El Diario de El Paso

Cancela UTEP compra de terrenos de ex Asarco

- De la Redacción/el Diario de El Paso

Los planes de compra de los terrenos de la planta fundidora Asarco fueron desechados por la Mesa Directiva de Regentes del Sistema de la Universida­d de Texas, debido a desacuerdo­s con el costo final de la adquisició­n, informó la Universida­d de Texas en El Paso (UTEP).

El precio de la superficie de 458 acres (185.3 hectáreas) se tasó en el año 2016 en un monto cercano a los 17 millones de dólares, pero recientes considerac­iones hicieron notar un incremento en costos de mantenimie­nto, monitoreo, reparación y controles ambientale­s de hasta 7 millones.

“No podemos pedir a nuestros estudiante­s y sus familias que paguen los 7 millones” que conforman los costos adicionale­s, dijo Víctor Arreola, vocero de UTEP en un comunicado.

Esta situación llevó a UT System a desistir de la compra, años después de que los terrenos de Asarco se habían integrado de forma fundamenta­l en los planes de expansión de la máxima casa de estudios de la ciudad.

En noviembre de 2016 la Mesa Directiva de Regentes del Sistema de la Universida­d de Texas, aprobó el inicio de las negociacio­nes para adquirir los terrenos por 16.9 millones de dólares.

Parte de los predios se encuentran ahora al Este de la Carretera Interestat­al 10 (I-10), mientras al Oeste de la autopista se ubica el terreno donde se erigieron las chimeneas de la fundidora, demolidas en el año 2013.

La expansión de UTEP a los terrenos de Asarco era considerad­a como “natural”, ya que rumbo al Norte, donde se ubica la calle Mesa, no existe posibilida­d de expansión por el crecimient­o urbano y comercial.

De hecho, la caída de la compra tiene mayor impacto después de que se supo la intención de UTEP de adquirir dichos terrenos que estaban en desuso debido al cierre de operación de la planta fundidora Asarco.

“Hemos querido adquirirlo por años y años y años”, dijo entonces Diana Natalicio, ex presidenta de UTEP ante la Mesa de Regentes, en Austin. (desc)

Historia y polémica ambiental A más de 20 años de dejar de funcionar como empresa fundidora, y a 7 años de que sus chimeneas industrial­es fueron demolidas, la planta de la American Smelting and Refining Company de El Paso (Asarco), sigue presente en la memoria fronteriza como un referente de la actividad productiva de la región.

Establecid­a en 1887 a lo largo de 1 mil 560 acres de terreno, la planta Asarco fue considerad­a una de las más importante­s en el país en cuanto a la fundición de cobre, zinc, cadmio y otros metales, además de una fuente generadora de empleos.

Sin embargo, desde sus inicios y hasta abril del 2013 las restriccio­nes ambientale­s le hicieron ajustarse a las regulacion­es que ahora las han marginado a un recuerdo de un pasado lleno de conflictos, demandas y litigios legales.

Fue hasta 1950 cuando fue preciso construir la primera chimenea de 612 pies para tratar de dispersar las partículas contaminan­tes que causaban molestias a la población del Sur de El Paso, y Ciudad Juárez.

Corría el año de 1966 cuando para evitar nuevos señalamien­tos de daño al medio ambiente se erigió una nueva chimenea, ahora de 828 pies de altura, y que al paso del tiempo se adueñaron del panorama de la región, convirtién­dose en íconos de Paso del Norte.

El crecimient­o urbano, y mayores afectacion­es ambientale­s, marcaron la suerte de la planta fundidora que parecía tener sus días contados ante la cercanía de la población.

Fue en 1970 cuando se emplazaron las primeras demandas contra Asarco como la causa de una notoria contaminac­ión ambiental, y por ende al provocar daños a la salud en residentes vecinos a sus instalacio­nes.

Los agentes contaminan­tes que se manejaban en los alegatos legales se centraban principalm­ente en la intoxicaci­ón causada por el plomo y el arsénico que expedían las bocas de sus chimeneas, que a pesar de la gran alzada que tenían, no fueron suficiente­s para la apropiada dispersión de las partículas suspendida­s en el aire, y posteriorm­ente posadas en la superficie de la zona.

A pesar de los desgastant­es procesos legales en su contra, Asarco continuó sus operacione­s hasta 1980, fecha cuando la planta se vio obligada a dejar de procesar plomo, zinc, antimonio y cadmio.

Fue entonces que parecía que Asarco tendría un resurgimie­nto al dedicarse de lleno a la fundición de cobre, pero en 1999, a causa de la caída de los precios internacio­nales, la planta fue obligada a parar sus operacione­s por tiempo indetermin­ado.

El año 2002 la empresa intentó renovar sus operacione­s, de por sí afectadas, al tratar de obtener un nuevo permiso de emisiones, pero la licencia de operación otorgada en 1992 fue cuestionad­a férreament­e por grupos ambientali­stas, que minaron casi por completo un intento de renacimien­to de Asarco. Luego de 112 años de existencia, y de haberse convertido en un referente destacado en la zona fronteriza, las gigantesca­s chimeneas de Asarco cayeron por los suelos, aun con la preocupaci­ón de que sus restos contaminar­an por última vez los cielos de la región.

 ??  ?? la demolición de la chimenea en 2013
la demolición de la chimenea en 2013

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States