles para nuestros electores y pacientes de todo el mundo.
Las disparidades entre los altos precios de los medicamentos en Estados Unidos y los asequibles en México y Canadá han sido desde hace tiempo una vergüenza para las empresas farmacéuticas de Estados Unidos.
Los precios de los medicamentos estadounidenses se han disparado tan dramáticamente que el porcentaje del mercado de Estados Unidos para los medicamentos genéricos han aumentado del 67 al 90 por ciento entre el 2007 y 2017, el precio para los medicamentos de marca ha dado como resultado que nuestro gasto total en los medicamentos de prescripción aumentaran de 236 a 333 billones de dólares en el mismo período.
Ciertamente, el Gobierno mexicano no tiene la obligación de involucrarse en una costosa campaña de relaciones públicas para esas corporaciones.
Sin embargo, la buena noticia es que no es demasiado tarde, el Congreso mexicano puede y debería corregir ese error. Aunque ellos deben actuar rápidamente, tomando en cuenta la gravedad de la crisis de salud pública con la que los estadounidenses siguen enfrentando.
La representante Verónica Escobar de Texas representa al electorado que ha resultado directamente impactado por las políticas de precios de los medicamentos de México.
Los representantes Rosa Delauro de Connectituct, Jan Schakowsky de Illinois y Earl Blumenauer de Oregon son miembros del Grupo de Trabajo Comercial de la Cámara de Representantes, un equipo que negoció el nuevo NAFTA, el Acuerdo Comercial entre Estados Unidos, México y Canadá.