Presidente la nominará hoy para reemplazar a la juez Ginsburg
Reitera ‘El Donald’: no respetará resultados de la elección
“Confiamos en que tendremos una elección libre y justa en noviembre y que los votantes rechazarán con decisión el liderazgo errático, divisivo y fallido de Donald Trump en las urnas” Michael Gwin, portavoz de la campaña de Biden
Washington— El presidente Donald Trump reiteró el jueves que no va a respetar los resultados si pierde la reelección, reafirmando su extraordinario rechazo a realizar una transición pacífica del poder y está provocando que la elección y las autoridades de todo el país se preparen para una crisis constitucional sin precedentes.
Trump escaló sus largos meses de campaña para socavar la legitimidad de la elección del 3 de noviembre con una serie de comentarios que hizo este miércoles que, tomados en conjunto y al pie de la letra, representan una amenaza sustancial para la historia del país de tener elecciones libres y justas.
En los últimos días, el presidente generó dudas acerca de la integridad sobre el total de la votación. Señaló que no aceptaría los resultados si demuestran que perdió ante el nominado demócrata Joe Biden. Dijo que era imperativo llenar rápidamente la vacante de la Suprema Corte creada por la muerte de la juez Ruth Bader Ginsburg debido a que la Suprema Corte del país podría determinar al ganador de la elección.
Y cuando le preguntaron directamente si realizaría una “transición pacífica del poder”, Trump respondió “Vamos a ver qué sucede”. Continuó sugiriendo que las autoridades “se deshacen de los votos”, lo cual es una aparente referencia al enorme incremento de la votación por correo en medio de la pandemia del coronavirus, agregando que, si lo hicieran, “no habrá una transferencia del poder, sino que habrá una continuación del mismo”.
Trump reafirmó este jueves sus puntos de vista, diciendo en Fox News Radio que estaría de acuerdo si la Corte Suprema decide que Biden ganó la elección pero que será una decisión de la Corte, el conteo de votos podría representar “un espectáculo de horror” debido a los votos fraudulentos. Aunque no hay evidencia de un fraude generalizado.
Más tarde durante este jueves, mientras salía de la Casa Blanca para tener un mitin de campaña en Carolina del Norte, Trump le reiteró a los reporteros “queremos asegurarnos que la elección sea honesta y no estoy seguro de que pueda serlo”.
El comentario de Trump acerca de una votación ilegítima tuvo resonancia de costa a costa. Muchos de los aliados republicanos de Trump en el Congreso, incluyendo al líder de la mayoría en el Senado, el republicano Mitch Mcconnell de Kentucky, emitió un comunicado superficial declarando que el ganador de la elección del 3 de noviembre podría tomar posesión el 20 de enero, y sería una transición ordenada como tradicionalmente ha sido en Estados Unidos.
Los procuradores generales estatales demócratas empezaron a pensar en estrategias sobre qué hacer si el presidente se rehúsa a aceptar el resultado y dijeron que estaban muy preocupados de que ese empecinamiento de acusaciones infundadas acerca de un fraude pudiera socavar la confianza del público en la elección.
“Si hay algo que he aprendido al demandar a Trump y su administración en docenas de ocasiones, es que cuando él amenaza con cruzar los límites democráticos y las normas constitucionales, usualmente lo hace –y cuando lo niega, usualmente resulta que lo está haciendo”, comentó el procurador general Mark Herring de Virginia, quien es demócrata.
Sin embargo, oficiales electorales estatales dijeron que estaban considerando qué recursos federales podría emplear Trump antes y durante la elección –tales como un comunicado que emitió el presidente el mes pasado diciendo que enviaría a los procuradores de Estados Unidos, sheriffs y otros oficiales que aplican la ley a los lugares en donde estarán las urnas.
Al principio, Biden le restó importancia a los comentarios que hizo Trump el miércoles por la noche con una incredulidad que pareció una mofa. “¿En qué país estamos? Me parece gracioso”, les dijo a los reporteros. “Miren, él dice las cosas más irracionales. No sé qué decir”.
Aunque el ex vicepresidente ha advertido durante meses que Trump podría hacer algo para poner en peligro la integridad de la elección –dijo en junio que la posibilidad de que Trump pueda robarse la elección era “su única gran preocupación”– también ha evitado amplificar los reclamos sin fundamento del presidente en un aparente esfuerzo por mantener la confianza del público en la elección.
El jueves, la campaña de Biden destacó que un programa masivo de protección de la elección se estaba construyendo e incluye miles de abogados y otros voluntarios que se están preparando para el litigio durante y después de la elección.
“Confiamos en que tendremos una elección libre y justa en noviembre y que los votantes rechazarán con decisión el liderazgo errático, divisivo y fallido de Donald Trump en las urnas”.